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Urgen garantes rebajar intensidad de guerra en Colombia

El texto pide la creación de un clima propicio que permita cerrar los puntos pendientes de la agenda, incluyendo la adopción de un acuerdo bilateral y definitivo de cese al fuego y las hostilidades, y lo referido a los derechos de las víctimas

Autor:

Yailé Balloqui Bonzón

Ante el reciente escenario de incremento de las hostilidades entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno colombiano que no proceden ante el escenario de paz que intentan establecer, los cuatro países que acompañan el proceso de  paz que siguen en La Habana llamaron a las partes a un desescalamiento urgente del conflicto armado.

En un comunicado suscrito por Noruega y Cuba, como países garantes, y Chile y Venezuela, países acompañantes de la mesa de diálogo que hace casi tres años tienen instalada en la Isla, guerrilla y Gobierno colombianos, se insta a «las partes a restringir al máximo las acciones de todo tipo que causan víctimas y sufrimientos en Colombia, y a intensificar la implementación de medidas para la construcción de confianza».

Leído por los diplomáticos Rodolfo Benítez (Cuba) e Idun Aarak Tvedt (Noruega), el texto pide la creación de un clima propicio que permita cerrar los puntos pendientes de la agenda, incluyendo la adopción de un acuerdo bilateral y  definitivo de cese al fuego y las hostilidades, y lo referido a los derechos de  las víctimas.

En ese sentido, reiteraron su compromiso de continuar apoyando el proceso y por consiguiente, la adopción, en el menor tiempo posible, de un acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de la paz  estable y duradera en Colombia.

El Gobierno y las FARC-EP se imputan mutuamente la responsabilidad de haber encendido la chispa que condujo a nuevos choques armados que dejaron más víctimas, tanto militares como civiles, así como amplios daños a la infraestructura del país.

Este nuevo escenario tuvo su epicentro en abril pasado cuando una emboscada dejó 11 militares muertos, acción que ambas partes acusan una a la otra de haber provocado y que ocasionó luego una seguidilla de ataques contra los rebeldes, en los que murieron una treintena de guerrilleros.

Todo ello llevó a las FARC-EP a levantar la tregua unilateral que había acatado y que en varias ocasiones sugirió a su contraparte hacerla bilateral para conversar lejos de las hostilidades, pero el Gobierno se ha negado a proclamarla.

Minutos después de la declaración de los garantes y en nombre de su organización, el jefe insurgente Iván Márquez agradeció el gesto de las naciones garantes y afirmó que en las manos de quienes están sentados a la mesa está la posibilidad de poner punto final a los choques armados.

Asimismo, en respuesta a declaraciones formuladas el lunes por el jefe del equipo negociador gubernamental, Humberto de la Calle, sobre la necesidad de apurar la firma de la paz, la guerrilla agregó que ese es un asunto de voluntad política que no puede estar sometido a condicionantes porque, dijeron, las dos partes sentadas a la mesa tienen el mismo fin.

«A esto hay que ponerle perseverancia y mucho sosiego; despotricar de la contraparte, como se ha hecho en estos días, es una forma de debilitar la esperanza y la credibilidad en el proceso», añadió Márquez.

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