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Pasos atrás con Trump

De acuerdo con el director general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, las muestras del problema van desde la retórica utilizada por el mandatario hasta la aplicación de acciones concretas

Autor:

Juventud Rebelde

WASHINGTON, junio 16.— Las relaciones bilaterales de Estados Unidos y Cuba tuvieron un retroceso evidente desde que el presidente norteamericano, Donald Trump, anunció hace un año la decisión de revertir el acercamiento entre ambos países.

Según declaró a Prensa Latina el director general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, las muestras del problema van desde la retórica utilizada por el mandatario hasta la aplicación de acciones concretas.

Trump hizo un discurso el 16 de junio de 2017 en Miami y firmó el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de Estados Unidos hacia Cuba.

Tal documento adelantó futuras restricciones a los viajes de los norteamericanos a la nación caribeña y nuevas trabas a las transacciones económicas, comerciales y financieras, las cuales entraron en vigor en noviembre pasado.

Fernández de Cossío recalcó que «el problema fundamental en los nexos mutuos sigue siendo el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la mayor de las Antillas hace más de 55 años».

Agregó que mediante la persecución financiera busca afectar las relaciones comerciales de Cuba con Estados Unidos y terceros países aplicando un efecto extraterritorial del sistema de sanciones que contempla esa política.

Reconoció que en Estados Unidos, incluida la comunidad residente de origen cubano, permanece un sentimiento mayoritario en respaldo a una mejor relación con Cuba y contra el bloqueo.

«Al hablar con miembros del Congreso, tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, encontramos que en ambos partidos, Demócrata y Republicano, existe una inclinación marcada a favor de mejores vínculos con Cuba» , manifestó.

Interrogado sobre la 7ma.  Reunión de la Comisión Bilateral, celebrada aquí en Washington, el jueves 14 de junio, a la que asistió como jefe de la delegación cubana, Fernández de Cossío rememoró que ese mecanismo surgió cuando ambos gobiernos estaban comprometidos con el avance hacia la normalización de sus nexos.

«Ese no es el ambiente en el que vivimos hoy, la administración estadounidense carece de la voluntad de marchar en esa dirección», sostuvo.

Señaló que como instancia de diálogo y de intercambio, la comisión «desempeña un papel para revisar las áreas y temas que han permanecido vigentes y debatir sobre los elementos en común y los asociados a las profundas diferencias entre Cuba y Estados Unidos».

El funcionario explicó que en el diálogo se abordaron «la marcha de los acuerdos migratorios vigentes, la cooperación que aún permanece en cultura, ciencia, tecnología y medio ambiente, y la que tenemos, y ambos gobiernos consideramos sumamente importante, en el área del cumplimiento y la aplicación de la ley».

En la entrevista con PL, el funcionario dijo que también se trató «el impacto que ha tenido en las relaciones bilaterales y el desarrollo de la colaboración la disminución del personal y la capacidad de desempeño de ambas embajadas».

Esto ha tenido repercusión de diversos tipos al disminuir el grado de diálogo y la posibilidad de atender los intereses respectivos de los dos países, acotó.

Señaló que en el caso particular de la Embajada norteamericana en Cuba, la reducción del personal implica que los servicios consulares han quedado prácticamente anulados.

Dicha situación, criticó, tiene un efecto muy negativo sobre millones de cubanos a ambos lados del estrecho de la Florida que dependen de tales servicios para su intercambio, viajar a su país de origen o visitar a sus familiares en Estados Unidos.

Acerca de los pretextos utilizados por el Gobierno norteamericano para esa decisión, Fernández de Cossío puntualizó que Washington alegó que un grupo de sus funcionarios diplomáticos reportaron sufrir determinadas dolencias, daños a su salud, supuestamente como resultado de efectos sónicos, dijo.

Sin embargo, precisó que, tras más de año y medio de investigación rigurosa llevada a cabo por Cuba y Estados Unidos, no se ha producido ninguna evidencia y no se ha podido elaborar alguna hipótesis creíble ni llegar a conclusión apegada a la ciencia que dé una explicación de lo sucedido.

«Estamos frente a un hecho que ha sido políticamente manipulado», afirmó el funcionario al referirse al calificativo de «ataques sónicos» utilizado por Washington y pretender imputarle responsabilidad a Cuba.

El funcionario también criticó el doble estándar con el cual se maneja el tema respecto a Cuba en comparación con incidentes similares que se han reportado en otras naciones.

A juicio del diplomático cubano, no se puede arribar a conclusiones cuando se está usando el pretexto político de estos incidentes con el fin de llevar a cabo acciones contra Cuba o actuar en detrimento de las relaciones bilaterales.

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