Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un abrazo de miles de kilómetros

Juventud Rebelde contactó vía Facebook con cooperantes de las brigadas médicas cubanas en las repúblicas del Congo y Vietnam

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.— «Cuídate, hermano, para que el abrazo sea en julio, cuando esta pandemia pase; cuando llegue el verano en Cuba». Así inició el diálogo virtual entre dos grandes amigos que cumplen misión internacionalista en naciones muy distantes, no solo de Cuba, sino entre sí: Vietnam y la República del Congo. Esos más de 10 200 kilómetros no enfrían el apretón de manos digital que desde sus perfiles en Facebook se dan estos doctores cubanos que por estos días ni duermen.

«Nadie lo hace; la pandemia nos ha quitado el sueño. Hay que estar a cuatro manos, ojos y con los cinco sentidos clínicos bien activos, bien puestos en los pacientes», me contó luego, también mediante chat, el holguinero José Hernández Ricardo, coordinador de la Brigada Médica cubana en la tierra de Ho Chi Minh.

Desde la distancia que imponen los 15 994 kilómetros entre la Mayor de las Antillas y Vietnam, y los más de 11 100 entre nuestro país y el Congo, logré «robarme» la atención de estos dos galenos, sin importar las más de diez horas de diferencia que nos separan.

Ambos profesionales accedieron, a pesar de su muy limitado tiempo y de una madrugada que los convidaba a descansar, a compartir con Juventud Rebelde los momentos de presión y temor que se viven por estos días en el planeta a causa de la COVID-19, y más si se está bien lejos de casa: «Nadie descansa y muchos menos quienes escogimos esta profesión como parte de nuestras vida», reafirmó el doctor Víctor Manuel Cabrera Díaz, jefe de la Misión Médica Cubana en el Congo.

Ustedes estaban ya de servicio médico en ambas naciones cuando el coronavirus se convirtió en pandemia, ¿Cómo asumieron el complejo escenario epidemiológico mundial?

—En Vietnam trabajamos en medio de la pandemia, sin aminorar los servicios. Nadie se ha quedado en casa. Nuestros 11 colaboradores laboran en cuatro hospitales (entre estos el de Quang Binh, nombrado Amistad Vietnam-Cuba, donado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz después de la guerra). Ninguno atiende casos directos de enfermos de COVID-19, pero se desarrollan labores preventivas en cada consulta y atendemos integralmente al paciente, buscando síntomas respiratorios».

En el Congo se experimenta similar escenario, según contó el villaclareño Cabrera Díaz, especialista de primer grado en Medicina General Integral (MGI)y en Oftalmología: «Ante la llegada del virus, y por la ubicación de nuestros colaboradores en cuatro hospitales distantes, ubicados en diferentes departamentos del interior del país, la capacitación fue lo primero para evitar contagiarnos. Ello ha permitido no detener la atención médica, ni siquiera en aquellos casos que han requerido intervenciones quirúrgicas. Aquí desarrollamos una labor de vigilancia en cada consulta y a cada paciente para detectar posibles infectados».

—Vietnam vivió momentos de extremo peligro por su frontera con China. ¿La respuesta de los médicos cubanos ante la contingencia?

—Al estar tan cerca de China, Vietnam extremó las precauciones y nosotros también. Fue intensa la labor epidemiológica en el país y nos sumamos. No hemos interrumpido los servicios médicos bajo ninguna circunstancia. Los colaboradores cubanos vivimos momentos tensos, como todos acá, pero con disciplina y cumpliendo las normas de seguridad seguimos muy alertas. Hay que estar pendientes a todo y de todos los pacientes, porque puede haber enfermos asintomáticos o en período de incubación y eso nos hace estar expuestos.

 

—¿El miedo de estar lejos de casa se incrementa ante un virus que ha cobrado decenas de miles de fallecidos en todo el mundo?

—Siempre se siente, pero a la vez se supera cuando se está salvando vidas. Además tenemos las manos peladas de tanto lavárnoslas y la marca del nasobuco en nuestras caras es permanente. La satisfacción del deber cumplido es una motivación para seguir adelante.

Quien así habla es el doctor Hernández, cardiólogo con 22 años de experiencia. Gracias a él obtuvimos un video realizado por la doctora Lisandra Guillén Árias, ginecobstetra de hospital Lenin, en Holguín, siempre atenta a cada noticia cubana.

Desde el Congo, Cabrera apuntó sin reservas: «El miedo es algo que no se puede evitar; lo sentimos todos por nuestras familias lejanas, por los amigos y el pueblo. Estamos frente de una enfermedad nueva muy contagiosa que ha proliferado muy rápido en casi todo el planeta. Nosotros, profesionales cubanos, formados en un Sistema de Salud en el que lo principal es salvar vidas humanas y la medicina no es comercio, tenemos que ser más preventivos en cada lugar donde nos encontremos, en cualquier escenario, para identificar síntomas en las personas y cortar, acorralar el contagio. Es importante ser disciplinados».

—¿El estado de ánimo de los colaboradores? 

—Es bueno, positivo. Está bien arriba como decimos en Cuba —continuó Cabrera—, aunque siempre estamos preocupados.

—¿Mensajes a la gran familia que es Cuba?

—A los colegas que trabajan en Cuba agradecerles el esfuerzo y la consagración por mantener la salud de toda nuestra gente. Que se cuiden, porque todas las precauciones son pocas y necesarias. A quienes cumplen misiones internacionalistas en esta hora crucial para la humanidad, el reconocimiento infinito y el abrazo profundo a pesar de estar a miles de kilómetros.

Es Hernández quien teclea, pero Cabrera no logra seguir tranquilo el diálogo: «Tengo a través de sus Messenger, muy atentas a sus preguntas, a las 13 mujeres de nuestra brigada aquí, quienes han escrito una carta a nuestro pueblo mientras conversábamos, y quieren compartirla con Juventud Rebelde», explica, y nos adjunta la misiva:

«Las mujeres de la Brigada Médica Cubana en la República del Congo, como Mariana, madres, hijas y abuelas internacionalistas, exhortamos al pueblo cubano a cumplir las orientaciones de nuestro Gobierno y Partido Comunista, encaminadas a la prevención de la infección por la COVID-19. Es el momento de estar unidos, con disciplina y fortaleza, para vencer a la más terrible epidemia que ha azotado a la humanidad en los últimos siglos.

«Recordemos hoy a nuestro Héroe Nacional José Martí cuando escribió: “Es la hora del recuento y de la marcha unida y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de Los Andes”. Desde tierras africanas nuestra fe y confianza de que volveremos a encontrarnos para fundirnos en un gran e interminable abrazo. ¡Venceremos!».

—¿Y qué piensan de quienes quieren empañar a Cuba a través de mentiras difundidas sobre la labor de sus médicos en el mundo?

—Los principios humanistas no los puede borrar nada ni nadie. La vida se encargará de ponerlos en su justo lugar en la historia, aseveró Fernández.

Igual de contundente fue la respuesta de Cabrera: «Patria es humanidad. Eso nos viene como gen en la sangre; forma parte de nuestra resistencia. La prensa vietnamita ha elogiado en varias ocasiones a los galenos cubanos. Aquí tiene un artículo que lo demuestra. 

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