L. A.: Desde que inicié mis prácticas sexuales hace cuatro años he tenido muchas aventuras, pero en ninguna he sentido esa sensación maravillosa que tienen las personas cuando se encuentran en ese acto. Hace siete meses cambié radicalmente y tengo pareja estable, sin lograrlo tampoco. No sé qué pensar. Nunca he salido embarazada y a veces creo que no soy fértil. Díganme qué hago y cuál es mi problema. Tengo 20 años de edad.
Saber cuál es el problema y qué hacer requiere de una entrevista psicológica profesional, donde puedas encontrarte con tus propias respuestas. A veces requiere también de un examen médico. Me parece muy bien que comiences a cuestionarte esta inhibición del disfrute, porque es el primer paso del camino a la solución.
La experiencia orgásmica femenina puede resultar escurridiza en los primeros tiempos. Vivenciarla implica ubicarse en una posición subjetiva de consentimiento a lo inefable de un goce singular, tempestuoso e incontrolable. Implica también acceder a ser disfrutada por otro y al mismo tiempo conectarse con lo más íntimo que nos habita. Requiere además del encuentro especial con alguien que cumpla determinadas condiciones para activar lo nombrado en la cultura popular como química o conexión. No se trata solo de prácticas, cantidades, mal o buen comportamiento. Se necesita poner más en juego.
La fertilidad no guarda relación con la capacidad orgásmica y que no hayas salido embarazada hasta ahora no indica que seas infértil. Recuerda que el uso del condón previene embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual. Debe utilizarse cada vez que tenemos un encuentro, especialmente si se trata de una aventura, aunque no solo en ellas.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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