J.A.: Hace poco tengo una relación con una muchacha a quien amo y me ama. Sin embargo, la celo mucho y discutimos todo el tiempo, aunque ella no me dé razones para ello. Temo perderla, pero no me puedo controlar.
La relación sexual y de pareja nos confronta con dimensiones nuevas, desreguladas, incomprensibles de nuestro ser. Se requiere cierto tiempo para comprender y crear maneras de arreglárselas con eso tan intenso que nos desborda; nos une y nos separa a la vez.
Pero se hace muy difícil cuando desconocemos qué sucede. Si no puedes ver qué pasa contigo y sigues proyectando en ella la causa de tu descontrol, es posible que todo termine aún peor.
Observa que no se trata de sus razones para suponerle desamor o infidelidad, sino de que pierdes el control. Este amor despierta en ti algo que te resulta incontrolable y desconocido. ¿Qué es?
Si en lugar de exigirle a ella que apacigüe tu «descontrol»; intentases darte un tiempo para analizar qué sucede contigo, tendrías mayores oportunidades de disfrutar esa relación que aún comienza. No esperes de ella la solución de esta dificultad tuya.
Te exhortamos a buscar ayuda profesional para emprender un mejor camino hacia ese proceso de afrontar lo «incontrolable». Quizás después, puedas unirte a ella disfrutando más eso que tanto celo despierta hoy. Lo femenino puede ser al mismo tiempo exorbitante, estimulante, desbordante, inquietante. Violencia y peleas son intentos fallidos: su aparente victoria acabaría con lo que más te atrae de esa mujer.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en sicología clínica
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