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No fue bien orientado

El pasado 7 de diciembre desde Víbora Park, municipio habanero de Arroyo Naranjo, Rolando J. Rizo Oliva contó que el pasado 2 de diciembre, en la farmacia de San Gregorio y Villoldo de ese barrio, la dependiente le devolvió tres recetas de medicamentos, por estar vencidas. Y la más vieja tenía fecha de 3 de noviembre de 2022. O sea, 29 días. La empleada le informó que por indicación superior, ahora las recetas de medicamentos vencen a los siete días, lo que Rolando desconocía. «Con la escasez de medicamentos y de papel para imprimir recetas que tenemos en el país, ¿cómo es posible que la vigencia de las recetas médicas se haya reducido de 30 a siete días?», cuestionaba.

Y responde la Doctora Dianelys Ávalo Fernández, directora General de la Empresa Provincial de Farmacia de La Habana, que se creó una comisión investigadora a cargo del Grupo de Fiscalización y Control de esa entidad, especialistas de Distribución de Farmacia Clínica y el Jefe de Servicios Farmacéuticos del municipio. Entrevistaron a Rolando, a la dependiente de la farmacia y la administradora. Y revisaron las recetas de marras.

Se explicó a Rolando que las farmacias se rigen por normas, resoluciones e instrucciones del Ministerio de Salud Pública. En este caso se tuvo en cuenta el Programa Nacional de Medicamentos, cuyo capítulo 4to. plantea que el tiempo de vigencia de las recetas es de 30 días naturales después de su emisión. Y en caso de antibacterianos y antinfecciosos de uso oral y parenteral, debe aparecer la impresión diagnóstica, y tendrán vigencia de siete días.

Le informaron que el Metronidazol, que formaba parte de las recetas, entra en el grupo de antibacterianos y antinfecciosos. Y el Diclofenaco Sódico Colirio 0.1 por ciento no se recibe en esa farmacia, pues es comunitaria, si no en las farmacias principales, las especiales de áreas y las vinculadas con hospitales. Y actualmente se encuentra en falta provincial, afectado por materia prima.

Se supo que Rolando, tras realizar su queja a JR, fue a la farmacia a informar a la trabajadora que había formulado la insatisfacción al periódico, pues consideraba que el período de vencimiento de siete días de las recetas era muy corto. Y la dependiente no lo orientó adecuadamente, toda vez que los procedimientos y términos de vigencia de las recetas médicas nunca han sufrido modificaciones, ni durante la pandemia.

Se constató que de las tres recetas, dos eran de Metronidazol 250 miligramos, con fecha de emisión 9 de noviembre de 2022, y la otra de Diclofenaco Sódico Colirio 0.1 por ciento del 27 de noviembre de 2022. Y vencen a los siete días después de su emisión los antibióticos y antibacterianos.

Se le esclareció al paciente que ninguno de los medicamentos que solicitó había en existencia. Uno de ellos era el antibiótico, pero la receta estaba vencida. No  obstante, afirma, la trabajadora no realizó la localización del otro producto, diciendo que estaba en falta provincial.

Se evidenció, añade, que la administradora no tuvo conocimiento del caso, hasta que fue visitada por la funcionaria de Atención a la Población. La administradora indicó que todos los trabajadores de la unidad conocen las regulaciones vigentes sobre la prescripción, pero se debe insistir en acciones de capacitación y orientación, donde prime una atención integral.

Visitaron a Rolando para responderle con las debidas fundamentaciones, y comunicaron que quien ejecute la atención farmacéutica, y la dispensación propiamente, que es la entrega de uno o más medicamentos y dispositivos médicos a un paciente y la información sobre su uso adecuado realizada por el personal de la salud encargada de su utilización, debe estar preparado para ello. Tiene que convertirse en un verdadero promotor del uso racional de medicamentos, y lograr durante la dispensación que el paciente conozca las propiedades beneficiosas y los riesgos de los medicamentos o de las estrategias terapéuticas recomendadas por el prescriptor; además de autoprepararse correctamente y coordinar en caso de que no tenga la disponibilidad de este en otra unidad, redireccionar al paciente a su médico de asistencia para que utilice otra opción terapéutica. Y ello no sucedió en este caso.

Se derivaron análisis, agrega, que socializaron con todas las unidades de la capital para intensificar acciones de capacitación y preparación, así como medidas organizativas y de control que están en las proyecciones para 2023.

El caso se calificó con razón, y se le aplicó a la dependiente la medida de traslado a otra plaza de menor remuneración y condiciones laborales distintas, además de potenciar su capacitación. Y Rolando quedó conforme con la respuesta y la prontitud de las acciones realizadas.

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