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Cuba tiene la vocación de cuidar y servir a los más frágiles por amor

Las palabras de Francisco, nos suenan bien cercanas a un pueblo que «sabe estar con los brazos abiertos, porque su vocación es de grandeza» y atiende «al rostro del que está a su lado»

Autor:

Juana Carrasco Martín

En la Sacristía el Papa Francisco vistió las galas para el ritual de la Misa que oficiará durante más de dos horas en un escenario donde tres hombres que han hecho y siguen haciendo la historia del pueblo cubano destacan: Martí, el Che y Camilo.

El cortejo eclesiástico llega lentamente hasta el altar dispuesto en el lado norte de la Plaza de la Revolución. Visten casullas verdes sobre los hábitos blancos. Se esparce el incienso, mientras el coro canta y los violines destacan con el objetivo de abrir la celebración que según la liturgia católica fomenta la unión de los reunidos. La schola y el pueblo entonan ese canto de entrada.

El Papa exhorta a recordar «nuestros pecados» y esa es la oración que se escucha pidiendo perdón. El sonido de la clave acompaña mientras claman piedad a Cristo y paz en la tierra.

Una fiel laica da lectura al libro de la sabiduría y le sigue otra exhortación que llama a la paz. Es la liturgia de la palabra que también va acompañada del canto. Aleluya, dice el coro y un sacerdote anuncia la lectura del santo Evangelio según San Marcos que el Papa Francisco explica a los fieles. «¿Quién es el más importante?» es la pregunta que asegura nos acompañará toda la vida y afirma que la historia de la Humanidad ha estado marcada por ella y que Jesús, fiel a su estilo, le da respuesta con la lógica del amor, «una oferta para la vida cotidiana»: quien quiera ser el más importante que sirva a los demás y no se sirva de los demás.

Servir significa cuidar a los más frágiles. Miro a los tres hombres de vida auténtica que protegen la Plaza: Martí, el Che y Camilo. Pienso en el solidario pueblo cubano dando salud en el mundo, sin interés idólatra al dinero, haciéndose cargo de los otros, por amor.

Las palabras de Francisco, nos suenan bien cercanas a un pueblo que «sabe estar con los brazos abiertos, porque su vocación es de grandeza» y atiende «al rostro del que está a su lado». Es la importancia de un pueblo, de una Nación.

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