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Sacudir la palanca de las inversiones turísticas

Como oportunidad para revolucionar el sector constructivo en el país, incluida su fuerza de trabajo, valoran su asociación con una constructora de primer orden internacional los responsables de la Empresa Inmobiliaria Almest, que en los últimos 22 años, como inversionista, ha participado en la ejecución de más de 25 000 habitaciones

Autor:

Marianela Martín González

Cuba es mucho más que sol y playa. Es seguridad, paz y salud, es historia y futuro que asombran y atraen. Quizá por eso el pasado año arribaron al país 3,5 millones de turistas, y solo en el primer trimestre del corriente ya lo habían hecho un millón.

Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución indican que el turismo deberá dinamizar la economía, sobre la base de un programa de desarrollo eficiente.

Ello debe lograrse con la competitividad de Cuba en los mercados. Por eso, como señalan las directrices partidistas, habrá que crear, diversificar y consolidar, de forma acelerada, servicios y ofertas complementarias al alojamiento que distingan al país.

Se han de priorizar —de acuerdo con tales indicaciones—, el desarrollo de las modalidades de turismo de salud, marinas y náutica, golf e inmobiliaria, turismo de aventura y naturaleza, parques temáticos, crucerismo, historia, cultura y patrimonio, convenciones, congresos y ferias, entre otras.

Un reto de dimensiones nunca antes experimentadas, pero que no sorprende a la Empresa Inmobiliaria Almest, una de las entidades mayores y más experimentadas de su tipo en la Isla, la cual debe su nombre a la fusión de dos emblemáticos hombres de la historia de Cuba, provenientes del humilde gremio de los constructores: Juan Almeida Bosque y Armando Mestre.

Según el director adjunto de Almest, el arquitecto José Martínez Hernández, han participado como inversionistas en la ejecución de la planta hotelera en los diferentes polos turísticos del país: Varadero, Cayo Santa María, Cayo Coco, Cayo Guillermo y el Norte de Holguín, en los últimos 22 años, desde la misma fundación de su empresa.

En ese período —según refirió el directivo, que acumula 26 años de experiencia en la actividad—, han invertido en la infraestructura hotelera de más de 25 000 habitaciones que están ya en explotación por el Grupo de Turismo Gaviota.

A partir del boom constructivo iniciado en la segunda mitad de la década de los años 90, se seleccionó a la Empresa Francesa Bouygues —una constructora de primer orden internacional— para participar en dicho programa, con el objetivo de acelerar las inversiones turísticas.

La decisión de trabajar con Bouygues, asociada a instituciones constructoras cubanas, refrenda los principios de sostenibilidad que deben acompañar a cada inversión, entre estos acortar los plazos de ejecución, utilizando el método de diseño y construcción simultáneamente.

La asociación favorece, además, la transmisión del know how para la aplicación de métodos novedosos en la organización y sincronización de todas las secuencias constructivas, entre otras bondades, como el aseguramiento de los proyectos y el suministro de materiales e insumos, dijo.

También sostuvo que la alianza garantiza la utilización de nuevas tecnologías constructivas, así como la actualización de los diferentes productos hoteleros.

De igual modo facilita la búsqueda de proveedores de los diferentes suministros requeridos, así como de nuevas cadenas internacionales, para la operación y comercialización de los hoteles, con lo cual se amplía el mercado potencial internacional.

Asimismo, aseveró que la integración entre la firma europea y las instituciones constructoras del país, coadyuva al incremento de la calidad en las terminaciones.

La Habana de moda: más habitaciones a la vista

El destino turístico Cuba se hace sentir, y con ello la demanda de habitaciones hoteleras en la capital. El Director Adjunto de Almest explicó que esa realidad ha propiciado que se elabore un programa acelerado de construcción de nuevos hoteles en La Habana. Minimizar el tiempo de ejecución de estas inversiones, bajo el principio de mantener un nivel de presupuesto y calidad óptimos, es piedra angular para dicha estrategia.

Así, se han encaminado acciones en todas las etapas del proceso inversionista desde la concepción de este. Contemplan de manera importante las diferentes etapas de los proyectos, suministros, equipamiento tecnológico y, como es elemental, la elección de una fuerza de trabajo, el aspecto más importante.

El incremento de la fluctuación de la fuerza de trabajo en el sector constructivo, y la baja calificación de los obreros es, según los directivos de Almest, el obstáculo que lastra la plena eficiencia en la ejecución de las obras. Quienes realizan las labores de acabado y terminación de las edificaciones son los más fluctuantes. Ello provoca bajos rendimientos, déficit de trabajadores directos y de los mandos medios que dirigen la organización y las secuencias constructivas.

Con el propósito de detener la fluctuación, e incluso, de recuperar los recursos humanos que han emigrado a otros sectores, existe un permanente mejoramiento de la atención a los trabajadores.

Se les asegura contenido de trabajo constantemente, cuentan con transportación desde los albergues donde se alojan hasta el sitio donde laboran; la alimentación que se les ofrece es buena, así como las condiciones donde pernoctan, pues muchos no residen en el territorio donde se acometen las construcciones.

El ingeniero industrial Alexis Tubau Deas, director de Recursos Humanos de Almest, afirmó que los constructores reciben los medios de protección y se les exige que los usen. Se les respeta el régimen de vacaciones, y cuando les corresponden los transportan hacia sus municipios de residencia.

También se está realizando un estudio para la aplicación de un nuevo sistema de pago. No se tratará de una reforma salarial, sino de pago por rendimientos. No obstante, consideró que con subir el salario no basta para mejorar la eficiencia. Junto con la implementación de esa modalidad de remuneración debe elevarse la exigencia, el rigor de la disciplina tanto laboral como tecnológica.

Aunque todavía no están en vigor las medidas para las nuevas formas de pago —precisó— se estima que habrá un aumento en las tarifas salariales, en relación con las vigentes. Estas beneficiarán el sector constructivo asociado al turismo de manera general.

Trabajadores de la India en las obras

Quizá por no conocerse a fondo los problemas que existen con la fuerza de trabajo en el sector de la construcción, llame la atención la presencia de trabajadores de la India en el hotel que se levanta en la capitalina Manzana de Gómez.

La respuesta de los directivos de Almest es que la contratación de los llamados monitores-operarios de la India en las obras —a cargo de la constructora francesa Bouygues—, es totalmente coherente con lo estipulado en la legislación que regula este tipo de contrato en la Isla.

Su presencia se debe fundamentalmente a la necesidad de recuperar los atrasos en la ruta crítica del cronograma constructivo. Se trata de operarios de la construcción de alta calificación y destreza, con experiencias en otras latitudes.

Ellos se dedican fundamentalmente a especialidades como el enchape. Otros son masilleros, instaladores mecánicos y de distintos oficios y especialidades de alta demanda en este tipo de obra.

No obstante, se encuentra en proceso de capacitación una masa de jóvenes cubanos. Puntualmente se les enseña especialidades muy propias de la construcción de hoteles.

El rendimiento de los trabajadores de la India en las obras es tres o cuatro veces superior al registrado como media en el país. El resultado de su trabajo es de muy alta calidad. Su presencia está impregnando un alto aprovechamiento de la jornada laboral, lo que redunda en una mayor productividad.

El Hotel Manzana, ubicado en la antigua edificación de la Manzana de Gómez, se concluirá para inicios del próximo año, según explicaron directivos de Almest. Será un hotel de lujo y lo explotarán el Grupo de Turismo Gaviota y la Cadena Hotelera Internacional Kempinski.

Paralelamente a la edificación del referido hotel se ejecuta en la capital el Hotel Packard y se inician los hoteles de Prado y Malecón, Regis y Gran Hotel, entre otros, en la etapa de preparación ahora.

Todos los que se construyen, y los que están explotándose en los polos turísticos, contienen productos e insumos procedentes de la industria cubana. Con eso se sustituyen importaciones y se es coherente con el principio de la sustentabilidad. Igualmente tienen incorporado a su funcionamiento los principios de respeto al Medio Ambiente. Por esa razón, el agua se reutiliza para la jardinería, se emplean gases en los sistemas de refrigeración que no afecten la capa de ozono, y se usan bombillos y grifos ahorradores, así como calentadores solares.

Los estudios de vulnerabilidades y riesgos, asociados sobre todo al cambio climático, realizados por especialistas fundamentalmente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, han sido de mucha utilidad para Almest. En aras de preservar las instalaciones y la seguridad del personal, usan materiales resistentes a ciclones categoría cinco, cuyos vientos pueden alcanzar más de 250 kilómetros por hora.

Sinónimo de crecimiento

Una de las cualidades distintivas de Almest es la estabilidad de sus trabajadores dentro de la empresa. Los porqués los despejaron tres mujeres: las arquitectas Miosoty Arcines Trujillo y Lina Echevarría Ojeda, así como la ingeniera civil Sandra Hernández Bonachea. Todas dulces y amables, pero mujeres tenaces y con mucho carácter. La seguridad con que explican los laberínticos procesos, que son el día a día de sus vidas, devela sus cualidades. Estas se hacen más evidentes cuando vemos todo lo que en Varadero se ha construido y mantenido con ellas al mando del complejo proceso inversionista.

Para la joven arquitecta Lina Echevarría Ojeda, estar supervisando y controlando a pie de obra es «enfrentarse a la concreta, el verdadero aprendizaje. Es atractivo trabajar en esta empresa porque profesiones como la mía tienen demasiado fogueo y se entrenan con rigor. Aprendemos hasta de los obreros que construyen».

Almest en calidad de inversionista es el ojo del amo que, como dice el refrán, «es el que engorda al caballo». Ello exige velar por la disciplina tecnológica y la calidad, porque nada de lo que está en el proyecto se viole, alegó Lina, quien dirige al comité de base de la UJC de la delegación de esta empresa en Varadero.

La delegada de Almest en el polo de Varadero es Miosoty Arcines Trujillo, una mujer de expresiones angelicales que no supera el metro y medio de altura, aunque no le teme a los desafíos. Por eso aseguró que concluirán con 1 121 nuevas habitaciones el presente año en dicho polo turístico.

Almest también construye casas para los trabajadores del sistema empresarial de las FAR vinculado con el desarrollo turístico. Para beneficiar a los trabajadores del polo Varadero se han terminado 1 612 viviendas en Cárdenas.

Según Arcines Trujillo, además se encuentra en fase de proyecto, también en Cárdenas, un complejo educacional que tendrá un círculo infantil y otras instituciones educacionales. Con él los trabajadores del sistema del turismo se beneficiarán al igual que la comunidad toda.

Control interno y contrato vs. arenas movedizas

Para que Almest sea una empresa con indicadores económicos y financieros saludables el control interno es permanente, y el cumplimiento de los contratos de trabajo con los distintos clientes, tanto internos como externos, es inviolable: es ley.

Así lo consideró la ingeniera Sandra Hernández Bonachea, quien funge como directora de Inversiones en la delegación de la inmobiliaria en el polo turístico de Varadero.

«Cuando le entregamos al Grupo de Turismo Gaviota los hoteles para su operación, le damos por escrito una serie de normativas, manuales de explotación de los diferentes sistemas tecnológicos, entre otros documentos referidos al mantenimiento, que ellos deben cumplir.

«En calidad de arrendatarios que también somos de esas instalaciones, están comprendidas las reparaciones capitales de los centros en los cuales somos inversionistas.

«El cronograma de esas acciones también se refleja fielmente en cada contrato. Supervisamos, mediante un cuerpo de inspectores que pertenecen a nuestra empresa, los mantenimientos y los activos fijos de los hoteles administrados por el Grupo de Turismo Gaviota.

«Cuando hay violaciones de las etapas de los mantenimientos y otras infracciones los responsables pagan multas muy caras de sus bolsillos», remarcó Hernández Bonachea.

El licenciado en Economía Osmani Almeida Cancio, director del área económica de la delegación Almest en Varadero, valoró el rigor con que la Empresa de Auditoría SDA chequea todos los años cada uno de los territorios, como una garantía que permite tener activado, permanentemente, el control interno.

«El resultado de estas auditorías concluye con la certificación de la contabilidad y el control interno. Ambos parámetros nosotros los tenemos con evaluaciones positivas, al igual que la empresa a nivel central», afirmó.

Del proyecto a la verdad verdadera

Tanto Miosoty como Sandra y Lina coincidieron en que no hay mayor placer para sus profesiones que ver las obras acabadas, en explotación, con los clientes satisfechos.

Son tantos los planos que manosean a diario, e incluso a los que les hacen correcciones in situ, por sugerencias de quienes van a administrar los recintos, que para ellas esos portentosos hoteles son sus obras de arte.

Con Miosoty, Sandra y el Director Adjunto de Almest estuvimos en el Hotel Ocean Vista Azul, de categoría cinco estrellas, inaugurado el 15 de diciembre pasado, con 470 habitaciones, donde parece que la piscina y el mar se funden.

Allí dialogamos con la joven ingeniera industrial Ayleen Quintana Hernández, directora adjunta de lo que en proyecto se llamó Conchas II. También conversamos con clientes, como Omar Quevedo Zambrana, a quien la habitación que disfruta y todas las áreas del hotel le recuerdan «al paraíso que imagina».

Ayleen, sin abandonar sus responsabilidades actuales, se prepara para dirigir el Conchas I, el cual una vez terminado lucirá el nombre comercial Iberostar Bellavista-Varadero. Desde que concluyó la estructura de lo que será uno de los hoteles más lujosos de Varadero ella se está vinculando con la inmobiliaria Almest, para compatibilizar intereses que permitan una posterior explotación hotelera eficiente.

Las manos de la obra

Según explicó el ingeniero Luagnis Fernández Gutiérrez, director adjunto de obras de la Asociación Económica Internacional Arcos BBI, en lo que pronto será Iberostar Bellavista-Varadero, laboran cerca de 624 trabajadores en el primer turno de trabajo. Ellos pertenecen a las empresas del Ministerio de la Construcción Arcos, Equibar, Ecoing 28, Ecoa 36 y Ecoa 47. También hay 126 trabajadores de la India en las obras con ocho encargados de obra.

En el segundo turno trabajan apenas 290, pues se acometen actividades muy específicas. De ellos 110 son directos a la producción y los demás trabajan como personal de apoyo para el acarreo, limpieza, protección y custodia, entre otras actividades.

La construcción de esta obra inició el 20 de septiembre de 2013, simultáneamente con Conchas II. Ambos formaron parte de un solo contrato con la Empresa Inmobiliaria Almest.

«Nuestra meta es que a inicios de 2017 se ponga en explotación el Hotel Iberostar Bellavista-Varadero. Nos encontramos en la terminación de las fachadas, pero ya por dentro hay un por ciento alto de terminaciones», acotó.

El ingeniero civil Bladimir Ayra Estrada, vicepresidente de la Asociación Económica Internacional Arcos BBI, quien atesora más de 20 años de experiencia en la construcción de hoteles, precisó que existen problemas con la retención de la fuerza de trabajo, debido, fundamentalmente, a que los salarios todavía no son competitivos comparados con el mismo oficio en otras formas de gestión no estatales.

«Nosotros hemos formado muchísimos operarios y jefes intermedios. Algunos se retiran por la edad, pero hay otros que trabajan tres o cuatro años y luego se trasladan a diferentes organizaciones que les facilitan mayores beneficios.

«A los recién graduados en profesiones vinculadas con la construcción los aprovechamos dos o tres años, mientras cumplen su servicio social. Luego algunos se trasladan como especialistas dentro de nuestro sistema; a otros los perdemos por las mismas razones que expliqué.

«Con la presencia de los trabajadores de la India en las obras estamos recuperando oficios que se han perdido. Cerca de ellos ponemos a trabajar, por el período de tres meses, a nuestros constructores. Con ese sistema se apropian de sus técnicas y habilidades.

«Estos monitores-operarios asiáticos se distinguen por ser muy disciplinados en el aprovechamiento de la jornada y los procesos productivos. Cuando esta cualidad falta en los constructores nuestros, se afecta la productividad, y por tanto no se obtienen los salarios que ellos pudieran cobrar», concluyó.

El joven ingeniero Pavel Guevara Velázquez, jefe de la obra Conchas II, aludió a las deficiencias que han afrontado en la ejecución de este hotel. La falta de fuerza de trabajo y equipos de acarreo vertical, encabezaron la lista. Explicó que por esa razón, igual que Espada de Damocles, penden otras amenazas, como la fluctuación del personal.

No obstante, reconoció las oportunidades que ofrece trabajar en construcciones como esa. Consideró que pueden usar técnicas novedosas, empleadas en países desarrollados, así como materiales de alta calidad, también utilizados en el llamado Primer Mundo.

Las experiencias de los monitores-operarios de la India en las obras y de la constructora francesa Bouygues, las reconoció también Guevara Velázquez como oportunidades para revolucionar el sector de la construcción en la Isla, donde sin duda se continuará apostando por más inversiones en el giro turístico, para alcanzar el desarrollo sostenible con pasos sólidos y promisorios.

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