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Raidel Martínez lanzó en el noveno y ponchó a tres rivales. Autor: Yuhki Ohboshi Publicado: 30/10/2019 | 08:23 pm
En el tercer juego de preparación en Taipéi de China, la selección cubana (sin los tres campeones del SoftBank aún) derrotó a una formación joven de los Dragones de Wei Chuan, franquicia que busca ingresar en la liga profesional de esa isla, la próxima temporada con marcador de 6-1 y una alineación en la que Alexander Ayala defendió ahora la antesala. Miguel Borroto está probando varias opciones, pues lo que se avecina no es fácil.
Según el colega Roberto Ramírez de JIT, Frederich Cepeda y Yosvani Alarcón pegaron par de imparables, César Prieto ligó un triple y Yoelkis Guibert empujó dos carreras. Fueron empleados cuatro pitchers: Bladimir Baños (4INN, 3H, 1K y 2BB), Freddy Asiel Álvarez (3INN, 1CL, 3H, 2K y 1BB), Yoanni Yera (1INN, 1H, 3K y 1BB) y Raidel Martínez (1INN, 1H y 3K).
Queda poco tiempo para el debut de los cubanos en el grupo C del Premier 12, para muchos el menos complicado para que los nuestros puedan avanzar. Estos partidos previos, además de ayudar en la adaptación al cambio de hora, sirven para confrontar gestos técnicos como el tipo de swing, o el comando y localización de los pitcheos, metodologías de entrenamiento y de dirección.
El béisbol asiático ha avanzado mucho en esos temas y es una buena oportunidad para mostrar disposición al aprendizaje y el diálogo, cuando la brecha respecto a nosotros en cuestiones de tecnología y conceptos de juego es más ancha que hace unas décadas.
Hace varios años que un grupo de profesionales muy competentes, con criterio científico, total entrega y pasión, pese a no disponer de la tecnología ideal ni viajar con el equipo, trabaja en el scouting de adversarios. Lástima que no siempre los datos que colocan en manos de los mentores sean tomados en cuenta a la hora de tomar decisiones.
Borroto y su cuerpo técnico no aterrizará en Seúl sin ese volumen de información que en los tiempos modernos asegura un porcentaje elevado de los éxitos en el béisbol. A ciegas, ni pensarlo. Recuerden lo sucedido en Lima, y las declaraciones del mentor de Colombia a JR sobre su total conocimiento de las fortalezas y debilidades de los jugadores cubanos.
Cuando decimos que la misión en Corea del Sur es como una de las 12 pruebas de Hércules, o dos o tres de ellas juntas, lo hacemos, primeramente, con conocimiento de las carencias técnicas, tácticas y mentales de nuestros jugadores y en segundo lugar revisando las nóminas de los contendientes.
Repasemos Canadá y Australia, los dos rivales más asequibles en las aspiraciones de avanzar a la Súper ronda. Los norteños anunciaron un elenco en el cual todos alguna vez han jugado en ligas menores y diez llegaron a Grandes Ligas, incluido el jardinero Michael Saunders, quien fuera Todos Estrellas en 2016. Diez peloteros enfrentaron a Cuba en los pasados Juegos Panamericanos, entre ellos dos lanzadores que dominaron a la escuadra dirigida por Rey Vicente Anglada.
Los de la isla continente articularon una escuadra en la que repiten 19 atletas que de no haber sido por el Grand Slam de Alfredo Despaigne hubieran condenado a Cuba a morir en la fase inicial, por primera vez, de un Clásico Mundial; cinco de los bateadores del line up regular y cuatro de los cinco lanzadores empleados en aquel choque en el Tokio Dome, concluido 4-3, estarán ahora en Seúl. Otro dato: un cuarteto de peloteros australianos ha jugado en la Gran Carpa estadounidense y 23 en ligas menores.
Esas fichas dicen, sin hurgar en estadísticas, qué moles tendrán que mover los cubanos para allanar el camino hacia Japón, sede de la segunda fase del Premier 12, donde el mejor equipo de América en el ordenamiento final garantiza un cupo para los Juegos Olímpicos.
Y no hemos hablado de Corea del Sur: el anfitrión del grupo C y campeón en 2015.
