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La potente mordida de Yasmani

A un joven camagüeyano la naturaleza lo dotó de una cualidad muy rara: arrastrar con la fuerza de su mandíbula cuerpos muy pesados, como vehículos de cerca de dos toneladas

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.— La noticia ha recorrido como pólvora esta ciudad. El joven Yasmani Fonseca Estrada, de 26 años de edad, arrastra los carros como si fueran de papel, solo con la potente fuerza de su mandíbula.

Juventud Rebelde no dejó pasar la oportunidad y dialogó con Yasmani, quien labora en la panadería El Modelo, de esta ciudad.

«Yo no conocía mi don. Hace solo unos tres años lo descubrí mientras trabajaba en la capital, en la panadería Neptuno 8», comentó Fonseca Estrada, quien vive en calle Segunda, entre Principal y Final, reparto Las Flores, en Camagüey.

Recuerda Yasmani que un día, mientras laboraba, una pesada bandeja le cayó en la rodilla izquierda, originándole un dolor que le produjo un impulso casi sobrehumano.

«Empecé a morder y a tirar con la boca sacos llenos de harina, de 110 libras, como si fueran caramelos, frente a todos mis compañeros, quienes se dieron tremendo susto y casi salieron corriendo», describe este increíble muchacho, que pesa 150 libras y mide un metro y 53 centímetros de altura. «Desde ese momento supe que algo raro me pasaba».

Yasmani refiere que no hace ejercicios ni tampoco se prepara para superar sus «hazañas». «Es como una fuerza interna que me recorre el brazo y cuando me afinco, halo lo que tengo frente a mí con la boca», explica. «Y hasta ahora no tengo ni dolor ni un diente partido», dice.

Sobre los objetos pesados arrastrados desde que descubrió su gracia sobrenatural hasta la fecha, comentó: «Frente a la panadería El Bombero, en La Habana, he halado un yipy Willy, una guagua de las medianas marca Gaviota, y otra tipo Girón, de unas ocho toneladas, todas en el mismo lugar».

Es asombroso que el poder de los dientes y la mandíbula de este camagüeyano sean capaces de lograr resultados que están más allá de lo que puede alcanzar cualquier otro de sus semejantes.

Los vecinos y transeúntes de la calle Matadero, entre Cisneros y Calvo, de esta ciudad, testificaron cómo el joven arrastró un Lada solo con la ayuda de una cuerda que ató al vehículo y luego agarró con su boca. Tiró de ella sin soltarla en un tramo de 30 metros, esfuerzo que completó en cinco minutos.

Muchos se asombraron con esta demostración no solo por lo sencillo que pareció el remolque del vehículo, que pesa más de una tonelada, sino porque lo hizo además con cuatro personas a bordo, sin que se le partiera un incisivo y sin dolor en sus músculos.

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