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Demasiado tarde, demasiado lento

Desde Pueblo Nuevo, en Media Luna, provincia de Granma, Roberto Fleitas Anaya alertaba aquí el 5 de septiembre del pasado año sobre la urgencia de salvar un pequeño pero valioso bosque que protege el vecindario donde él vive.

Refería que ese reservorio de vida, ubicado muy cerca de un río, es antídoto de fuertes vientos y de la erosión del suelo. «No obstante, decía, algunos irresponsables han olvidado sus bondades y han arremetido contra él de manera desmedida, talándolo al punto de convertirlo en una sabana».

Y añadía  que hacía poco más de un mes presentó esa queja al gobierno municipal, sin recibir respuesta aún. Recordaba que Cuba cuenta con la Tarea Vida, estrategia gubernamental encaminada a atenuar los efectos del cambio climático, que parecía ser desconocida por esos «enemigos del bosque».

Precisamente en el balance del trabajo de esta sección en 2019, publicado el 27 de enero pasado, la queja de Roberto aparecía como no respondida por el gobierno municipal de Media Luna. El propio 27 de enero recibimos una llamada del Gobierno provincial de Granma, inquiriendo cuáles eran los casos de incumplimientos de su territorio en el año. Y se les detallaron las no respondidas, entre ellas la de Roberto.

Fue este 17 de febrero que recibimos una copia de la respuesta brindada al propio Roberto por Madelaine Jerez Escalona, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Media Luna, fechada el 21 de septiembre de 2019.

En la misiva, Madelaine informa que la queja fue evaluada por el vicepresidente del órgano de la Administración del Poder Popular, el delegado de la Agricultura  municipal y la directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Silvícola Media Luna. Y se creó una comisión presidida por un vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal (CAM), junto al delegado municipal de la Agricultura y la especialista de Atención a la Población del Poder Popular. Y le recuerda a Roberto que esa comisión intercambió con él sobre el asunto.

Añade Madelaine que para el análisis del tema se envió al área en cuestión una comisión presidida por el delegado de la Agricultura e integrada por el jefe del Departamento Agropecuario y Forestal de la Delegación municipal de la Agricultura, el técnico territorial del Cuerpo de Guardabosques y la directora de la UEB Silvícola. Y le explica que el área pertenece a la UEB Silvícola Media Luna, ubicada en las márgenes del río Vicana, con categoría de bosque de recreación, por encontrarse en zona urbana.

«Las plantaciones del bosque, precisa, son de la especie caoba hondureña. Y fueron sembradas en 1985. Ya con más de 30 años de edad, se clasifica como un bosque sobremaduro con el paso de los años, y acompañado de las afectaciones causadas por la gangrena, enfermedad que ataca a esa especie.

«Fue necesario efectuar la tala y extracción de todos los individuos  dañados; todo autorizado por los especialistas de actividades agroindustriales y forestales de la Delegación Municipal de la Agricultura, y se cumplió lo establecido en la Ley Forestal No. 85 del 21 de julio de 1998».

Informa que en el programa de desarrollo está planificada hasta 2025 la restauración de todas las áreas con categorías de bosques recreativos. Y las especies que se manejan son de crecimiento relativamente rápido, que alcanzan al año entre 1,5 y 2 metros de altura, lo cual permite mitigar los daños a los cuales se refería Roberto.

En la carta de 21 de septiembre, Madelaine señala que la UEB Silvícola no trabajó con la urgencia requerida en la restauración del área talada. E informa que se cuenta con posturas de especies de madera preciosa adaptables a ese suelo, y se acometerá de inmediato la reforestación.

Además, le expresa a Roberto: «Es cierto que usted  presentó esta queja en el gobierno municipal el 6 de agosto de 2019, a través de un escrito en la oficina de Atención a la Población. Y no había recibido respuesta, pues esta se encontraba en trámites cuando decidió escribir en busca de ayuda». Quizá sea esa la razón por la cual Roberto, en el acta de constancia de que recibió la respuesta «con razón en parte», firmara como inconforme.

Agradezco esta respuesta harto morosa. No obstante, no se justifica que Roberto no recibiera la información de las razones de la tala, desde que escribió al gobierno el 6 de agosto. Fue el 21 de septiembre que se le respondió directamente a él, y nunca a esta sección, la que había hecho público el asunto.  Solo cuando aparecieron en la lista de los incumplidores fue que llegó acá aquella respuesta.

La información a tiempo es un bien precioso y un derecho del ciudadano.

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