J.C.: Tengo un amigo de 43 años que ha mantenido una postura heterosexual y tiene dos hijos de matrimonios. Mantuvo relaciones esporádicas con chicos y sufrió crisis de aceptación y depresiones por eso. Hace un año y medio está con un muchacho y dice irle bien; pero aún sufre. Su familia desconoce su condición. Él teme afrontarlo y no se decide a vivir junto a su pareja. Creo que merece ser feliz sin tantos mitos. Sé que es posible la dignidad y el reconocimiento siendo homosexual. Quisiera que lo aconsejara.
La felicidad es una construcción muy particular. Usted ha asumido una forma de vida con la cual su amigo no parece sentirse muy bien, aunque coinciden en algunos puntos y seguro percibe la dignidad y reconocimiento de los que usted habla. La mejor ayuda no es aconsejarlo, sino escucharle. Si a pesar del placer experimentado con hombres no se siente bien nombrándose o viviendo como homosexual, tendrá que descubrir su modo muy particular de disfrutar la vida. Si la cuestión es asumir su deseo, tendrá que determinar cuáles son sus barreras, y si eso es un problema para él puede buscar ayuda psicológica. No es que necesite que le convenzan, sino ayuda para definir su problemática y qué es lo más funcional para él.
Para esa pareja con quien comparte hace un año será un reto definir cómo enlazarse a alguien que solo está a su lado en determinadas circunstancias, sin asumir otras consecuencias. Pero la mejor relación amorosa es siempre un reto a la invención allí donde algo falta, a pesar de todo lo existente.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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