Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Suspiro entre dos

Para ser buen amante a cualquier edad lo primero es cuidar tu propio ser, tratarlo con sabiduría y acompañarle a conciencia su labor diaria

Autor:

Juventud Rebelde

El amor es como el fuego, que

si no se comunica se apaga.

Giovanni Papini

Muchos topes eróticos fallan apenas comenzar porque el aire no alcanza, las posiciones destrozan la columna, se acaban las energías, la eyaculación llega muy rápido, el orgasmo es escurridizo, no hay comunión con la otra persona…

Todo eso puede mejorar si aprendemos a respirar debidamente tanto solos como en pareja, y más aun si nos sincronizamos con los ritmos energéticos de la naturaleza, lo cual garantiza más años de experiencia vital.

Es difícil hallar un manual serio sobre sexualidad que no hable de la respiración, especialmente aquellos cuya base es el Taoísmo, el Yoga, el Tantra u otras corrientes filosóficas para las que mente, cuerpo y espíritu son tres manifestaciones de una misma esencia, y la práctica sexual, una vía para armonizarlas.

Todo el mundo inspira aire y expira desechos tóxicos miles de veces en el día, pero casi nadie es consciente de cómo emplea ese valioso mecanismo de sanación y sostén. Dejamos al cuerpo trabajar solo, o peor, lo sobrecargamos de estrés, adicciones, sedentarismo, contaminación… y luego nos pasa factura cuando queremos obtener placer.

Para ser buen amante a cualquier edad lo primero es cuidar tu propio ser, tratarlo con sabiduría y acompañarle a conciencia su labor diaria. Debes aprender lo que te aporta respirar en sus variantes superficiales y profundas y cómo usar uno u otro orificio nasal para calmar o acelerar tus ansias, hasta el suspiro de la entrega final.

Cuando domines esas técnicas será más fácil mostrar o esconder tu excitación, distribuir el placer de una caricia, acelerar o evadir la eyaculación, potenciar y prolongar el orgasmo, sincronizar talentos y posturas, compartir experiencias místicas, aliviar dolores, iras, complejos y preocupaciones…

La respiración es el compás visible de tus sensaciones. Ella puede hacer que alguien te desee y conecte con tu compás erótico o que te rechacen porque tus movimientos y sonidos resultan angustiosos o difíciles de seguir.

Su magia funciona como en la danza: lo que importa es comprometerse con el ritmo y respetar unas técnicas que muchas veces no necesitan dirección o palabras: para eso está la música, flotando entre dos cuerpos que se saben mejores si están juntos.

Algunos manuales ya los hemos facilitado por la vía del correo electrónico*. Otros han llegado recientemente a nuestro poder y también podemos compartirlos, pero no basta con leer sus recomendaciones si no se incorporan con sistematicidad. Sus resultados comienzan a verse en un par de semanas y con el tiempo se incrementan los beneficios.

Los ejercicios van desde el más simple, para aprender a exhalar e inhalar con una intensidad y tiempo controlados, hasta la descripción de sistemas que vinculan respiración, posturas, entrenamiento del músculo pubococcígeo y la visualización de canales de energía de diversos colores y destinos, según los órganos hacia donde envías su efecto revitalizador.

Constancia y complicidad son claves de esta herramienta que facilita el placer y multiplica la comunión con la pareja sexual elegida, sea o no quien comparte tu vida en otros órdenes, porque los modelos de relación resultan hoy más complejos y menos nítidos que en civilizaciones pasadas.

Adentro y afuera

Nadie discute hoy que los seres vivos somos campos bioenergéticos interconectados con otros campos de mayor o menor cuantía. La respiración es un medio para potenciar esas cargas y destinarlas a fines productivos, reproductivos o contemplativos, según demande el momento.

Para la India fue Prana, en China la llamaron Chi, en Japón Ki, Lung en el Tibet… La energía universal es captada del aire (preferiblemente por la nariz) y procesada en los pulmones para distribuirla en todo el cuerpo y purificarnos de toxinas, remover emociones negativas, revitalizar los sistemas respiratorio, circulatorio e inmunológico, integrarnos al ambiente social y natural, potenciar las funciones cerebrales y liberar el enojo…

Mucho de lo que buscamos al procurar nuevos contactos sexuales.

En momentos de tranquilidad y armonía, cuando una ola de amor nos envuelve, predomina una respiración lenta y profunda. El resto del tiempo vivimos contrarreloj, comemos de prisa o pensamos solo en problemas y apenas usamos el diez por ciento de la capacidad pulmonar en una respiración superficial y fragmentada, con poca carga de oxígeno, lo cual hace más frágil nuestra salud física y mental.

Cada vez que te percates de ese mal hábito, y sobre todo cuando te prepares para el anhelado encuentro amoroso, prueba a ejercitar una respiración profunda que te adentre en las diversas técnicas, ya sea la purificadora o las que estimulan los pulmones, el timo, el corazón o el cerebro; la que libera la ira y sus derivados…

Todos esos ejercicios tienen en común varios requisitos: practicarlos a voluntad, buscar sitios de aire puro, evitar interrupciones, elegir ropa y posturas cómodas, olvidar los retos mundanos por esos diez o 15 minutos y elevarte en pensamientos agradables y generosos, mejor aun si se refieren a la persona que admiras y te atrae tanto.

Las diferencias están en el destino que das mentalmente a la energía movilizada con tu respiración y lo que haces con tus manos para ayudar a enfocarte. Al principio tendrás que vigilar cada paso para retener, acelerar o distribuir a conciencia el ritmo respiratorio, pero luego fluyen naturalmente mientras meditas, acaricias o haces el amor.

Si ya conoces las técnicas respiratorias básicas porque practicas artes marciales o has participado en talleres terapéuticos, solo tienes que entusiasmar a tu pareja para que las apliquen juntos, sintonicen su aliento, dejen ir las emociones negativas en un suspiro sincero, amplifiquen las positivas en bocanadas de nueva dicha y se sanen mutuamente mientras se acarician en una dimensión muy placentera tanto corpórea como espiritual.

Respiración controlada, ambiente agradable, mente positiva, gratitud, ejercicios de Kegel y respeto mutuo son la mejor combinación para potenciar el éxtasis. Un tema en el que profundizaremos el próximo sábado 8 de agosto, Día Internacional del Orgasmo Femenino.

*Bibliografía: El hombre multiorgásmico; Sexo para Uno; Sexo, Tantra y Taoísmo; El buen sexo; meditaciones de la Fundación Sauce; Yoga Sexual.

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