La patada cien

Al otro lado del Pacífico, donde los pitchers en vez de brazos tienen rifles con mirillas telescópicas, Alfredo Despaigne, el más grande slugger en activo con residencia en Cuba, ha bateado ya cien jonrones en las Grandes Ligas de Japón.

El último bambinazo fue en el juego 44 de los Halcones de SoftBank, campeones de la temporada anterior, pero que no han tenido un debut tan exitoso en la actual (22-22 y ocupan el tercer lugar en su liga), y esperan por un vigoroso repunte como el de Despaigne que ya está menos lejos de los líderes en vuelacercas, un departamento que encabezó en la campaña precedente en la Liga del Pacífico (35).

El Alazán Mayor está a cinco batacazos del venezolano José López, el que más pelotas ha sacado este año en el máximo béisbol japonés.

Esta es solo la quinta temporada de Despaigne en aquel circuito, por lo que el recio toletero—campeón aquí con Granma y también allá con los Halcones de SoftBank— está destinado a rebasar con creces los 150 bambinazos, aunque los lanzadores cada vez traten de ponerle la bola donde su bate no pueda sonarla en la misma cara.

Mientras, en Cuba la lluvia sigue imposibilitando terminar el calendario regular de la serie sub-23 en la que los punteros Cienfuegos y Granma tienen asegurados sus boletos a la postemporada, como prueba irrefutable de sus aspiraciones de discutir la corona por primera vez.

Los acompañantes no están definidos aún, aunque si resultan Isla de la Juventud y Las Tunas, serían cuatro semifinalistas inéditos. Algo de noticia, al menos curiosa, en un torneo cuya calidad ha sido muy baja.