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Los pronósticos climáticos prevén lluvias suficientes para mantener los altos niveles de agua acumulada en el país. Pero cuidémosla. Autor: Vicente Santos Brito Publicado: 30/04/2018 | 05:27 pm
Los pronósticos de precipitaciones para el período lluvioso que comienza (mayo-octubre/2018) son halagüeños, y la cantidad de agua preservada en los embalses al concluir la etapa seca (noviembre/2017-abril/2018) es grande: unos 2 000 millones de metros cúbicos por encima de la media histórica para la fecha.
Pocas veces habíamos estado tan «abundantes» en cuanto a disponibilidad de agua. Esto, empero, crea sus propios contextos, como el de velar por la seguridad de las presas ante una coyuntura en la que pudieran ocurrir grandes avenidas.
El sistema hidráulico nacional ha demostrado competencia técnica más de una vez; la más reciente fue durante el huracán Irma, cuando asimiló sin sustos los millones y millones de metros cúbicos de agua que le entraron en unos pocos días.
Según se informó en las habituales reuniones de directivos y expertos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) con la prensa, se está revisando la situación de la infraestructura hidráulica del país en previsión de grandes lluvias o precipitaciones sostenidas.
Emilio Cosme Suárez, jefe de la Dirección de Uso Racional del Agua del INRH, comentó que también se examinan, de conjunto con el Ministerio de la Agricultura y Azcuba, las condiciones de las micropresas y otras infraestructuras. «El objetivo es minimizar los efectos que pudiera provocar un mayor llenado de los embalses por el incremento de las lluvias», dijo.
Qué dicen las predicciones
Según la evolución de los factores climáticos para el período lluvioso en Cuba, la actualidad y perspectivas del evento ENOS y los resultados de los modelos de predicción, el Centro del Clima del Instituto de Meteorología (Insmet) espera para la etapa mayo-julio totales de precipitación por debajo de la norma en la región occidental; en la norma, en la región central; y por encima de lo normal en el oriente del país.
Para agosto-octubre, la situación será más provechosa. Se prevén acumulados de precipitación por encima de la norma en todo el territorio nacional. No obstante, aclaran los expertos que la confiabilidad de los modelos disminuye con el transcurrir de los meses, por lo que a finales de julio se emitirá una actualización para la segunda parte del período.
La información está contenida en la publicación Perspectiva climática para el período lluvioso mayo-octubre 2018 (en www.insmet.cu). Sobre las temperaturas para el semestre, el Centro del Clima prevé temperaturas máximas en la norma en todo el país (calor), aunque para agosto-octubre se pronostican valores por encima de la norma en la región occidental.
Agua que cae del cielo
Abril debe cerrar con unos 6 745 millones de metros cúbicos (m3) de agua en los 242 embalses que administra el INRH; o sea, sobre el 74 por ciento de la capacidad total de llenado. Representa, como decíamos al inicio, unos 2 000 millones de m3 por encima de la norma histórica para la fecha.
En cuanto a las principales cuencas subterráneas del país (101), el ingeniero Argelio Fernández Richelme, especialista principal del Servicio hidrológico, informó que 92 están en estado normal, y apenas presentan situación desfavorable.
¿«La cosa está como para darse con un canto en el pecho»? Sí y no. Agua hay, pero ¿qué tan bien la estamos usando?
Las informaciones que conocimos sobre el comportamiento del Balance de Agua (es decir, dónde, cómo, cuánto se usó, etc.) en el primer trimestre del año siguen mostrando verdades más grandes que la presa Zaza, sobre la necesidad de ahorrarla.
Entre enero y marzo de 2018 se gastaron en el país 1 934 millones de m3 sobre un plan de 2 226 millones de m3, para un 87 por ciento de lo estipulado. Parece un muy buen resultado, pero este redactor tiene sus objeciones.
Por un lado, la planificación sobre el uso del agua, cuya expresión lo constituye el Balance (que es parte del Plan de la Economía), es muy holgada. La vida misma lo demuestra: las previsiones anuales autorizan la utilización de unos 8 000 millones de m3, pero el empleo real siempre se queda entre mil y dos mil millones de metros cúbicos por debajo.
Por otro lado, el gasto que se hace —sea menor o mayor a lo planificado— debe estar interconectado con el comportamiento de la economía, más exactamente, con los resultados de cada sector de la producción o lo servicios. ¿Es así? ¿Hay un uso eficiente del agua por parte de los diferentes actores económicos? Como dicen ahora los muchachos, «No me parece»…
Carecemos de informaciones oficiales sobre el comportamiento general de la economía en el primer trimestre del año. No es tradición aquí ofrecerlas para ese lapso (aunque resultaría bueno; se dan semestrales, ante la Asamblea Nacional). Sería bueno, sin embargo, que cada uno de nuestros empresarios y responsables de entidades presupuestadas, y todos nosotros —los trabajadores— sacáramos las cuentas.
¿Estamos haciendo un uso eficiente del agua? Si hacemos el ejercicio veremos que en más del 90 por ciento de los casos la respuesta terminará siendo negativa. ¿No les parece?
