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Sin «ahijada» la empresa agrícola estatal

Las 17 medidas aprobadas por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros para sacudir de sus lastres y dependencias a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa son otro paso en la amplia reestructuración del sector agrícola nacional

Autores:

Ricardo Ronquillo Bello
Marianela Martín González
Amaury E. del Valle

«Eran como ahijadas de la empresa estatal, que cargaba con ellas. A sus integrantes se les decía trabajadores cuando eran socios, se planteaba que recibían salarios, cuando en realidad eran anticipos…».

La lista de contradicciones, dibujada por Moraima Céspedes Morales, viceministra de Economía del Ministerio de la Agricultura (Minag), pudiera continuar, pero basta con las primeras para ilustrar el cuadro de lastres y dependencias del que deben liberarse las Unidades Básicas de Producción Cooperativa, tras el anuncio de las 17 medidas aprobadas recientemente por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

La funcionaria participó en una conferencia de prensa en la sede del Ministerio de la Agricultura, junto a Roberto Pérez Pérez, jefe de Política Agroindustrial de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución; Nelson Martínez Díaz, director de Avales y Desarrollo del Banco Central de Cuba; Orlando Díaz Rodríguez, director jurídico del Minag; Ricardo Monzón Novoa, segundo jefe de la Dirección de Atención a los productores de ese organismo; y Meisi Bolaño Weiss, vicetitular del Ministerio de Finanzas y Precios.

Estos funcionarios explicaron los pormenores de la serie de medidas encaminadas a liquidar la dependencia de las UBPC de las empresas agrícolas estatales, a partir de reconocer que estas «nacieron con problemas, porque siempre fueron cooperativas, pero nos equivocamos en aplicar los reglamentos y regulaciones para su funcionamiento».

Estas trabas institucionales, dentro de las cuales se tipificaban el excesivo control, la falta de autonomía y la pérdida de capacidad de autogestión, prácticamente nacieron desde la misma fundación de estas estructuras en 1993, hace 19 años, por un Decreto Ley del Consejo de Estado, aprobado a partir de un acuerdo del Consejo de Ministros.

Los principios aprobados entonces, a pesar de estar todavía vigentes, no se aplicaron correctamente y generaron problemas con el crecimiento de la producción, el rendimiento del trabajo, el apego a la tierra, o la propia autogestión de estas cooperativas.

Se trata, a todas luces, de dar los primeros pasos en el amplio proceso de análisis de todo el sistema de dirección estatal, empresarial y productivo de la agricultura en el país, donde las 1 983 UBPC y sus 160 000 cooperativistas desempeñan un papel fundamental, al abarcar el 28 por ciento de la superficie agrícola del país, a pesar de que el 23 por ciento de estas tierras permanecen ociosas.

Además hay que tener en cuenta que del total de UBPC, las 541 que trabajan directamente en la producción cañera son responsables del 70 por ciento de esta, y por ende la zafra descansa en buena medida sobre ellas.

Al término de 2010, el 15 por ciento de todas las existentes cerró con pérdidas económicas e incluso un seis por ciento ni siquiera fue capaz de presentar un balance; o que solo las del Minag en 2010 tenían un capital negativo de 2 112 millones de pesos entre deudas y pérdidas.

De lo anterior se desprende, como explicó Moraima Céspedes Morales, viceministra de la Agricultura, el por qué las UBPC no podían esperar más por este paquete de 17 medidas, que significan un respiro, una bocanada de aire inicial para muchas, pero también la liquidación definitiva de otras cuya situación es ya insostenible.

Se trata de los primeros pasos de un proceso mucho más profundo de reestructuración de la agricultura cubana, en consonancia con los Lineamientos 17, 178, 179, 180 y 187 de la Política Económica y Social de la Revolución, aprobados en el Sexto Congreso del Partido. Todo con las miras finales de cambiar la agricultura que hoy tenemos y equiparar todas las formas de producción.

Ante los cambios enunciados en un sector tan sensible, aún siguen existiendo dudas e inquietudes disímiles. Durante la conferencia de prensa los funcionarios respondieron a las interrogantes realizadas por el equipo de Juventud Rebelde.

JR— ¿Qué ocurrirá con las tierras y la fuerza de trabajo de las UBPC que se disuelvan?

—Las tierras pasan al patrimonio estatal, pues están en usufructo. Pueden ser transferidas a otra entidad del Minag, fusionarse con las de otra UBPC, ser entregadas en usufructo a otros productores individuales o cooperativos o ponerse a producir por las propias empresas estatales.

«Pero no se trata solo de las tierras, pues también existen medios disímiles, que serán destinados a fortalecer otras cooperativas o entidades de la agricultura para estimular la productividad.

«La fuerza de trabajo puede optar por solicitar tierras en usufructo, o vincularse a otras formas de producción que existan en el territorio, e incluso integrarse al trabajo por cuenta propia.

JR— Se plantea que la capitalización y el apoyo financiero privilegiarán a las UBPC que mejor respondan productivamente. ¿Quiere ello decir que pueden seguir disolviéndose en el futuro otras?

—También se podrán crear otras; de hecho ya existen solicitudes en este sentido de distintos territorios

«Sí. Pueden seguir disolviéndose aquellas que no sean productivas o eficientes. Esa es una facultad que tendrá el Ministro de la Agricultura, oído el parecer de los sindicatos.»

JR— Entre las medidas se incluye la acotación de que a partir de 2013 el presupuesto del Estado no continuará financiando a las UBPC, excepto aquellas de «interés estatal». ¿Cuáles son las que tienen este tipo de singularidad?

—En ningún caso las cooperativas pueden ser una carga para el Estado. Aquellas de interés estatal son las que involucran planes o programas de desarrollo con financiamiento central del país, pero este como regla nunca será para cubrir ineficiencias.

JR— El nuevo Reglamento General contempla que los controles sobre las UBPC lo ejercerán en lo adelante los órganos, organismos y entidades del Estado con tales facultades. ¿Cuáles serán?

—Las UBPC se vincularán contractualmente con las empresas a las cuales están adscritas; fuera de ello la supervisión de estas será desde el punto de vista de las normas técnicas de los procesos productivos, pero sobre la base del cumplimiento de las obligaciones contractuales.

«Se trata de que velen por el proceso técnico-productivo, para aumentar la eficiencia, para evitar incumplir con los rendimientos establecidos, y que se tomen las adecuadas medidas de sanidad vegetal, control de los suelos, veterinarias…

«Pero se trata ante todo que las UBPC se ratifiquen como una verdadera cooperativa, con la autonomía y autogestión que de ello se deriva».

JR— En caso de que requieran maquinaria, sistemas de riego, otras tecnologías e insumos, ¿cómo y dónde las adquirirían?

—El hecho de crearse un nuevo Reglamento para las UBPC no las excluye del sistema de planificación e inversiones del país; por tanto están incluidas en este. Las compras se financiarán a través del crédito bancario.

«Actualmente ya las pueden realizar a través del Programa Campesino, y en la medida que este se vaya desarrollando y avanzando, ellas serán beneficiadas junto al resto de los productores.

«No obstante, actualmente las UBPC ya pueden adquirir determinados insumos y medios, que hoy reciben de forma centralizada, pero que con las nuevas medidas si deciden comprarlos podrán hacerlo, incluso a nivel del comercio mayorista y minorista».

JR— ¿Definitivamente las asambleas generales serán las que elegirán la junta directiva y al administrador de la UBPC?

—Con las nuevas medidas queda derogada las antigua Resolución 499 del Ministro de la Agricultura. Los administradores de las UBPC ya no son considerados en la categoría de cuadros. El nuevo Reglamento estipula que la asamblea general propondrá la Junta, y se someterá a aprobación la propuesta para administrador por un período de cinco años.

«El administrador y los miembros de la Junta podrán ser miembros de la asamblea de socios, pero también ser propuestos aunque integren otras cooperativas o por ser compañeros que, aunque no sean cooperativistas, tengan condiciones para dirigir.

«De acuerdo con el número de asociados la Junta estará integrada por entre cinco y 11 miembros, siempre y cuando sean aprobados por el 75 por ciento de los votos de la asamblea».

JR— ¿Con estas decisiones en qué se diferenciará una UBPC de otras cooperativas como las CPA?

—Con estas decisiones se ratifica a la UBPC como una verdadera cooperativa, que tendrá analogías con las CPA, pues sus socios no reciben salarios, sino anticipos, y se distribuyen las utilidades si las tienen.

«Ya casi en la gestión no tienen mucha diferencia. El camino es que las formas productivas se vayan pareciendo cada vez más en su eficiencia y productividad.

«La agricultura trabaja actualmente en una segunda etapa del perfeccionamiento, donde todas las formas productivas y sistemas están sometidos a análisis, pues todo lo que esté de la base productiva hacia arriba debe estar en función de la actividad agropecuaria.

«No obstante, dado el peso y la situación de las UBPC, no se podía esperar para realizar cambios; ya deben ir instrumentando estos y prepararse también para otros».

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