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¿La espuma se esfuma?

Un tipo de detergente líquido fabricado clandestinamente e introducido de igual manera en mercados capitalinos desprestigia la calidad del que se produce en la unidad empresarial de base Suchel Jovel, en la provincia de Matanzas

Autor:

Hugo García

JOVELLANOS, Matanzas.— Afirman estar acusados de timadores injustamente, y la denuncia no se queda en palabras. Nos conducen hasta el local donde conservan las muestras-testigo. Ante nuestra vista aparecen entonces las que son, a todas luces, las pruebas de un delito.

Se trata de numerosos frascos con detergente fabricado clandestinamente y comercializado en La Habana, algunos con líquido de otros colores al producido en esta entidad, otros con etiquetas falsas muy parecidas a las originales, pero todos con el denominador común del mismo tipo de envase.

Explican que hay referencias de personas a las que les ha dado picazón y hasta se les han despellejado parte de las manos por usar este tipo de detergente elaborado con afán de lucro y sin los parámetros requeridos, como comprobó este diario con ciudadanos capitalinos que han comprado el producto.

Extrañas pompas

Desde nuestra llegada a la matancera Unidad Empresarial de Base (UEB) Suchel Jovel percibimos que el colectivo entendía la importancia de nuestra indagación acerca de rumores sobre la baja calidad de un detergente líquido fabricado, supuestamente, allí.

Ellos saben de qué se trata. No se defendían porque no son culpables. La falsificación de etiquetas y las adulteraciones del líquido por personas inescrupulosas para comercializarlos en la red de puntos de venta, principalmente en la capital, han generado preocupación en esta entidad.

A la entrada del poblado cabecera del municipio de Jovellanos se encuentra esta fábrica, adonde llegamos para saber sobre el proceso productivo y conocer detalles sobre las persistentes quejas de la población respecto a la calidad de este demandado producto que se ha posicionado en el mercado nacional.  

«Nos molesta que pongan en tela de juicio nuestra profesionalidad a la hora de garantizar la calidad del detergente», sostiene la ingeniera química Ada Fernández González, analista de laboratorio de proceso, con 34 años de experiencia, mientras nos muestra en la práctica cómo proceden cotidianamente con los equipos digitales como el PH metro y el viscosímetro.

De la mano de varios especialistas aprendimos cómo nace el detergente y sobre los afanes de este colectivo porque siempre mantenga su homogeneidad en cuanto a la calidad.

El ingeniero químico Maikel Ferro, tecnólogo del área de fabricación, explicó que reciben las materias primas del almacén, previamente analizadas en los laboratorios. Este equipo trabaja con fórmulas y procedimientos en dos turnos de trabajo de ocho horas, y en el área de envase son tres turnos de trabajo. A veces la fabricación está por encima porque la capacidad de envase está a tope, continúa Ferro.

Luego de fabricado se le brinda un reposo de 24 horas, con el objetivo de que elimine el aire y termine de reaccionar, para envasar lo que se produjo el día antes.

Se mezclan ácidos, sales y sosa cáustica con normas específicas para un PH neutro: «De aquí no sale nada hasta que no esté verificado con los parámetros establecidos», ratifica Misael Zequeira Marichal, jefe de la planta de detergente.

La ingeniera química Emilcis García Pérez, especialista en gestión de la calidad, manifiesta que la fábrica tiene establecido un sistema de calidad teniendo en cuenta las normas internacionales.

«El primer control es la inspección de entrada, en la que se examinan todas las materias primas y envases, a los cuales se les toman muestras y se analizan en el laboratorio central», especifica.

Emilcis añade que hasta tanto el producto no tenga los parámetros establecidos no se adopta la decisión de pasar al proceso de envase, y también se les toman muestras a los productos envasados y se analizan en el laboratorio central, el cual da la aprobación final para emitir el certificado de calidad con la conformidad del analista, inspector de calidad y jefe de planta, quienes liberan para la venta el producto terminado.

«Cumplimos estrictamente las normas cubanas y hacemos un punto de turbidez y de viscosidad que no están establecidos y que lo hacemos para ganar en la apariencia del producto», dice Emilcis.

Madelaine González Núñez, ingeniera en proceso tecnológico, refiere que cuentan con un plan de auditorías anuales y otras sorpresivas, por lo que es muy difícil que se adultere el producto sin que se detecte por los controles.

«Nuestro detergente lo hemos comparado con el de otros países y tiene mayor poder limpiador y su uso se ha ampliado hasta para lavar ropa, fregar autos, limpiar baños sanitarios…, porque tiene mucha aceptación debido a su cualidad multiuso», sostiene.

Arturo Sánchez Sánchez y Lázaro Sánchez Miranda, jefe y ayudante de fabricación, respectivamente, se muestran contrariados cuando se les habla de la adulteración de este producto, toda vez que ellos son meticulosos a la hora de mezclar las materias primas.

René Vázquez Oramas, jefe técnico y de la producción, ejemplifica que en 2017 se produjeron 9 226 923 frascos de un litro de detergente líquido para todas las provincias, y pondera la elevada disciplina tecnológica.

Tanto Dunia Galzagorriz Pérez, especialista en calidad, como Isaida Ramos Chávez, especialista en producción, coinciden en sus apreciaciones sobre los controles seguidos durante el proceso de producción del detergente, lo que garantiza su calidad.

Una red nada líquida

El ingeniero Carlos Miguel Boggiano Sánchez, director general de Suchel, al conversar con JR sobre este escabroso asunto explicó que se han detectado en la red minorista detergentes líquidos fabricados clandestinamente. Agregó que donde hay una presencia mayor de ese producto ilegal es en comercio y sobre todo en los puntos de venta pequeños, que suman 146 en la capital.

«Debemos aumentar la cooperación entre los productores del detergente y el Mincin, sobre todo con la empresa de Comercio. Podemos capacitar a los compañeros del Mincin para que conozcan las propiedades y cómo es posible detectar de manera visual las adulteraciones, además de buscar laboratorios neutros para que al producto, cuando llegue a sus almacenes, se le tome una muestra y que no sea Suchel el que diga que tiene el Ph o grado de enturbiamiento correctos».

Si no logramos hacer todo eso el problema seguirá, insiste el directivo, quien exhorta a llevar a cabo acciones conjuntas en el orden administrativo, chequeos sistemáticos, para que esto se resuelva; así como evaluar de qué forma el minorista va a garantizar la continuidad de la calidad de los productos entregados, perfeccionar el sistema de control interno en toda la cadena y ejecutar operativos para detectar productos adulterados.

«Suchel garantiza el ciento por ciento de las especificaciones técnicas convenidas con el cliente, lo cual avala la calidad del producto para que toda la población pueda hacer uso de este con la calidad requerida», considera Boggiano Sánchez.

«Estas adulteraciones tienen un impacto no calculable, lo que puede afectar la imagen de la empresa Suchel, que está presente en todos los cubanos», señala el director.

«Afecta la imagen y la credibilidad, pero sobre todo la credibilidad del cubano y la posibilidad de tener negocios conjuntos con socios extranjeros. Tiene, además, un efecto social negativo, porque el país hace muchos esfuerzos para garantizar el pago a los proveedores», especifica Boggiano Sánchez.

La UEB Suchel Jovel fue la única de esa empresa nacional que cumplió el año pasado con las producciones planificadas, como el detergente líquido.

«Nos vemos afectados por estas acciones negligentes e ilícitas. Por eso vamos a reforzar el control, para ayudar a frenar esa cadena delictiva», aseguró.

Entre las medidas que ayudarán en ese propósito se anuncia que para mediados de este año se va a cambiar la imagen con un nuevo diseño del detergente, que incluye la etiqueta, el frasco, el color del líquido y el cierre de la tapa.

El actual frasco se usa en varias industrias, tanto para envasar ron, sirope, vinagre, vino seco y otros alimentos. A simple vista es vulnerable a las adulteraciones.

«Nuestro producto estrella es el detergente líquido Limtel y ese es un logro de la empresa Suchel, ciento por ciento con capital estatal», refiere Boggiano Sánchez.

La ingeniera química Belkis González Blanco, directora de la UEB Suchel Jovel, amplía que el detergente tiene un año de garantía desde su producción y que por eso se guardan las muestras-testigo durante 12 meses, pues ante cualquier reclamación o queja se puede identificar qué turno fue el que produjo ese lote y cuáles fueron los análisis de laboratorio.

«Siempre contestamos las quejas y nuestro colectivo se indigna cuando suceden estas cosas, pero recibimos de otras provincias felicitaciones por mantener la calidad del detergente», concluyó Belkis.

Sobre este tema, de un alto impacto en la dinámica hogareña de miles de cubanos, JR seguirá indagando para ofrecer más detalles que ayuden a despejar todas las burbujas turbias sobre las que se hoy se inquietan nuestros lectores.

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