Z.F: A los 14 tuve un amor que me marcó para siempre. Era mi profesor, tenía 34 años y estaba casado. Esta relación apasionada duró un año, tras el cual decidí separarme por la diferencia de edad, por su familia y porque sentía que era un mal comienzo para mí. El problema radica en que no volví a tener una relación tan buena, a pesar de haberme casado y tener hijos. Lo he buscado y él teme unirse a mí por la diferencia de edad, dificultades sexuales y miedo a no satisfacerme. Yo quisiera intentarlo porque en mi matrimonio no hay pasión, a pesar de que mi esposo es maravilloso. Sin embargo, no sé si tendré valor, si soportaré la diferencia de edad o si dedicarme solamente a mis hijos será suficiente para continuar. Tengo 34 años.
Por tu carta asumimos que tu principal problema es la falta de pasión en las relaciones íntimas, a partir de aquel romance que te dejó marcada hasta convertirse en tu paradigma amoroso. Por eso buscas a tu primer amor como solución, aunque ciertamente no es la única.
Sería recomendable descubrir por qué no te apasionaste más, e incluso intentar solucionar el problema con tu pareja actual. Asimismo, deberías valorar si es a este hombre, que no se siente seguro de querer recomenzar, a quien quieres. Ya no eres la ingenua adolescente y él no es el profesor idealizado. Tampoco tiene una posición de superioridad respecto a ti. Serían un hombre maduro y una mujer que ya ha recorrido un trayecto en su vida.
Podrían tener una relación apasionada, pero primero habría que aceptar los cambios. Si vas creyendo que será simplemente una prolongación de aquel amor, es posible que fracases tanto como en tus otras relaciones. Se trataría, como siempre, de comenzar un vínculo con los deleites y tropiezos propios de toda relación estable.
También valdría descubrir aquello que necesitas para amar apasionadamente más allá de los modelos configurados socialmente. Si el esposo maravilloso no es lo que buscas, entonces qué es. Una vez definido, sería recomendable tenerlo en cuenta cuando busques pareja.
