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En fotos, el Asalto a la Historia

Las acciones del 26 de julio de 1953 significaron el inicio de una nueva etapa en el proceso de liberación nacional y en la lucha revolucionaria de los cubanos por su legítima independencia

Autor:

Juventud Rebelde

Cuando parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, un grupo de jóvenes liderados por Fidel protagonizan la heroica gesta del 26 de julio dispuestos a reivindicar el ideario martiano. Esa madrugada, más de un centenar de combatientes avanzan en 16 automóviles desde la granjita Siboney rumbo al cuartel Moncada, la segunda fortaleza militar del país, ubicada en Santiago de Cuba.

La noche anterior Fidel les había dicho a sus compañeros: «Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras (…) el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante».

Como parte del plan de acción, también se había dado la orden de asaltar el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en la ciudad de Bayamo, con el objetivo principal de desviar la atención de las fuerzas de la tiranía batistiana y evitar que enviaran refuerzos a Santiago de Cuba.

Factores imprevistos hicieron que fallara el factor sorpresa y no fuera posible tomar el Moncada. Pero no siempre en la historia los reveses tácticos son sinónimos de derrota*: las acciones del 26 de julio de 1953 significaron el inicio de una nueva etapa en el proceso de liberación nacional y en la lucha revolucionaria de los cubanos por su legítima independencia.

Último campo de entrenamiento de los asaltantes al cuartel Moncada, en la finca Santa Elena (Los Palos), antigua provincia de La Habana, hoy Mayabeque. Foto: Archivo de JR

Desde la Granjita Siboney, en las afueras de la ciudad de Santiago de Cuba, un centenar de jóvenes dirigidos por Fidel Castro partió rumbo al cuartel Moncada. Foto: Bohemia


Brocal del pozo seco construido por Abel Santamaría para depositar las armas que se usarían en la acción. Foto: Bohemia

El asalto al cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, apoyaría las acciones de los moncadistas en Santiago de Cuba con el propósito de cortar la principal vía de acceso de refuerzos de la tiranía hacia esa ciudad oriental e interceptar las comunicaciones telegráficas entre esta y el resto del país. Foto: Archivo de JR

Más de un centenar de combatientes se enfrentaron en el cuartel Moncada a las tropas de la tiranía. Foto: AlbaCiudad

Varios soldados ripostan el fuego de los moncadistas. Foto: Bohemia

Durante el enfrentamiento cayeron ocho asaltantes y más de 50 fueron asesinados posteriormente por los esbirros batistianos. Foto: Archivo de JR

Varios soldados custodian los cuerpos de revolucionarios muertos dentro del cuartel. Foto: Bohemia

El cuerpo de uno de los moncadistas cerca de la posta número 3, primer punto atacado por los asaltantes. Foto: Bohemia

Un grupo de soldados contempla los cadáveres de tres combatientes a la entrada de una oficina del Moncada. Foto: Bohemia

Un soldado revisa el parque que, según la versión oficial, fue ocupado a los asaltantes de la posta 3. Foto: Bohemia

Los asaltantes, inferiores en número y armas, no pudieron tomar la fortaleza. La orden del dictador Fulgencio Batista fue eliminar a diez revolucionarios por cada soldado del régimen muerto en combate. Foto: AlbaCiudad

Fidel junto a otros asaltantes del Moncada tras ser capturados. Foto: AlbaCiudad

En las oficinas del cuartel Moncada, su jefe, el coronel Alberto del Río Chaviano, célebre por sus crímenes, interroga a Fidel. Foto: Bohemia

Esta es una de las primeras fotos de Fidel después del asalto al cuartel, en el Vivac de Santiago de Cuba. Foto: Cubaperiodistas

* Informe al primer congreso del Partido Comunista de Cuba. Disponible en http://congresopcc.cip.cu/wp-content/uploads/2011/02/Informe-Central-I-Congreso-del-PCC.pdf

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