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Corrimos hacia la vida

Ahora en un centro de evacuados, extrañando la comodidad de sus casas, a las familias damnificadas por el huracán Irma en Villa Clara se les trata de garantizar la mejor estancia posible

Autor:

Nelson García Santos

REMEDIOS, Villa Clara.— Se acostaron en la noche embravecida teniéndolo todo o, más bien, casi todo, y al llegar tras la sombra una tenue claridad, no tenían casi nada. ¡Eso sí, contaban con lo más apreciable!

Hay preguntas que, pienso, nunca deben hacerse a quienes el huracán Irma despojó, de la noche a la mañana, de sus casas y pertenencias, como esa de «¿cómo se sienten?».

Lo obvio resulta fútil indagarlo para que venga en palabras, cuando los rostros, el tono de las voces y el desasosiego por el golpe contundente, están a flor de piel.

Aun sin preguntarles, sueltan los amargos momentos vividos —a pesar de los días pasados desde el impacto funesto— en frases que se han hecho comunes en los habitantes de la geografía por donde pasó Irma: nunca habían sentido esos vientos tan intensos y el agua tuvo un impacto demoledor sobre las casas y las instalaciones; parecía que el mundo se les venía encima.

Le zumba

El desguace en el municipio de Remedios, principalmente de las casas, fue kilométrico: 367 derrumbes totales, 422 parciales, y más de 1 300 afectaciones de techo de diversas magnitudes, reveló Yuniesky Castellón Rivera, vicepresidente del Poder Popular en el municipio.

Súmele también los daños en instalaciones del comercio, la educación y del sector de la cultura —aunque el trascendente patrimonio que atesoraban fue resguardado— que, en parte, se han ido eliminando.

Lo que hay que enderezar en el municipio no es cosa de coser y cantar. Lleva tiempo, recursos y, en especial, que funcione sin baches el resurgir.

El tema de la vivienda, por su impacto directo en el bienestar de las personas, causa siempre la mayor preocupación, pero al respecto no hay nada estático: están listos ya más de 60 módulos de facilidades temporales, y se ha vendido una apreciable cantidad de materiales para afectaciones de techos totales y parciales.

Además, se encuentran al alcance de los necesitados otros beneficios, como los subsidios a las personas cuyos ingresos no les resulten suficientes para asumir la compra de materiales de la construcción, y crédito bancario con baja tasa de interés y devolución en mayor número de años.

En el caso de los damnificados con la destrucción total o parcial de sus viviendas, el Estado financia el 50 por ciento del precio de los recursos que se les venderán.

Se salvó en tablitas

Siempre hay historias exclusivas, de esas que erizan los pelos cuando se cuentan con solo invocar, sin floreos y retoques, su trama.

A cada familia afectada se le ubicó en una cabaña y pudieron traer sus pertenecias. Foto: Freddy Pérez Cabrera

La joven Linny Vega Pérez, maestra de prescolar en la escuela Alejandro del Río, de Remedios, su mamá y hermano, vivieron unos instantes espantosos.

Se la jugaron en el mismísimo momento que, confiados, decidieron quedarse a pasar el huracán en su casa de Remedios. «Al principio parecía que la casa iba a aguantar, pero aquello fue aumentando… hasta que en la madrugada la madera empezó a traquear avisando, por suerte, de que se iba abajo», cuenta Vega Pérez.

«Gritamos a una vecina, desesperados, que nos abriera la puerta de su casa, separada de la nuestra por un pasillo, y corrimos hacia la vida desafiando el vendaval que por poco nos lleva», enfatiza.

Dice ella que todavía no ha soltado el susto y tampoco de su memoria se ha borrado el momento en que vio, desde una ventana, volar el techo de su casa y después caer las paredes, toda la armazón. «En ese instante me desahogué en lágrimas»

Las familias de Jinaguayabo

¿Qué ha pasado con las familias afectadas por el derrumbe total o parcial de sus casas?

Fuimos a su encuentro en el motel de Jinaguayabo, ubicado cerca de la ciudad de Remedios. Allí están 38 familias, integradas por 123 personas, incluidos 98 niños, únicos evacuados del municipio, pues otros que perdieron su hogar o tuvieron derrumbe parcial se reubicaron en casas de sus familiares.

Mileydi García afirma que hasta ahora los tratan muy bien: «No se puede pedir más, tampoco podemos olvidar la gran cantidad de personas perjudicadas que necesitan ayuda. Si alguien se queja es un abusador».

En términos parecidos habla Bendrey Parrado, alojada allí con su hijo: «Estoy muy agradecida; imagínese usted qué fuera de nosotros si no nos tendieran la mano».

A Linny Vega la satisfacción por el trato se le nota a simple vista: «Mire hasta dónde se ha llegado que nos garantizan el transporte hasta Remedios, ida y vuelta, para ir al trabajo y llevar a los niños a la escuela. ¡Qué más pedir!».

Esa trilogía de opiniones refleja el sentir de muchos de los evacuados con los que hablamos y, en realidad, al ver sus condiciones de vida allí comprendimos porqué nadie tenía el rostro ceñido, a pesar de su drama.

Eduardo Darío Planas, administrador del motel, refiere que cada familia está acomodada en una cabaña, y se les garantizan gratis, desayuno, almuerzo, comida y tres meriendas, y cuentan con cobertura médica las 24 horas del día.

A los evacuados se les permitió traer su cama, televisor y refrigerador, que habían resguardado. En la instalación cuentan con un salón colectivo para ver la tele y cajas de agua fría.

Para esta semana está previsto el inicio del retorno a sus casas de afectados que tuvieron derrumbes parciales y otros para facilidades temporales.

Entonces estas historias, surgidas por culpa de la tragedia atmosférica, muestran el lado humano que nos cobija desde aquel enero inédito de verde olivo y barbas redentoras.

Avanza rehabilitación de viviendas en Villa Clara

SANTA CLARA, Villa Clara.— A poco más de 200 millones de pesos, según cifra preliminar, ascendieron los daños causados por el huracán Irma al fondo habitacional de este territorio, se reveló aquí en la sesión ordinaria de la Asamblea Provincial del Poder Popular.

En la provincia hubo 51 577 inmuebles afectados, entre estos 3 476 derrumbes totales y 5 676 parciales, así como 7 203 techos completamente destruidos y 34 696 dañados en parte.

Ese panorama impresionante, a casi dos meses del paso del fenómeno atmosférico, comienza a enderezarse, como confirman la recuperación hasta la víspera de 5 480 viviendas, principalmente las perjudicadas con derrumbe total y parcial de la cubierta.

En la provincia se han recibido más de 226 000 tejas de fibrocemento, fibroasfalto y de zinc, 420 157 bloques, 4 955 metros cúbicos de arena, 6 722 383 metros cuadrados de piso y 1 893 metros cúbicos de piedra de hormigón, entre otros renglones.

En cuanto a la venta de materiales de la construcción, se ha atendido a 15 341 damnificados en el territorio, de los cuales la mayoría ha pagado en efectivo; por crédito bancario, 2 587; además se beneficiaron 14 541 con la bonificación del 50 por ciento y se acogieron al subsidio 48.

También se destaca la recuperación de servicios vitales como la electricidad, activada casi al ciento por ciento, y el acueducto en su totalidad; mientras que de 123 consultorios del médico de la familia afectados hay recuperados 65, y de 423 centros educaciones dañados, 254 están ya en funcionamiento. En estos dos últimos casos se han reubicado sus prestaciones en otros locales.

En mayor o menor medida se ha progresado en la recuperación de toda la infraestructura dañada, al tiempo que a los damnificados se les ha distribuido colchones personales, sábanas, toallas, colchas, ajuares y tanques para agua, entre otros recursos.

Todavía hay 351 personas protegidas en cinco albergues, a quienes se les garantizan las mejores condiciones posibles de alimentación y alojamiento, de manera gratuita.

Alberto López Díaz, vicepresidente del Consejo de Defensa, enfatizó en el esfuerzo de los villaclareños en la presente fase de recuperación, en la que si bien se ha avanzado se requiere aún de mucho trabajo.

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