J.C.: Mantengo una relación con una muchacha de 33 años, la cual tiene un bello niño de siete años. Llevamos 11 meses de relación. La amo con la vida. No vivo con ellos por cuestiones de trabajo, pero los fines de semana estoy allá. Nos iba excelente en materia de sexo mientras nos veíamos cada 15 días o semanalmente. Todo cambió cuando decidí visitar su casa. Tememos que el niño se despierte y no me concentro, mi cuerpo no reacciona, y si lo logra mi orgasmo es precoz y luego no logro recuperarme. Antes estaba a la vanguardia con solo tocarla. Dígame cómo puedo solucionar mi problema. Soy un muchacho de 22 años.
Siempre que aparecen estos problemas se recomienda acudir al médico y chequear la salud, porque la mayoría de las veces las disfunciones sexuales son señales que denotan que algo marcha mal en el cuerpo. De alguna manera, ahora no estás siendo consecuente con tu deseo; tu erotismo está quedando al margen y eso no significa que no amas a tu compañera, simplemente que algo está siendo descuidado en el encuentro erótico.
Tal vez deban retomar parte del encanto que antes tuvieron en aquellos encuentros, sin los límites que ahora impone la convivencia con un niño, la nocturnidad y otros elementos que hoy te desconcentran; rescatar los detalles que dan lugar a aquello que te concentra en las sensaciones eróticas. Por lo que cuentas, ahora que duermen juntos los fines de semana dejaron de encontrarse como antes. ¿Por qué renunciar a esa complicidad?
Por otra parte, tal vez deban analizar si hay otra manera de arreglárselas para proteger su intimidad como pareja. No basta con estar juntos y hacer el amor: importa el cómo. Tu cuerpo volverá a reaccionar como tu deseas cuanto estés más a gusto con lo que haces.
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