R.D. Mi pene no tiene el tamaño adecuado para mis 22 años. Desde la secundaria noté que me estaba quedando retrasado en el desarrollo. No veía crecimiento del pene y de mis vellos, y decidí esperar, como aconsejan los muchos libros que leí. El problema es que aún no acontece lo esperado, y no sé qué hacer para que mi miembro crezca y engorde. Estoy desesperado y sería un milagro lograr algo. ¿Qué puedo hacer?
En nuestro país se debe acudir al médico de la familia ante cualquier duda, porque es allí donde realizan los primeros exámenes y te remiten al endocrinólogo u otro especialista que resulte pertinente según cada problemática. No es preciso esperar más, hay tratamientos posibles para adolescentes de uno y otro sexo que en verdad presenten retardo en el desarrollo. Como las causas suelen ser diversas, se analiza cada caso en particular.
Muchos localizan en el tamaño del pene, los senos u otras diferencias físicas, la causa de sus fallas al buscar pareja. Estas representaciones suelen omitir otros elementos concernientes a nuestros actos, con independencia de lo que pueda haber de cierto en la caracterización física. A veces podemos cambiar la imagen con intervención médica, pero esa transformación no tiene tanto poder. El desencuentro consustancial a la experiencia humana no se borra al adecuarnos mejor al ideal social. Más bien se requiere aceptación de nuestra singularidad (siempre discrepante) y una elección creativa de alternativas para relacionarnos de un modo placentero con los demás.
Quizá, además de ir al médico para resolver lo del físico, valdría la pena preguntarse cuál sería el milagro, cuál es el problema.
Mariela Rodríguez Méndez. Máster en Psicología Clínica.
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