Acuse de recibo
Siguen las denuncias de la contaminación sonora, porque se extiende la impunidad hiperdecibélica. Muchas autoridades hacen oídos sordos ante el reclamo ciudadano. La última modalidad son las escandalosas «discotecas» móviles a lo descampado, que se «importan» de otros municipios y provincias, como si no bastara con los excesos propios del barrio.
César Martínez, vecino de Calle 2 de Diciembre, en Niquero, provincia de Granma, relata que en su localidad hace ya varios años que se contratan esas «discotecas» con elevados volúmenes de audio, que no creen en oídos ajenos.
Precisamente esos atorrantes tormentos a la intemperie los ubican al final de la calle 2 de Diciembre, donde viven familias con niños pequeños y ancianos. Es música «en vena» a excesivos volumen hasta altas horas de la madrugada que afecta el bienestar y la tranquilidad de los que allí viven.
Ya en reiteradas ocasiones, enfatiza, se han quejado a las instancias municipales que tienen el deber de dar solución a esta problemática, y han recolectado firmas. Pero no pasa nada. Al contrario, sin importar las afectaciones que esto provoca a la salud, siguen contratando estas discotecas.
Refiere que, incluso, el municipio cuenta con un local llamado Las Brisas, donde radica la discoteca de la localidad: El mismo reúne todos los requisitos para este tipo de actividad, ya que es cerrado perimetralmente con muros de concreto de tres metros de alto aproximadamente, una tarima, una cantina, bancos para descansar y dos baños para el uso de la población.
Lo más vergonzoso es que en las mañanas, amanece todo plagado de latas de cerveza y botellas de ron rotas, preservativos y un vaho insoportable de orines, ya que no hay un baño público. Ni las jardineras que Comunales ha situado allí se salvan de la destrucción y el desenfreno.
A solo 12 metros de esa ordalía, se encuentra la industria pesquera donde se procesa la langosta y el pescado de exportación. Igualmente, en las paredes de esa planta las personas se orinan, y en los lugares más oscuros hacen otras necesidades, contaminando el medio que rodea esa empresa.
Como si fuera poco, César, denuncia también la entrada a ese desenfreno de menores de edad en la madrugada, y la venta ilegal de cervezas a 30 y 35 pesos por revendedores sin licencia alguna para el trabajo privado.
César no desmaya: «Como ciudadano revolucionario de este país seguiré denunciando lo mal hecho hasta que exista una solución legal y formal a esta problemática».
¿Qué dice el Gobierno municipal de Niquero?
Lázaro Peña González, de 66 años y vecino de Aguada la Piedra, en Rafael Freyre, provincia de Holguín, sigue esperando por su ansiada jubilación, luego de una vida entera entregada al trabajo.
Cuenta en su carta que laboró en el sector estatal hasta que, unos meses antes de cumplir los 62 años y medio, se incorporó al trabajo por cuenta propia. Y en esta condición, estuvo tributando durante cinco años la contribución a la seguridad social para jubilarse.
«Ahora que ya cumplí el plazo establecido, afirma, se informa por la Dirección Municipal de Trabajo que no están jubilando a los trabajadores por cuenta propia por el momento».
Lázaro no comprende el porqué, pues la respuesta dada «no se corresponde con lo enunciado en la legislación vigente sobre esta materia, al establecer que tras cinco años de tributar al Estado como trabajador por cuenta propia, podría tener mi jubilación; ya tengo 66 años y todavía no percibo mi pensión, que me he ganado con mi trabajo y mi sudor».
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