M. A.: Hace más de dos años tuve una relación con un muchacho de mi municipio. Terminamos por diferencias de gustos e intereses. Por desgracia para mí, él fue mi primer y único amor. Siempre me dijo que cuando pasara algo con nuestra relación me lo diría, pero no actuó así y me dañó emocionalmente. Sufrí mucho porque lo amaba. Todavía lo veo y se me aflojan los pies. Tuve otras relaciones, pero no encontré lo que de él me gustó. ¿Sería un error volver con él? ¿Cree que vale la pena darnos otra oportunidad? Nuestros gustos son diferentes, pero ambos tenemos interés de volver a estar juntos.
Al parecer las diferencias no han roto el encanto amoroso. Nadie sabe si sería un error volver. Para eso tendrán que intentarlo y encontrar otras maneras de afrontar lo que antes resultó insoportable.
Aceptar este amor que parece tan ajeno a tus gustos e intereses, requiere cierto análisis de ti mismo. ¿Por qué esta persona tan diferente es la única que te hace temblar las piernas? ¿Qué relación tienen sus gustos con aquello que solo encuentras en él?
Lo diferente suele ser más atractivo de lo que parece. No obstante, resulta difícil de tolerar, como todo aquello de nosotros mismos, divergente a nuestro ideal. Lo que nos llama la atención puede tener mucho que ver con nosotros mismos. No siempre podemos condescender a lo que nos habita y determina, por parecernos impropio.
Finalmente, llama la atención que se hayan separado por incumplir con un trato; no por sus diferencias. Aquí hay algo más por analizar para el futuro. ¿Por qué él necesitó engañarte? ¿Por qué no pudieron crear otra manera de enfrentar lo sucedido sin separarse?
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