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Mucho limón y poca azúcar: opiniones sobre el sub-23 de pelota

El sub-23 es el campeonato de béisbol que mejor debería funcionar, y sin embargo, no se ve orden, disciplina, organización

Autor:

Norland Rosendo

Si un campeonato debiera funcionar como un reloj en el calendario del béisbol cubano es el sub-23, dijo hace unos años un dirigente del Inder en el congresillo técnico. Si los muchachos no ven orden, disciplina, organización, ¿qué les vamos a exigir después? Si no ponemos ciencia y concebimos una estructura que emplee racionalmente los recursos, pero potencie el desarrollo integral de los muchachos, no vamos a salir del actual estado de cosas en nuestro deporte nacional… Y aquel día hubo más si... Así, sin tilde.

La sexta temporada va dejando el sabor de cinco limones con media cucharada de azúcar. Desde la jornada inaugural se han sucedido hechos que han marcado, negativamente, el campeonato. Por suerte, los atletas han puesto su mejor cara.

«¿Cómo es posible que haya desorganización en un torneo para el cual se dispone de suficiente tiempo en su preparación?, se pregunta Jorge, un asiduo lector de las páginas deportivas de JR. «Cuando en la primera subserie Holguín no pudo viajar a Santiago de Cuba por falta de alojamiento se generó un gran debate y la Comisión Nacional dijo que trabajaría para evitar ese tipo de hechos, añade Jorge en su correo. Después no ha sido el mismo asunto, pero sí otros que han deslucido la Serie», concluyó.

Mario dice que es vecino de un jugador del equipo Habana y por él ha sabido de todos los problemas con el transporte. «Se han pasado horas y horas esperando para que los trasladen del estadio o hacia otros territorios, sin las mínimas condiciones, algunos hasta se han ido por sus medios».

El caso más insólito fue el de Las Tunas, que tuvo que moverse un domingo del hotel al parque Julio Antonio Mella caminando porque la guagua no estaba disponible a la hora pactada.

Este miércoles, La Isla estuvo desde el mediodía hasta pasadas las cuatro de la tarde esperando el ómnibus que los llevaría hasta Pinar del Río, donde el jueves tenían doble cartelera. No hubo más remedio que ajustar el calendario y reprogramar el doble juego para el viernes.

Ni qué decir de las redes sociales. Ahí el fuego es como una caldera hirviendo, lista para incinerar a los responsables. Pero nadie dice: la culpa, la maldita culpa, es mía.

Desde Estados Unidos nos escribe Luis, quien nunca había visto tantos problemas en el sitio web beisbolcubano.cu. «Yo sé que no es la mejor pelota del mundo, pero a mí me gusta. La sigo siempre, cuando vivía allá y ahora desde aquí, pero nunca me había tropezado con tantas “página en construcción” diariamente. Me he pasado hasta media hora para que me abra alguna con el box score de un juego. A veces creo que es mi teléfono, pero he probado con el de mi esposa y con una laptop y sucede lo mismo. Le pregunté a un amigo que vive en Matanzas y le pasa igual.

«Es una lástima que pasen estas cosas, menos mal que en Facebook mucha gente pone resultados, no tan rápido ni con todos los datos, pero algo es algo. Debería haber más divulgación oficial en las redes sociales de ese campeonato, en vivo, porque en los tiempos actuales eso se hace con inmediatez», sugiere Luis.

El avileño Humberto nos suelta otra pregunta que trae 95 millas por hora: «y de los uniformes, ¿qué me dicen? A varios se les cayeron las letras empezando el campeonato. Es un asunto a tomar en cuenta, porque he leído que la industria nacional va a producir los trajes de la Serie Nacional también».

Para colmo de asombros, en el penúltimo choque entre Habana y Pinar del Río no había suficientes cascos protectores para los capitalinos. Parece que el asunto de los implementos de los Azules no era algo nuevo, pues Esteban comentó que «este mismo equipo Habana estuvo sin bates en buena parte de la serie».

«Se repite que no es un torneo para ganar, que más bien está concebido para que los muchachos jueguen y se superen, pero veo que todo gira en torno al championismo, advierte el forista Yosvani en un mensaje. Me preocupa el caso del pitcher de Sancti Spíritus Roberto Hernández, quizá lo estén utilizando demasiado y ahora lo van a llevar para La Habana con la preselección nacional, ojo con su brazo».

«Con el mismo presupuesto, que nunca se dijo cuánto era, quizá se hubiera podido buscar una fórmula en la que se compitiera por zonas y no solo dentro del grupo. Jugar es bueno, pero variar los rivales hubiera ayudado mucho. En los play off es cuando más se va a notar mi preocupación», opina Sergio desde Santiago de Cuba.

Ante tantos desajustes, lo que más abunda es «eso no me toca a mí»; como si la afición entendiera de procesos atomizados. «No importa si es culpa de la Comisión Nacional o de la provincial, todos tienen que halar parejo. La serie no ha sido buena, menos mal que ha valido la pena ir a ver a Roberto Hernández, al cátcher Lázaro Martín, de Ciego de Ávila, y a Denis Peña, de mi provincia, Las Tunas, nos dijo vía telefónica, un lector habitual de Juventud Rebelde, identificado como Orestes.

Vienen los play off. Es la última imagen de un campeonato que no debe terminar tan amargo como se ha desarrollado.

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