Y.A.: Hace cinco años tengo una relación, pero todavía siento un amor del pasado que es bonito y difícil de lograr al mismo tiempo. No sé si estoy con mi novio porque lo quiero, por lástima o cariño. No sé qué hacer; no quiero herirlo. A pesar de su carácter, que es tan diferente al mío, es muy bueno y sé que sí me quiere. Esta es la primera vez que pido ayuda especializada. Con mis padres no cuento, pues ellos tratan de no meterse en mi vida. Sé que los amigos me apoyan, pues quieren que yo esté lo más contenta posible, pero realmente no sé qué hacer.
Lo más importante es intentar construir lo que quieres para tu vida de pareja, según quien eres, lo que más creas desear y lo que te sea posible.
Primero, te queda pendiente otorgar su lugar a ese amor pasado con vida presente. Si difícil significa que pudieses lograrlo, inténtalo; si en cambio es imposible, otórgale un espacio entre tus recuerdos.
Siempre podrás replantearte tu vida amorosa cuando determines que tu insatisfacción predomina y ningún cambio es posible a favor de la relación. Pero antes te hará bien tener claro qué te une a tu novio. Estos son siempre motivos personales. Te satisfacen de algún modo, independientemente de que también puedas complacerlo.
Si la «lástima» te atase a él, podría explicarse, por ejemplo, gracias a tu deseo de ser muy importante para otra persona, cumplir con un deber o ser querida. De modo que finalmente buscarías tu satisfacción y no tanto proteger a quien puede continuar su vida sin ti. Tal vez te resulte imprescindible la seguridad y el amor ofrecidos por él, en detrimento de otras satisfacciones ausentes en la relación.
En verdad, solo tú puedes definir qué sientes y buscas; aunque a veces necesitamos ayuda de un profesional. No temas pedirla siempre que te resulte necesario.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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