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El perseguidor y otros relatos

Los breves cuentos que presentamos hoy a los lectores con motivo del centenario de Cortázar, pertenecen al libro El perseguidor y otros relatos, que fuera publicado en Cuba en 1983 por la Editorial Arte y Literatura en su colección Cocuyo

Autor:

Juventud Rebelde

Julio Cortázar (1914-1984) Escritor argentino considerado uno de los más importantes en la historia de la literatura latinoamericana. Formó parte del llamado boom. Entre sus obras más significativas se encuentra la novela Rayuela, aunque también escribió importantísimos libros de cuentos. Algunas de sus obras son: Final del juego, Las armas secretas, La vuelta al día en ochenta mundos, Los premios y Libro de Manuel.

Alegría del cronopio

Encuentro de un cronopio y un fama en la liquidación de la tienda La Mondiale.

—Buenas salenas, cronopio cronopio.

—Buenas tardes, fama. Tregua catala espera.

—¿Cronopio cronopio?

—Cronopio cronopio.

—¿Hilo?

—Dos, pero uno azul.

El fama considera al cronopio. Nunca hablará hasta no saber que sus palabras son las que convienen, temeroso de que las esperanzas siempre alertas no se deslicen en el aire, esos microbios relucientes, y por una palabra equivocada invadan el corazón bondadoso del cronopio.

—Afuera llueve —dice el cronopio—. Todo el cielo.

—No te preocupes —dice el fama—. Iremos en mi automóvil para proteger los hilos.

Y mira el aire, pero no se ve ninguna esperanza, y suspira satisfecho. Además le gusta la conmovedora alegría del cronopio, que sostiene contra su pecho los dos hilos —uno azul— y espera ansioso que el fama lo invite a subir a su automóvil.

Tristeza del cronopio

A la salida del Luna Park un cronopio advierte que su reloj atrasa, que su reloj atrasa, que su reloj.

Tristeza del cronopio frente a una multitud de famas que remonta Corrientes a las once y veinte y él, objeto verde y húmedo, marcha a las once y cuarto.

Meditación del cronopio: «Es tarde, pero menos tarde para mí que para los famas, para los famas es cinco minutos más tarde, llegarán a sus casas más tarde, se acostarán más tarde.

Yo tengo un reloj con menos vida, con menos casa y menos acostarme.

Yo soy un cronopio desdichado y húmedo».

Mientras toma café en el Richmond de Florida, moja el cronopio una tostada en sus lágrimas, naturales.

Historia

Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio de la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.

Eugenesia

Pasa que los cronopios no quieren tener hijos, porque lo primero que hace un cronopio recién nacido es insultar groseramente a su padre, en quien oscuramente ve la acumulación de desdichas que un día serán las suyas.

Dadas estas razones los cronopios acuden a los famas para que fecunden a sus mujeres, cosa que los famas están siempre dispuestos a hacer por tratarse de seres libidinosos. Creen además que en esta forma irán minando la superioridad moral de los cronopios, pero se equivocan torpemente pues los cronopios educan a sus hijos a su manera, y en pocas semanas les quitan toda semejanza con los famas.

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