Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Una sociedad que habla de manera directa

Juventud Rebelde dialogó con el artista Glexis Novoa, quien exhibe la exposición Las cosas como son en el Museo de Bellas Artes

Autor:

Aracelys Bedevia

«No estoy tratando de demostrar nada que tenga que ver con el pasado o el futuro. Busco simplemente hacer un retrato, comentario o panorama de lo que para mí es el hoy de Cuba», afirmó a JR Glexis Novoa poco después de ofrecer una charla en el Museo de Bellas Artes (MNBA), donde se exhibe en estos momentos su exposición Las cosas como son.

El artista abrió un Estudio en La Habana, en 2013, luego de haber vivido fuera de la Isla por más de 20 años. «Trabajar nuevamente en Cuba ha sido una experiencia muy interesante y provechosa para mí. En un contexto absolutamente nuevo ha fluido muy bien, tanto la producción de la obra como su difusión. Por eso el título de la exposición: Las cosas como son. Me he encontrado a una sociedad que habla de manera directa y abierta».

Nacido en Holguín (1964) e hijo de una familia de artistas, Glexis Novoa no puede ocultar lo mucho que disfruta de este reencuentro y diálogo con sus coterráneos. Las piezas que muestra en el Edificio de Arte Cubano del MNBA, institución cultural que mantiene en una de sus salas permanentes una obra de este artista, fueron creadas en la Isla. Son el resultado de su interacción con la realidad cubana y de su búsqueda en los modos en que se construyen los símbolos y se establecen los paradigmas.

«Los de mi generación éramos revolucionarios cuestionando problemas que tenía la Revolución, a finales de los 80. Mi obra comenzó con un intento de diálogo con lo que generan las instituciones del arte en Cuba y de la cultura. La esencia de lo que he venido realizando desde entonces tiene que ver con un análisis de cómo se representa el poder a través de la arquitectura, la publicidad, los medios de comunicación masiva.

«Eso me llevó a investigar el mismo fenómeno a nivel internacional. Estuve visitando muchos países y pude descubrir que una gran parte de los fenómenos que yo trataba de investigar en Cuba y de encontrar respuestas, los había en otros lugares del mundo, también sin contestaciones. A partir de esa investigación (la arquitectura del poder) y del contexto en que vivo (incluido los lugares que visito) he realizado todo mi trabajo».

—¿Qué lo llevó a irse de Cuba y qué lo trajo de regreso?

—Estuve viajando desde muy temprano en mi carrera y conociendo otros países como Rusia, Alemania. En México tuve la oportunidad de permanecer más tiempo. Gané una beca en  Estados Unidos y me fui a vivir allá con mi familia en 1995. Pero he vivido también en otras partes del mundo siempre por trabajo.

«Este regreso ha sido muy positivo porque he vuelto a acercarme a mi familia y a las instituciones cubanas, que me han dado un espacio y permitido exhibir mi obra. Estoy en el proceso de repatriación».

—¿Por qué esa vuelta a lo que hacía antes, al estilo que lo caracterizó a finales de los 80 e inicios de los 90? ¿No cree que eso pueda verse como un retroceso en su carrera?

—No. Todos los artistas trabajan sobre una misma idea. Los momentos de cambios son de evolución pero retomar las propias ideas es también una manera de evolucionar porque no estoy repitiendo exactamente lo que hice, sino tomándolo como pretexto para volver a pintar, para volver a analizar la sociedad cubana.

—¿Cómo define las etapas que caracterizan su trabajo?

—A la primera la denominé como romántica porque era cuando yo no tenía ningún tipo de interés o intenciones en vender mi obra, tampoco en lograr un status importante como artista. Solo quería cuestionar al espectador y a la institución del arte. Después tuve la etapa práctica en la que quise tener éxito y ubicar mi arte dentro de las instituciones en un lugar importante, lograr visibilidad, viajar y ganar dinero. Nunca fui censurado y logré que mi obra fuera exhibida. Busqué estrategias pragmáticas para exponer lo que quería y sortear las dificultades de a finales de los 80, momento en que las instituciones no estaban preparadas para asimilar un diálogo que iba más allá de lo esperado.

«Trabajo en varias técnicas, en pintura sobre tela, en técnicas bastante convencionales, en video, escultura, dibujos —que es uno de los medios que más he desarrollado—, y el grabado. Soy graduado de dibujo y de grabado. También he desarrollado el performance».

—¿Por qué la pintura y no la literatura, que es lo que ha caracterizado su ambiente familiar?

—Aprendí de danza, literatura, pintura y fui buscando mis inclinaciones a partir de esas referencias que ya tenía. Es interesante la pregunta que haces porque yo estoy haciendo Artes Plásticas, pero no he podido hacer cine, que es realmente lo que quisiera. El cine necesita muchos recursos y pintar lo puedo hacer solo. Estudié Artes Plásticas por una decisión puramente pragmática.

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