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¡Reaparece Écue-yamba-Ó después de 35 años!

El lector cubano podrá tener en sus manos una nueva edición de la novela carpenteriana  ¡Écue-yamba-Ó! Se trata de una edición crítica que se ha propuesto ofrecer el texto original de la edición de 1933, con la restitución de las ilustraciones que la acompañaron y de todas las variantes encontradas en los archivos de la Fundación Alejo Carpentier

Autor:

Rafael Rodríguez Beltran

A fines de 1933 —pronto serán ocho décadas—, Alejo Carpentier ofrecía a los lectores de entonces su primera novela, comenzada en 1927, durante los días de su reclusión por haber firmado un manifiesto del Sindicato de Trabajadores Intelectuales y Artistas de Cuba. Seis años durante los cuales múltiples tareas lo alejaron de su labor creadora. Vino el exilio con su incesante combate por lograr una subsistencia en un París no siempre acogedor, con los numerosos proyectos —algunos exitosos, otros, no tanto— artísticos, editoriales, radiales y con su batallar por crearse un espacio entre los medios intelectuales parisinos a través de la crítica musical y literaria, la difusión de la cultura cubana —y de la latinoamericana— mediante una ininterrumpida redacción de artículos para muy variadas publicaciones europeas y, sobre todo, nuestras. Todo esto fue aplazando el trabajoso alumbramiento de una novela híbrida que venía a romper con muchos esquemas culturales.

¡Écue-yamba-Ó! apareció con el ropaje propio de la ópera prima: un extraordinario ímpetu juvenil, una profusión de temas no antes abordados —o que habían sido enfrentados con espíritu vergonzante—, transgresiones verbales, estilísticas, multiplicidad de contextos, donde lo puramente ficcional se entrelazaba con el microensayo sobre aspectos tales como la economía azucarera, la etnología, las religiones sincréticas, la música; pero sus lectores más críticos no dejaron de observar que en esos ropajes se podían distinguir —a veces incluso desde lejos— costuras con puntadas no muy finas.

A la larga, el juez más severo fue su propio autor. No quiso volver a publicarla y en el prólogo, fechado en 1975, a la primera —y única hasta el presente— edición cubana, relata las circunstancias que lo llevaron a darla nuevamente a la luz, proyecto que cristalizó en 1977.

Para muchos lectores esa hermosa edición, al cuidado de María Muñoz Bachs y con diseños de Raúl Martínez, fue el encuentro primero con una novela que no era todavía de nuestro habitual Carpentier, el novelista que ya conocíamos en su casi totalidad, pero que en múltiples pasajes comenzaba a serlo, de manera tal que, al adentrarnos en su lectura, de inmediato muchos lamentamos el excesivo rigor con que Alejo nos la había escamoteado. Desde entonces, en nuestro país no se ha procedido a una nueva edición de la obra. La cubana de 1977 comparte, pues, con la española de 1933, la cualidad de ser prácticamente una rareza bibliográfica.

Pero, en breve, el lector cubano podrá tener en sus manos una nueva edición de ¡Écue-yamba-Ó! Se trata de una edición crítica que se ha propuesto ofrecer no solamente el texto original de la edición de 1933, con la restitución de las ilustraciones que la acompañaron y que lamentablemente no figuraron en la edición de 1977, sino de todas las variantes encontradas en los archivos de la Fundación Alejo Carpentier —casi todas absolutamente inéditas—, las cuales nos muestran el proceso de creación del novelista, las transformaciones que sufrió el texto e incluso los capítulos rescatados de una versión francesa de la obra, a todas luces concebida por el propio autor con vistas a una publicación en Francia, acaso más cercana a aquel manuscrito inicial que, según una declaración suya, llevaba consigo cuando viajó a ese país en 1928. Se han incorporado, además, algunas notas que esperamos ayuden al lector de hoy a comprender con mayor eficiencia el texto carpenteriano.

Esta nueva edición permitirá a muchos volver una mirada fresca hacia una de las novelas más cubanas de la primera mitad del siglo XX, con su rompimiento ñáñigo, su mediatizada politiquería pseudorrepublicana, con su juego de pelota, su bolita, su charada china, sus cantos, sus campos de caña, sus ingenios, sus guajiros, su cárcel, su puerto, sus prostitutas y proxenetas. Y también con su huracán... Es, sin dudas, una lectura inaplazable para el que hasta ahora no haya tenido la ocasión de adentrarse en ella, pero al mismo tiempo indispensable para los que con avidez la devoramos en los ya lejanos años de la década de los 70, pues seguramente hoy somos mejores lectores y podemos ver un poco más allá entre sus páginas.

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