J. K.: A causa de incomprensiones, desconfianza e incomunicación en un contexto familiar complicado, me fui de la casa donde vivía con mi esposa, mi hijo de tres años y mis suegros. Aunque me mantengo en casa de mis padres, retomamos la relación porque consideramos que son problemas solucionables, pero supe que la estuvo enamorando un hombre durante nuestra separación. No me consta que ella le haya correspondido, pero se han encontrando y ella evita tratar el tema conmigo. Ahora sufro una crisis secreta de desconfianza. No puedo acusarla de nada, pero tampoco puedo dormir. ¿Pudieran ayudarme? Tengo 38 y ella 40 años.
Recriminaciones y quejas serían infructuosas. Si quieren revitalizar la relación deben apuntar a afrontamientos creativos de las barreras de hoy.
Con tu separación y su flirteo se alivian del malestar con cierta satisfacción, además de estremecer la sensación de seguridad matrimonial. Es momento de analizar estas señales que apuntan al problema y su posible solución para encontrar otras maneras de afrontarlo.
Tanto tu búsqueda de un espacio fuera del clima familiar como la escucha de otras palabras de amor por parte de ella, nos orientan sobre lo que ambos requieren y no encuentran en la relación.
No son pocas las emociones conflictivas que experimentan ahora. Potencien el placer que tanto están reclamando, incluso cuando tratan temas difíciles. Si lo de ustedes funciona, perderá espacio cualquier otra promesa amorosa que no sea la tuya.
A veces determinados comportamientos funcionan como síntomas para indicar que algo anda mal en la búsqueda de un placer manteniendo la actual relación, pero sin lograrlo del todo. Se impone actuar diferente para recuperar lo que tanto les importa y encuentran en esa relación de pareja.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista.
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