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El ballet en Cuba: un arte de todos

Con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, inició este jueves el 22 Festival Internacional de Ballet de La Habana

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Alicia Alonso, la prima ballerina assoluta, no se cansa de asegurar que en Cuba, a partir del triunfo de la Revolución, el ballet dejó de ser un arte de élite para recibir el abrazo del pueblo. Y la evidencia más clara y reciente la encontramos ayer, durante la apertura del 22 Festival Internacional de Ballet de La Habana, en una sala García Lorca a punto de estallar.

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, presidió anoche la gala, en un contexto donde este Festival cumple sus primeros 50 años de vida, y el Ballet Nacional de Cuba se afianza como la compañía danzaria más emblemática de la Isla.

En un 2010 en el que la cita rendirá homenaje a figuras del calibre de los bailarines Galina Ulánova y Vladimir Vasiliev, así como a nuestro José Lezama Lima en el centenario de su natalicio, este evento de frecuencia bienal se desarrolla también justo en el año dedicado a la Alonso, cuando el mundo entero le reconoce su trascendencia universal.

Tanto es admirada la fundadora de la Escuela Cubana de Ballet, junto a Fernando y Alberto Alonso, que estrellas internacionales como la afamada soprano Monserrat Caballé —ante las cámaras del magnífico documental Alicia Alonso. Para que Giselle no muriera, realizado por el español Nicolás García y estrenado este jueves en el Gran Teatro de La Habana— han dicho:

«A mí me subyugó su forma interpretativa. No hablo musicalmente, que era perfecta, no. Hablo de la impresión que daban aquel cuerpo, aquellos brazos, aquellas piernas, que volaban. Era como aire. No era una cosa pesada, no. Era un aire que se balanceaba, era una cosa maravillosa».

Nuestra Alicia ha tenido una patria, pero la patria, como dijera el Apóstol, se ha hecho para ella también Humanidad. Ese es el motivo por el cual en diferentes partes del mundo se saluda su nacimiento. Alicia ha sido firme y fuerte, sensible y magistral, dijo Eusebio Leal al dirigirse a los asistentes al Festival.

La gala permitió apreciar la obra Desfile, con montaje coreográfico de Eduardo Blanco y música de Gaspar Villate, la cual puso de manifiesto que el futuro del ballet en Cuba está asegurado, como reflejo de que, como escribió Alejo Carpentier, al menos en esta Isla «el espíritu de la danza es inseparable de la condición humana».

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