Acuse de recibo
Marina Martínez Díaz (calle 180, edificio BAE, No. 1, apto. 11, entre 1ra. y 5ta., reparto Flores, La Habana) cuenta en su carta que despidió el fin de año 2013 en el poblado Puerta de Golpe, del municipio pinareño de Consolación del Sur. Y el propio 31 de diciembre decidió visitar la tienda El Triunfo, de TRD, ubicada en esa localidad, y donde más bien experimentó derrotas.
Refiere la visitante que tuvo que hacer una cola de más de una hora para entrar a la tienda, pues solo dejan entrar una o dos personas a la vez, lo que exacerba el desasosiego y la ansiedad en quienes aguardan.
En esas condiciones —apunta—, llegó una pareja de extranjeros que solicitaban pasar para hacer solo una pregunta. Y cuando ya estaban adentro, aprovecharon para hacer sus compras. Ante el reclamo de los que aguardaban afuera, la dependiente salió e informó «que los extranjeros tenían preferencia, de acuerdo a una indicación de la Cadena de hace más de 25 años».
«Pasados 20 minutos del incidente —precisa Marina— y sin que apenas hubiese disminuido el personal que esperaba afuera, salió nuevamente la dependiente para informar que no contaban con ningún tipo de menudo para devolver, y que para comprar había que traer el dinero exacto».
Transcurridos otros 25 minutos más —refiere—, cerraron la puerta de la tienda con la justificación de que a esa hora se iba a cuadrar la caja, «sin consideración alguna con las personas que necesitaban de su servicio».
Marina solicita que algún directivo de TRD le responda las siguientes preguntas:
«¿Existe alguna circular que establezca que los extranjeros tienen preferencia, ante los ciudadanos cubanos, a la hora de acceder y ser atendidos en esas tiendas? ¿Cómo es posible que no se cuente con un fondo mínimo de menudo para realizar los cambios correspondientes, que permita a los clientes realizar las compras sin problema alguno? ¿Está establecido que se detenga la cola para realizar el cuadre de caja?».
Este redactor no tiene que esperar las respuestas de TRD Caribe para confirmar que, en materia de protección al consumidor cubano y de calidad en el servicio, hubo demasiadas derrotas en El Triunfo. Pero aun así, sería saludable que TRD esclareciera las inquietudes de Marina.
Encabezados por José A. Bello, presidente de su Consejo de Vecinos, lanzan un S.O.S. en su carta 34 residentes en el edificio 967, de calle 19, entre 92 y 94, en el reparto Antonio Guiteras del municipio capitalino de Habana del Este.
Y no es para menos: corren un serio peligro quienes residen en el quinto piso de ese inmueble, a consecuencia del estado crítico en que se encuentran las columnas o soportes que sostienen nueve tanques de fibrocemento para almacenar el agua en la azotea, con capacidad de 1 820 galones cada uno (un galón equivale a 3,785 litros).
«Imagine todo ese peso encima de la placa del edificio en caso de derrumbe, ¿qué pasaría?», se preguntan los alarmados residentes.
En reiteradas ocasiones los vecinos han planteado la situación en las asambleas de rendición de cuentas del delegado, sin que hasta el momento hayan podido obtener una respuesta al respecto.
También desde el mismo reparto Guiteras, escribe Vicente Alvarado, residente en el apartamento 16 del edificio 1, circunscripción 96, para denunciar un salidero de aguas albañales que ya tiene un buen average de nauseabunda permanencia: más de dos meses, en calle 22, entre Nueva del Oeste y 4ta.
A tanta insistencia, Acueducto vino a resolverlo. «Un compañero —refiere— con pleno conocimiento de la situación planteó que la solución del problema consistía en arreglar la tubería que conecta con la principal. Pero fue en vano. Hicieron una cura de mercuro cromo y se retiraron. Y el salidero continuó».
Señala Vicente que el asunto se ha replanteado, mas al parecer los directivos relacionados con esta cuestión hacen oídos sordos.
Lo barato siempre sale caro. Las curitas y remiendos no curan los males de raíz.
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