La falta de orgasmo no es una enfermedad, aunque pudiera tener algunas causas orgánicas asociadas. Por lo general expresa que algo desacopla con la pareja en la intimidad
D. A.: Estoy casada hace diez años y nunca he tenido orgasmos con mi esposo. Antes sí los tuve con otra pareja. No sé qué hacer, porque quiero a mi esposo y me siento bien con él en todos los otros aspectos de la vida.
No está obligada a divorciarse para disfrutar del clima erótico. No será fácil introducir determinados cambios después de tanto tiempo, pero muchas veces estos sirven a ambos y se agradecen. Por eso le sugiero buscar asesoría sicológica para iniciar este proceso.
Es seguro que ha experimentado otras satisfacciones muy importantes para usted. No son pocas las mujeres que cambian este goce erótico por otros. Para algunas es más difícil avanzar en la búsqueda de su placer cuando tienen que disentir con su amado, en el interior de una situación supuestamente ideal.
El hecho de que ahora, después de diez años, comience a preguntarse qué hacer nos lleva a suponer que está preparada para iniciar este proceso. No demore entonces, en buscar ayuda profesional.
La falta de orgasmo no es una enfermedad, aunque pudiera tener algunas causas orgánicas asociadas. Por lo general expresa que algo desacopla con la pareja en la intimidad. En momentos como esos, la respuesta cambia en función de cada persona.
La anorgasmia es una dificultad para alcanzar el orgasmo. Un modo de vivir la experiencia sexual que dificulta la entrega al placer. No se logra a voluntad. Requiere de una posición subjetiva específica ante las sensaciones corporales. Muchas veces resulta difícil darse cuenta de las múltiples maneras que tenemos de resistirnos a este disfrute, a cambio de otras satisfacciones.
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