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Un ascensor que no baja

En lo que va de año, la pertiguista cubana Yarisley Silva ha ocupado los titulares en el deporte rey y aunque ha obtenido relevantes resultados, su progreso y ahínco prometen mayores alegrías

Autor:

Abdul Nasser Thabet

Pensarán que me gusta —desde el punto de vista profesional, claro—, que ando parcializado, embrujado, o quizá hasta pagando algunos favores. «¿Por qué hablará tanto de ella últimamente?», se dirán. Resulta que en esta profesión no se puede escapar de la noticia por muy reiterativa que sea, y en lo que va de año los titulares en el deporte rey han tenido un denominador común: Yarisley Silva.

La pertiguista cubana voló este jueves sobre los 4,78 metros en el mitin sueco XL Galan, y no solo ganó la medalla de oro, sino que implantó récord nacional y registro cumbre de la temporada bajo techo. Hace 13 días había conseguido 4,76 en Donetsk, Ucrania, también tope cubano. ¿Le habrá cogido el gusto a ese ascensor?

En la misma competición el vallista Orlando Ortega se impuso, merced a 7,62 segundos dorados, al tiempo que su compatriota Yordan O’Farrill dominaba el heat menos lujoso, con 7,76.

Todas las agencias de prensa se hacían eco del duelo con la británica Holly Bleasdale, finalista olímpica y, hasta ayer, dueña del mejor salto de la temporada (4,77). Pero el show montado por los medios y organizadores de la justa se vino abajo cuando la inglesita mostró el plomo que amarraba sus tobillos, y solo pasó la varilla sobre los 4,45.

Así, la plata adornó el cuello de la rusa Anastasia Savchenko, dueña de un respetable 4,71, mientras el bronce lo negociaba la checa Jirina Ptacnikova (4,64).

Ahora Silva ocupa el asiento 43 del ranking histórico en escenarios techados, librito encabezado por la mítica rusa Elena Isinbayeva, con un 5,01 y nueve de los diez mejores saltos en su bolsillo. Después aparecen la estadounidense campeona olímpica, Jennifer Suhr (4,88 a los 29 años) y la propia Bleasdale (4,87 con 20 abriles).

Yarisley tiene 25, y como ven, aún le falta para llegar a esas nubes. Mas, su progreso y ahínco prometen mayores alegrones. Veremos qué nos trae el calendario.

Antes de cumplir el primer cuarto de siglo solo tres atletas han sobrepasado la barrera de los 4,80. En total son siete las superdotadas que han burlado el escabroso muro, dato harto elocuente y hasta escalofriante.

De la reina Isinbayeva no es preciso hablar. Todos conocen sus 28 plusmarcas (15 al aire libre y 13 en pista cubierta), así que solo revelaré que llegó a 4,86 con 21 años, y 12 meses después puso su firma diez centímetros más arriba.

La otra privilegiada es Svetlana Feofanova (segunda en Atenas 2004 y tercera en Beijing 2008). La atleta del gigante euroasiático sorteó el listón a esa altura con 22 abriles.

Bleasdale cierra la lista de «niñitas con pantalones», y al parecer le sobra talante para impresionar a medio globo terráqueo.

Volviendo al mitin sueco, les cuento que la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce voló bajito en los 60 planos (7,04 segundos); el etíope Mohammed  Aman estampó 1.45,05 tras dos vueltas al óvalo; y el local Michel Torneus clavó los pinchos a 8,20 metros de la plastilina en el salto largo.

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