Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuidar a todas las mujeres

Atención personalizada, desde la sensibilidad y el conocimiento; junto a una preparación siempre actualizada, son las premisas de la SCOG

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

Para el hombre que tuvo una buena madre,

todas las mujeres son sagradas.

Anónimo

Lograr una atención cada vez más individualizada es una meta defendida con gran pasión por la Ginecobstetricia cubana, aun cuando el país no cuente con toda la parafernalia tecnológica que acompaña a esta especialidad en el mundo actual.

Y no hablamos solo de diferenciar tratamientos según las capacidades reproductivas, o de tener presente los riesgos asociados a raza, edad y padecimientos crónicos, sino de una mirada más consciente a los factores socioculturales que condicionan la existencia humana y de los diálogos más equitativos entre pacientes y profesionales a la hora de tomar cualquier decisión, incluso si la vida peligra.

A esto se suma el esfuerzo por mantenerse al día sobre las novedades terapéuticas que no forman parte del esquema criollo de salud pública, para aconsejar a quien llega con un fármaco en la mano o insinúa que va a «encargarlo afuera» porque le tienta la publicidad del producto.

Atención personalizada es también el arte de escuchar los deseos de una pareja y tratar de honrarlos sin cuestionar motivaciones o derechos, aunque eso implique desafiar prejuicios y trabajar a veces sin garantías de éxito, pues no siempre en el campo reproductivo uno más uno da tres.

Con ese espíritu avanza hoy la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología (SCOG), a juzgar por el debate de las ponencias presentadas en su XVI Congreso y el criterio halagüeño de 92 especialistas de otros 20 países que también asistieron al evento, clausurado recientemente en el Palacio de las Convenciones de La Habana.

Entre el alba y el ocaso

Pensar con perspectiva demográfica, un reto agobiante para otras esferas decisivas en el país, es condición inherente a la SCOG desde sus orígenes. Bien saben sus integrantes que atender la salud femenina va más allá de garantizar que los bebés nazcan sanos, las adolescentes cuiden sus relaciones sexuales y las madres sobrevivan al parto.

Diariamente llegan a policlínicos y hospitales un número significativo de mujeres maltratadas, adultas con prolapsos mal cuidados o bebés con hemorragias genitales inesperadas, por solo mencionar algunos eventos comunes.

Otros malestares se adueñan del panorama silenciosamente y es necesario salir a pesquisar en las comunidades para detectar nuevos casos, convencerlos de luchar por su vida y educar preventivamente, desde el conocimiento y la emoción, a cada grupo particular de mujeres en riesgo.

La sensibilidad es el primer parámetro de calidad en este tipo de servicio, que suele irradiar cuidados hacia toda la familia, pues muchas veces la salud de la mujer refleja el estilo de vida de otras personas y sus posibles factores protectores o agravantes.

Por la confianza que propicia, esta consulta es ideal para ir más allá de la cuestión ginecológica y alertar a las pacientes sobre otros trastornos cuyos síntomas tal vez pasen por alto en la vorágine del día a día, desde cardiopatías y problemas endocrinos hasta una depresión sicológica o una pobre autoestima ante las pérdidas lógicas de la edad madura.

Honras compartidas

Para quienes seguimos desde la prensa estos temas, fue muy gratificante ver jóvenes que en anteriores congresos asistían como estudiantes y este año comparten resultados y criterios con sus profesores paradigmáticos, loable manera de asegurar el futuro de la especialidad sin rupturas generacionales.

El intercambio académico con profesionales de otros países es una fortaleza que la SCOG tiene en alta estima. En esta ocasión el regocijo mayor fue la primera visita de directivos del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, de EUA, con el cual se reiniciaron este año las relaciones de trabajo.

Varios expertos se inscribieron como Miembros de Honor de la SCOG: los estadounidenses Lisa Flowers, Mark De Francesco, Ira Horowitz, Marc Goodman y Thomas Gellhaus; los españoles Matías Jurado y Ramón Carrera, la alemana Birgit Arabin, el colombiano Miguel Parra y el argentino Bremen De Mucio.

El Ministerio de Salud Pública honró también a tres especialistas con el título de Maestro de Generaciones en el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI): la doctora Violeta Herrera, primera obstetra de la Atención Primaria de Salud, y los profesores consultantes y Maestros Latinoamericanos Alexis Corrales y Juan Vázquez.

El premio Eusebio Hernández al mejor trabajo de investigación del Congreso lo recibieron la doctora en Ciencias Julia Pérez y el doctor Alexei Capote, coautores de una estrategia educativa para prevenir ITS en adolescentes, tema que compartiremos más adelante en Sexo sentido, así como otras novedades y resultados relevantes del evento.

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