Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¿Criterios técnicos?

Autor:

Marina Menéndez Quintero

Cambios de última hora en las reglas quisieron entorpecer el revocatorio de hoy en Bolivia

Hasta último momento, los enemigos de la refundación interponen valladares para entorpecer el camino del revocatorio que debe dejar limpio de obstáculos, de una buena vez, el camino a la gestión del MAS y de Evo Morales en Bolivia.

Apenas una semana antes de una votación que convoca el domingo 10 a 4 090 711 ciudadanos —según el revisado e incrementado padrón—, las cortes electorales de los departamentos de Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba —dominados por prefecturas separatistas—, además de La Paz y con la venia del Consejo Supremo Electoral (CSE), aprobaron una resolución que intentó cambiar las reglas para declarar qué autoridades se quedan y cuáles se van, en un torneo al que acuden este domingo tanto el presidente Morales y su vice Álvaro García Linera, como las autoridades departamentales.

Según la resolución, para que los prefectos fueran demovidos haría falta que en contra de ellos se contabilice más del 50 por ciento de los sufragios; aunque en el caso de Evo y Linera se mantenga el 53,7 por ciento previsto por la ley 3850 del Congreso, que convocó y sentó las bases de la consulta.

A tenor con sus postulados, sin embargo, lo establecido es que para la revocación de los puestos de cada uno de los encartados, bastaría con que le dieran el NO una cantidad de electores superior, en porcentaje y número de votos, a los que le otorgaron el SÍ en diciembre de 2005, cuando fueron electos.

Según lo anunciado, el propósito era hacerlo todo más claro mediante un «ajuste técnico», pero...

Las normas, tal vez algo complicadas, estaban emitidas y divulgadas con suficiente tiempo de antelación. Y ante ellas, la resolución de las entidades electorales departamentales con su nueva propuesta, dejan ver los dientes afilados de la pequeña trampa que podría agazaparse detrás: ninguno de los prefectos obtuvo en 2005 siquiera el 50 por ciento de votos.

Claro que el auspicio dado por el Consejo Supremo al acuerdo pareció un intento por conseguir que las prefecturas separatistas de la llamada Media Luna, negadas a asistir e inventoras de toda clase de objeciones, accedieran sin más reparos al revocatorio.

No resulta casual, por ejemplo, que Rubén Costas, la autoridad en Santa Cruz y liderzuelo de los separatistas, ausente de la reunión donde se adoptó el consenso, manifestara luego su adhesión.

Pero tampoco debe olvidarse que el referendo constituye la vía institucional para abortar sin violencia, por fin, el intento desestabilizador con que la oligarquía —representada por los prefectos separatistas y los llamados comités cívicos, junto a los partidos de oposición— buscan sabotear la refundación enlenteciendo su marcha y torpedeando los cambios.

Cada paso de Evo ha sido cuestionado por ellos: se confabularon y movilizaron a huestes violentas para impedir que la Constituyente redactara la nueva Constitución; están en contra de la renta a la vejez porque no quieren perder las prebendas que les dejaban las ganancias del Impuesto a los Hidrocarburos (de donde se pagan las pensiones), y tuvieron la osadía de convocar a ilegales y amañados referendos separatistas en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija tras lo cual se atrincheraron, juntos, en un denominado Consejo que, al parecer, tiene la intención de convertirse en un gobierno paralelo.

Amable pero tajante al conocer la resolución, el vicepresidente García Linera, quien antes había alertado contra los propósitos de detener el trascendental torneo electoral de este domingo, dijo que entendía el pronunciamiento de las cortes apenas como una «sugerencia» o «recomendación», en tanto advertía que «cualquier modificación a la ley de convocatoria es atribución del Congreso» y ratificaba su plena vigencia.

Ello debería resultar suficiente para dejar claro que no hay cambios en los métodos, si es que a última hora no se generan acontecimientos nuevos...

Esperemos entonces que al tener los resultados en mano, los soliviantadores no echen garra a la mencionada resolución para cuestionar un torneo cuya transparencia ha recibido el visto bueno, a priori, de un amplio abanico de entidades internacionales, en tanto gobiernos vecinos, intelectuales y movimientos sociales, manifiestan su respaldo a Evo.

La votación de hoy debe relegitimar el proceso por el cual votaron ese 53,7 de bolivianos que ahora deberían marcar NO para detenerlo. Y también —y sobre todo—, constituye la vía legal para que las mayorías vilipendiadas por la oligarquía puedan demover a los prefectos que la representan, ahora que ya han visto cuáles son sus derroteros.

Ningún ejecutivo anterior gobernó a Bolivia con tanta paciencia y valentía, ni con mayor apego al mandato del pueblo.

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