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Alarmante nivel de mortalidad en América por consumo de alcohol

Un estudio de la OPS publicado este mes en la revista especializada Adiction es el mayor en su tipo en las Américas, al abarcar un universo de 30 naciones y ofrecer   un mapeo de nuestros hábitos de consumo alcohólico sin precedentes que debería traer también una toma de decisiones histórica al respecto, instó la organización de Salud

Autor:

Iris Oropesa Mecías

Cerca de 300 000 muertes por año, y más de 85 000 muertes en un período de solo tres años (2012-2015) en las Américas han sido causadas por el mismo detonante. Encima, se evidencia que el promedio per cápita de su consumo es un 25 por ciento mayor en la región que en el resto del mundo.

Ojalá con esos alarmantes datos fuera suficiente para que el acceso al alcohol en nuestro continente cambiara de rumbo, pero todavía hay más números para convencernos, si con estos no bastaran.

Según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicado este mes en la revista especializada Adiction, un promedio de 85 032 muertes (1,4 por ciento del total) anuales fueron atribuibles únicamente al alcohol en nuestra región.

La mayoría de ellas (64,9 por ciento) ocurrieron en personas menores de 60 años, y las causas específicas se debieron principalmente a enfermedad hepática (63,9 por ciento) y a trastornos neurosiquiátricos (27,4 por ciento), como la dependencia del alcohol.

El sitio oficial de la OPS explica también que los datos hallaron más fallecimientos por alcoholismo en hombres que en mujeres, y de hecho, los hombres representaron el 83,1 por ciento de las muertes atribuibles únicamente al consumo de alcohol.

Este análisis de datos fue el mayor en su tipo en las Américas, al abarcar un universo de 30 naciones, para mostrarnos un mapeo de nuestros hábitos de consumo alcohólico sin precedentes que debería traer también una toma de decisiones histórica al respecto, instó la organización de Salud regional.

La doctora Maristela Monteiro, asesora principal de la OPS en materia de alcohol, afirmó: «la mayor proporción de muertes totalmente atribuibles al consumo de alcohol se está produciendo de forma prematura entre personas de 50 a 59 años, y principalmente entre hombres. El uso nocivo del alcohol está matando a personas en la flor de la vida».

Países más afectados del área

Según los datos obtenidos por la investigación, las tasas de mortalidad más altas ocurrieron en Estados Unidos (36,9 por ciento), Brasil (24,8 por ciento) y México (18,4 por ciento), equivalentes al 80 por ciento de «causas necesarias».

También se analizó que los países de ingresos altos tienen un mayor consumo de alcohol per cápita, mientras que los países de ingresos bajos y medios tienen una mayor tasa de mortalidad relacionada con el alcohol.

Es por ello que el doctor Anselm Hennis, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS, aseguró que «el uso nocivo del alcohol en las Américas es una importante prioridad de salud pública, pues está asociado a muertes evitables y a muchos años de vida vividos con discapacidad».

Las altas cifras de muertes en países de ingresos medios y bajos, según el estudio, pueden estar relacionadas con la baja calidad en la atención y servicios médicos, así como a la poca distribución de información en materia de salud pública frente a esta problemática.

Alcoholismo en pandemia

Si bien este estudio de la OPS analizó la mayor parte de sus datos entre 2012 y 2015, también tuvo acceso a tendencias de consumo y muertes en el contexto pandémico.

Se identificó, por ejemplo, que el consumo de bebidas alcohólicas tuvo un aumento en relación con la venta de productos alcohólicos por medio de redes sociales y plataformas web a domicilio (a raíz del confinamiento en muchos países, no era muy accesible trasladarse hasta un supermercado o un bar, pero sí estaban las licorerías vía web).

También, reportó la organización de Salud, hubo evidencias de que las personas con mayor probabilidad de aumentar su consumo de bebidas alcohólicas durante el período de cuarentenas y aislamientos consumían alcohol en exceso desde antes de la pandemia.

Con tales resultados, se impone trazar una ruta crítica, y los autores de este estudio no dudaron en apuntar dedos, si de salvar vidas se trata.

Esta vez, los dedos de la ciencia señalaron a los decisores: «La OPS insta a los países de las Américas a frenar el consumo nocivo de alcohol aumentando los impuestos sobre el alcohol e implementando restricciones integrales sobre la publicidad, la promoción y el patrocinio del alcohol».

Por otro lado, sin pelos en la lengua, se criticó la decisión de varios países del área de mantener bares abiertos, a pesar de medidas de restricción impuestas en el contexto pandémico, una combinación literalmente fatal.

«Otra medida simple pero poderosa es limitar las horas de venta y reducir la concentración de puntos de venta en una comunidad», concluyó el doctor Hennis.

De esta manera, se puede decir que la ciencia jugó su papel de alertar sobre un enorme factor de mortalidad, una epidemia, otra, que subyace bajo la actual. Quedará en manos de quienes decidan hacer algo positivo con estos resultados, sencillamente, alarmantes.

¿Qué le hace el alcohol a tu cuerpo?

El alcohol puede provocar efectos a corto plazo, efectos agudos y además, efectos de intoxicación etílica que pueden llevar en casos extremos al coma y la muerte.

La fase de intoxicación alcohólica aguda o «borrachera» provoca efectos agudos sobre el sistema nervioso central. Se manifiesta de forma inicial o leve como:

Euforia

Excitación

Desinhibición

Conductas impulsivas.

La fase de intoxicación se produce cuando se continúa bebiendo, y trae:

Intoxicación

Alteración del equilibrio

Alteración de la coordinación

Pérdida de calor

Fases más avanzadas alteran el nivel de conciencia con:

Confusión

Sueño

Aletargamiento

Vómitos

Anestésica

Estupor

La ingesta aguda de alcohol también puede provocar problemas gástricos como gastritis aguda o alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), especialmente si se mezcla con otras sustancias (drogas). A más largo plazo y con una ingesta crónica de alcohol aparecen daños que cada vez son más irreversibles en el organismo que van desde el sistema nervioso, al gastrointestinal, el hepático y el cardiaco, principalmente, con enfermedades derivadas.

Además, el consumo de alcohol provoca graves problemas a nivel socio-familiar y favorece conductas de riesgo como accidentes de tráfico o prácticas sexuales de riesgo (enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados). El peligro de padecer estos daños es mayor cuanto más precoz es el inicio de su consumo, que suele ser en la adolescencia.

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