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Tras una pausa de varias semanas, generada por una crisis que puso en juego la permanencia de la mesa de paz, este miércoles se reanudaron en La Habana los diálogos entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
En una alocución tras su llegada a Cuba para retomar las pláticas, el jefe del equipo gubernamental, Humberto de la Calle, negó declaraciones del ex presidente colombiano Álvaro Uribe sobre supuestas concesiones del Gobierno hacia la insurgencia.
De la Calle apuntó que el reinicio de las pláticas no se basó «en concesiones oscuras e inaceptables». Algo así, dijo, «ni siquiera fue planteado por las FARC-EP».
Recordó que él mismo ofreció dialogar con los partidos políticos para explicar detalladamente de qué se trata lo acordado hasta el momento y qué se está discutiendo, y lamentó que el Centro Democrático —partido político creado por Uribe, firme reacio a los diálogos con la insurgencia— se haya negado a ese encuentro.
«El camino es el debate honesto entre colombianos. Pero nuevamente tenemos que rechazar informaciones falseadas, inverosímiles, carentes de sindéresis, cuyo objetivo único es generar obstáculos al anhelo de paz de los colombianos», señaló De la Calle.
Por parte de la delegación guerrillera, el comandante Pablo Catatumbo negó que hayan cometido crímenes de lesa humanidad ni infringido el Derecho Internacional Humanitario, estatutos que regulan la conducta de los beligerantes en un conflicto armado.
En más de 50 años de confrontaciones, dijo, el uso de las armas entre ambos actores ha sido desproporcionado e indiscriminado, en franco detrimento de la insurgencia. Por tanto, exigen no se les juzgue por utilizar armamento artesanal para hacer frente a tal arsenal gubernamental Para este ciclo se espera la visita, el próximo día 16 de la última delegación de víctimas, que completarán la cifra pactada de 60, así como la llegada de expertos que formarán parte de la sub-comisión de género.
