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Los poemas urbanos de David Torrens

El cantautor ofrece un modo personalísimo de hacer música en su último disco Razones, un manojo de canciones que fueron premiadas en Cubadisco 2010 en la categoría de fusión

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Tres canciones se suceden, complementan, entrelazan. Su autor las ha bautizado como poesía del suceso. «No estás diciendo palabras bellas», explica, pero se introducen «con una sutileza que no caen en lo vulgar», y describen «un suceso que es poético en sí mismo».

Son las tres congas tristes de David Torrens. Ellas traducen, muy a la manera de su compositor, el romanticismo con que vivimos nuestras vidas en la actualidad. Narra allí el cantautor con un ardid de instrumentos que colorea tenue- mente el estilo de la música para «arrollar».

«Ya me advertí no amar así», dice al inicio del primer capítulo de la saga melódica. El amor en todos sus aspectos, y su visión de la sexualidad y de la pareja son precisamente algunos de los temas que se esparcen, analizan en la docena de sencillos que contiene Razones (Bis Music, 2009), el último de los discos de Torrens, laureado en el apartado de fusión en los Premios Cubadisco 2010.

Como psicólogo de sus propias experiencias y de vivencias cercanas, David relata historias tomadas de la realidad misma, filosofía que defiende a capa y espada hasta en el track que da título al fonograma, único en el que ha compartido la autoría junto a Kelvis Ochoa.

Es que las tres congas y «la que canté con Pablo Milanés (Déjate ver), las escribí hace mucho tiempo. Quería, sentía que eran muy importantes, y mis amigos de Habana Abierta me preguntaban cuándo iba a grabarlas. Me dije: “Bueno, tengo que hacerlas”», comenta Torrens a JR.

Él siente que es un álbum muy cubano, «suena bien» y con una máxima calidad en el grabado». Definitivamente Razones trae «más fusión que los discos míos anteriores. Creo que aquellos fueron más pop y rock mirando al norte. Este es pop y rock mirando al Sur. Las influencias aquí son hacia abajo. Estoy parado en el meridiano y miro hacia ese lado».

¿Es realmente lo que quieres hacer de ahora en adelante?, interrogo a David en la primera prueba de fuego de Razones: su presentación a la prensa. «No, para nada», contesta. «Es el disco que deseaba hacer en ese momento. Inclusive lo estoy tocando, representando y empiezo a disfrutarlo ahora. Pero, de hecho, ya quiero hacer otra cosa. Quiero hacer música».

Esa fuerza de Torrens por salirse de los esquemas deviene uno de los elementos que distinguen su recorrido musical. Mi poquita fe, Ni de aquí ni de allá, Sentimientos ajenos... hilvanan esa cuerda de matices diversos que le imprime a sus letras y sonoridades.

«Los patrones para premiar, categorizar y catalogar a un artista y su obra no deben ser estrictos», afirma y así «cuela» ese concepto de diversidad que expone en su última entrega fonográfica. Aquí «estoy en fusión, pero también es canción. Si le quitan la rumba es canción, intensa y profunda», señala.

¿Algún tema preferido en este disco? «Tengo predilección normalmente por los que son menos comerciales, aunque sí tengo claro qué puede serlo y qué no. Me gustan más que todo las congas tristes y el sencillo que grabé con Pablo. Son textos muy caprichosos, para sentarse a escucharlos tranquilo. Los otros que hice me divierten muchísimo».

David asegura que su proceso creativo se desarrolla de modo natural. Por eso cuando lo interrogan sobre qué veremos suyo en un futuro, responde que lo deja todo encargado a su musa sonora, la cual fluyó con similar espontaneidad en la producción que acaba de presentar. «Nunca pensé que iba a hacer un danzón u otro tema que es casi merengue y ahí están. Lo importante es la canción, los propósitos vienen solos», confiesa.

Ahora el cantautor también se regocija porque una huella suya aparece en el CD DVD Anatomía de La Habana. «Es muy interesante para mí y me tiene muy feliz. Lo hicimos tres años atrás junto a Liuba María Hevia, José María Vitier y Sexto Sentido. Tiene un montón de imágenes de varias  locaciones de la capital, tomadas exclusivamente para este material».

¿Quizá te falte, para complementar esta felicidad actual, una canción dedicada a tu Guanabacoa?, observo. David no acepta mi propuesta, a pesar de reconocer que ese es un sitio especial y «que necesito».

Es que ya da —aunque continúa con la «euforia que tenemos todos los artistas por defender lo que acaban de hacer»— los primeros esbozos de «un tema para mi Habana». Con ello abre nuevamente las expectativas ante lo que nos pueda mostrar su mundo interno, tan diverso, tan agudo para retratar vivencias.

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