Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Suave pa′ que se te dé

Autor:

Mariela Rodríguez Méndez

F. N.: La primera vez que intenté tener una relación sexual no logré la erección. Estaba muy nervioso, porque temía «quedar mal» ante ella. Luego comenzó la tragedia. Solo pensaba en lo que ocurrió y lejos de concentrarme en el disfrute, mi cabeza no hacía más que esforzarse para lograr la erección; hasta que pude con la comprensión y ayuda de ella. Desde entonces, cada vez que lo intento con alguien no me concentro y ocurre lo mismo. Necesito la ayuda de mi pareja para lograrlo. He pensado usar píldoras, pero no quiero tener que lograrlo así. Tengo 24 años.

Algo que nombras «ayuda de mi pareja» es tu mejor solución ante el exceso de pensamiento y concentración en la imagen de hombre erecto. Para autorizarte a disfrutar requieres a una mujer que te haga temer «quedar mal» y al mismo tiempo pueda ponerse en el lugar de quien te «ayuda».

Por ahora eso es más valioso para ti que cualquier píldora; solo tendrías que ser receptivo ante esta condición de tu erotismo. Es así como estableces un lazo con tu pareja más allá del puro goce que podrías obtener a solas. Tal vez se logre con medicamentos, pero en ese caso es como si la mujer no existiera y no parece ser ese el lugar que quieres darle a tu compañera.

Es obvio que tu manera de implicarte en la relación íntimo-erótica responde a tu forma singular de existir en este mundo; sin embargo, podría constituir un enigma para ti, como hasta ahora. Puedes consultar a un profesional si insiste en tu cabeza alguna pregunta sobre esta situación.

Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista.

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