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Treinta y cinco años después, el Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones sigue garantizando la protección radiológica y seguridad nuclear del país

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Quizá el hecho de mayor trascendencia internacional que atesora el Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones (CPHR) —adscrito a la Agencia de Energía Nuclear y Tecnología de Avanzada del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente— es la investigación realizada  en la década de los 90 para medir los niveles de contaminación de poco más de 8 000 niños procedentes de áreas afectadas por el accidente de Chernobil, los cuales residieron en la localidad capitalina de Tarará.

Pero, más allá de ese hito con impacto global en los ámbitos de la salud y la solidaridad, la protección radiológica y seguridad nuclear de nuestro país está garantizada por esta institución, que comenzó a gestarse en 1984 por la Secretaría Ejecutiva para Asuntos Nucleares y que tuvo su fundación oficial en noviembre de 1985.

Treinta y cinco años después, y con la obtención de la condición de Vanguardia Nacional en 22 ocasiones entre sus reconocimientos más relevantes, el centro es líder en ofrecer servicios vinculados a la vigilancia radiológica individual de los trabajadores ocupacionalmente expuestos a las radiaciones ionizantes a través de la dosimetría externa y la interna.

También, la evaluación del impacto radiológico ambiental, la determinación de los contenidos de radiactividad, la gestión de desechos radiactivos, la evaluación de emplazamientos para industrias de alto riesgo, la dosimetría biológica en emergencias radiológicas, la respuesta ante posibles incidentes y accidentes nucleares, entre otras actividades.

De referencia nacional y regional en seguridad radiológica, el Centro cuenta con trabajadores altamente calificados —muchos de los cuales son expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica— y anhela seguir creciendo en recursos humanos y tecnológicos para consolidar su misión. Con algunos de ellos conversamos.

«El trabajo en el Laboratorio de Dosimetría Externa garantiza la vigilancia de los trabajadores que están expuestos a las radiaciones dondequiera que hay un equipo de rayos X, dondequiera que hay un bolo de medicina nuclear, dondequiera que hay un cabezal para hacer radioterapia, en la producción de isótopos, en las proporciones geológicas…

«Hoy trabajamos en la implementación de la vigilancia del cristalino porque se ha demostrado que es un órgano muy sensible a las radiaciones, y en la vigilancia dosis en mano producto de la radiación Beta, presente en la producción de isótopos. Nuestra misión es garantizar la seguridad de las personas en entornos de alto riesgo» (Ingeniero físico-nuclear Daniel Molina Pérez, responsable del Laboratorio de Dosimetría Externa)

«El Laboratorio de Dosimetría Interna es único de su tipo en el país, con una cámara de bajo fondo, existente en pocos lugares de la región. Trabajamos con fuentes y sustancias radiactivas para medir la radiación incorporada al organismo humano por cualesquiera de las vías: inhalación, ingestión… Medimos personas que, podemos decir, son fuentes de radiación.

«Hacemos cálculos de blindaje, asesorías para toda la parte documental que permite a las instituciones  obtener licencias y autorizaciones por el organismo regulador, y además llevamos toda la parte de capacitación en protección radiológica del Centro». (Ingeniera nuclear Dayana Ramos Machado, especialista en Protección Radiológica)

«El Laboratorio de Vigilancia Radiológica Ambiental, acreditado a nivel internacional, es el único en Cuba que certifica calidad radiológica de alimentos de importación y exportación. Además, pretendemos potenciar las acciones en torno a la radiación natural y para la aplicación de radiotrazadores en la industria». (Licenciada en Química Nuclear Isis María Fernández Gómez, jefa del Laboratorio de Vigilancia Radiológica Ambiental)

«En nuestro Laboratorio de Radiobiología se evaluaron a los niños que provenían de las zonas expuestas a la nube radiactiva del accidente de Chernobil para saber si tenían daño primario en el ADN. Luego de analizarlos en el contador corporal, se estudiaban las muestras de sangre recogidas.

«Actualmente desarrollamos un proyecto en colaboración con el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología para lograr medir la radiosensibilidad individual de los pacientes sometidos a radioterapia. Sabremos si los efectos adversos de la radioterapia se pueden correlacionar con que el paciente sea radiosensible o radiorresistente y a partir de ahí, quizá ajustar el tratamiento inicial del paciente. (Licenciada en Biología Ivonne Romero Aguilera, jefa del Laboratorio de Radiobiología del CPHR)

«Empleamos las técnicas nucleares para el estudio del agua, el suelo y otras variables ambientales, y el resultado del estudio en un punto permite extrapolar a una dimensión mayor lo que sucede con esos recursos y en menor tiempo en comparación con las técnicas tradicionales». (Ingeniero en Minas José Luis Peralta, jefe de los Servicios de Evaluación al Medio Ambiente)

«El objetivo fundamental de la Red Nacional de Vigilancia Radiológica Ambiental, con diferentes estaciones radiológicas distribuidas en el país, es detectar cualquier contaminación radiactiva que se produzca en el medioambiente, debido a la ocurrencia de emisiones accidentales a nivel nacional, a escala regional o a escala global.

«Brindamos, además, el servicio de vigilancia radiológica de chatarra metálica desde 2002. Protegemos al personal que trabaja de forma permanente en la búsqueda de fuentes radiactivas y también de dispositivos contaminados, y prevenimos el desplazamiento involuntario de fuentes radiactivas o de piezas contaminadas en las cargas de chatarra que se van del país y en las que se importan». (Licenciada en Radioquímica Celia Caveda Ramos, jefa de la Red Nacional de Vigilancia Radiológica Ambiental)

«La planta de producción situada en Managua garantiza alrededor del 80 por ciento de los productos que el Ministerio de Salud Pública emplea en el desarrollo de la campaña antivectorial, e incluye no solo el producto cubano Abatex (producido en nuestras instalaciones) sino un conjunto de plaguicidas para el control de cucarachas, ratones, chinches, pulgas, garrapatas...

«Se lo garantizamos también a otros clientes como hoteles, empresas agrícolas, entidades del Ministerio del Interior, las Fuerzas Armadas, entre otras. Aspiramos a crear nuevas formulaciones de productos que satisfagan las demandas registradas, pero, sobre todo, a convertirnos en líderes en trasferencia de conocimiento y tecnología, más que en productores». (Licenciado en Química Luis Pérez Sierra)

«El Laboratorio Secundario de Calibración Dosimétrica garantiza la trazabilidad metrológica de las magnitudes de dosis ionizantes en el país. Calibramos los equipos en funcionamiento en hospitales, industrias y otras entidades donde haya fuente radiactiva para asegurar que sea correcta la dosis que se mide con ellos.

«Fue el primer laboratorio de la red del Organismo Internacional de Energía Atómica y de la Organización Mundial de la Salud, la red euroasiática de laboratorios de calibración». (Licenciada en Física Nuclear Niurka González Rodríguez, jefa del Laboratorio Secundario de Calibración Dosimétrica del Centro)

«Aspiramos a entregar plaguicidas en el nivel suficiente para cubrir la demanda en el control de plagas agrícolas, y para ello requerimos invertir en la infraestructura necesaria.

«No obstante, nuestro concepto es que, como centro científico que somos, nuestro objetivo es desarrollar y registrar los productos, pero no dedicarnos a la producción, sino a la transferencia de tecnología y conocimientos». (Ingeniero Termoenergético Nivardo García Leyva)

«El Grupo de Asesoría de Seguridad Radiológica del CPHR tiene la misión de asesorar, apoyar y brindar  capacitación a todas las personas e instituciones que en el país emplean o se exponen a las radiaciones ionizantes, ya sea en el sector de la industria, de la investigación o de la práctica médica,  con el objetivo de que esta actividad se realice de forma segura.  Por ello, entre las acciones que desarrollamos cada abril desde hace 25 años está el curso nacional de protección radiológica,  para formar a los responsables de la pro-
tección radiológica de las instalaciones.

«Este curso está reconocido a  nivel nacional por la autoridad reguladora y permite que los responsables de protección radiológica obtengan la licencia para ocupar esos cargos en las instituciones del país. Igualmente asesoramos y elaboramos la documentación que deben presentar estas instituciones  para obtener las autorizaciones correspondientes del órgano regulador para hacer uso de las radiaciones ionizantes». (Ailza Castro Soler, ingeniera nuclear y jefa del Grupo de Asesoría de la Seguridad Radiológica del CPHR)

«El Centro para mí es compromiso. Dedicación, entrega, eso caracteriza al equipo. Asistir al trabajo todos los días trasladándose 40 kilómetros al este de la ciudad. Y lograr los resultados científico-técnicos que han alcanzado, y saber que pueden obtener más. El Centro enamora, y los que en él laboran lo están, por eso aportan cada día lo mejor.

«Por la misma condición de exclusividad de sus servicios es una entidad que tiene permanencia en el tiempo. No hay riesgo de extinción en ella, porque el país la necesita, la sociedad lo necesita, y la propia necesidad le asegura una existencia a lo largo del tiempo». (Ingeniero Nuclear José Fidel Santana Núñez, viceministro primero del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente)

«El colectivo de trabajo del CPHR es una de sus mayores virtudes, como lo es mantener el funcionamiento de sus laboratorios acreditados. Es una fortaleza del centro poderle garantizar al país sus servicios en todo momento.

«La principal debilidad viene asociada a la principal fortaleza porque su colectivo está envejeciendo. Es necesario atraer jóvenes hacia la institución y que se mantengan en ella para que se pueda sostener el nivel científico técnico que hoy se le reconoce.

«El Centro debe mantener lo que tiene hoy, lograr exportar más servicios y, a su vez, seguir acompañando la introducción de nuevas tecnologías en el país. Debe integrarse más, lograr la diversificación con otras instituciones para formar paquetes de servicios que den respuesta a sus necesidades, tanto en el país como en el exterior. (Licenciada en Física Nuclear Gladys López Bejerano, presidenta de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnología de Avanzada)

«La mayor fortaleza del Centro es el prestigio que hemos alcanzado a nivel nacional e internacional en materia de servicios y proyectos de seguridad radiológica, gracias a la eficiencia del personal que, con un elevado sentido de pertenencia, impulsa diferentes acciones.

«Tenemos debilidades, muchas están asociadas con la obsolescencia tecnológica de algunas áreas, y tal vez la más preocupante es la incertidumbre en cuanto al relevo generacional de la fuerza laboral para continuar con nuestras misiones.

«El entorno socioeconómico del país está cambiando y debemos saber aprovechar la oportunidad de crear, para avanzar y crecer». (Ingeniero Físico Gonzalo Walwyn Salas, director general del Centro)

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