K. M.: Comencé una relación con una chica y tuvimos nuestro primer encuentro sexual. Me gusta satisfacer a mi pareja antes, para luego quedar complacido. Casi siempre mis novias han sido multiorgásmicas y la actual me alega que tras su primer orgasmo no siente nada de lo que le hacen. Pudiera pensar que es mejor, porque no tengo mucho que hacer para su satisfacción. No es así. Ayer ella se satisfizo con los juegos previos y yo me quedé muy excitado, sin terminar. ¿Es posible que eso pase? ¿Cómo puedo solucionarlo?
Este primer encuentro sirvió para dibujar un escenario diferente al que te es usual. Puede ser una invitación infinita o un cierre advertido. Dependerá de ustedes.
No está enferma, solo tiene una preferencia determinada probablemente por peculiaridades físicas o psicológicas. Cualquier lazo erótico presenta obstáculos que desafían e invitan a generar alternativas para obtener la parte posible del goce soñado. Tu mujer sitúa límites que te invitan al cambio, al compromiso y a creer en el amor para continuar allí.
Para ella es suficiente un orgasmo. Por ahora, no parece desear más. En consecuencia, no realizas la fantasía de altruista obsequiador de orgasmos múltiples femeninos, hasta gestar poco a poco el tuyo.
En el encuentro sexual y en el orgasmo en particular hay un instante en que estamos a solas con nosotros mismos, aun acompañados. Cada uno tiene un modo muy peculiar de vivir su satisfacción que no sucumbe a contratos o exigencias. Pero sí hay encuentros con personas y circunstancias que encienden las guturales chispas de ese clímax orgásmico vivido por cada uno. A veces se requiere encontrar a la persona, otras basta con propiciar las circunstancias.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
