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De cajeros y ruidos

Las respuestas, ya lo hemos dicho, se nos acumulan sin publicar; en el afán de dar cauce a la mayor cantidad de reclamos ciudadanos, se retrasan algunas de estas necesarias voces institucionales. Hoy reseño dos, de sendos casos de Santiago de Cuba y La Habana.

Estridencias controladas

La familia de Sixto Batista Frómeta (Avenida Renato Guitart No. 271, Vega Honda, Dos Ríos, Palma Soriano) ya no podía más. Luego de haberse quejado sin respuesta a las autoridades locales, seguían soportando los excesos «musicales» de un indisciplinado vecino. En el hogar, donde conviven dos niños y una anciana, casi no se podía escuchar una conversación, por el ruido groseramente impuesto. Lo supimos aquí el 7 de junio último.

A propósito responde Yamile Bruzón García, vicepresidenta del Órgano de la Administración del Poder Popular en Palma Soriano. Refiere Yamile que en visita al vecino provocador del malestar se le explicó por especialistas del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología sobre los decibeles permisibles al colocar música, a la par que por los compañeros del Ministerio del Interior se le realizaron dos advertencias oficiales, «alertándole de que en caso de volver a cometer la indisciplina, incurriría en un delito de desobediencia». Este acató lo indicado y «hasta el momento ha mantenido una conducta correcta», expresa la Vicepresidenta, cuya contestación está fechada el pasado 21 de junio.

Finalmente, apunta la directiva, el promovente firmó su conformidad con las acciones emprendidas, y se orientó «a los factores de la comunidad dar seguimiento a esta problemática, para que no se repitan hechos como este».

Ojalá así sea, acota este redactor, que agradece la misiva. 

Tema cajeros pasa por obsolencia

Más que un servicio rápido y útil, cada vez que la habanera Isabel Cecilia Dumont Pérez (Magnolia 118, apto. 3 interior, entre San Anselmo y San Gabriel, Cerro) trataba de utilizar el cajero automático sito en San Anselmo esquina a San Julio, en el consejo popular El Canal, lo que hallaba era una molestia. Así lo hizo saber en esta columna el pasado 1ro. de mayo, cuando contó que dicho dispositivo era arreglado sistemáticamente y, luego de funcionar algunos días, volvía la rotura.

Al respecto contesta Karelia del Portillo Raveiro, del Departamento de Atención a la Población del Banco Metropolitano, quien comienza reconociendo que el equipo de marras (No. 746, de la Caja de Ahorro 602) «ha tenido dificultades en su funcionamiento, debido, principalmente, a su obsolescencia tecnológica. El índice de dispensado en 2018 ha sido del 91,9 por ciento».

Se pudo comprobar en el proceso investigativo que del total de operaciones de extracción de efectivo realizadas por la cliente en 2017 (12), excepto una, las demás fueron en este cajero, y en 2018, hasta inicios de mayo, realizó 15 operaciones, de las que se registraron 12 en el equipo de marras.

«Nuestro banco, para minimizar estas afectaciones por problemas técnicos (…) tiene habilitado el servicio de extracción de efectivo por caja de la misma oficina bancaria donde está instalado el cajero o la oficina más cercana, que prestan servicio hasta las 7:30 p.m., de lunes a sábado», apunta la funcionaria. La cliente, señala, fue visitada y quedó complacida con los argumentos que se le brindaron. 

Agradezco la respuesta, no obstante, dado que este es el reclamo no solo de una ciudadana, creo que el Banco Metropolitano podría haber aprovechado la ventana pública de esta sección para explicar a sus muchos clientes qué se está haciendo en concreto para vencer estos problemas de obsolescencia tecnológica y lograr un servicio de mayor calidad.

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