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John Bolton prendió el ventilador sobre Trump

El despedido exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos afirma en su libro que Donald Trump es un «adicto al caos» y solo le importa la reelección

Autor:

Juana Carrasco Martín

Las vivencias de John Bolton, el espécimen de ultraderecha que sirvió de asesor de Seguridad Nacional de la administración Trump en sus chanchullos contra el mundo hasta que el Presidente lo despidió, se cobra la venganza. 

El 23 de junio ¡por fin! saldrá a la venta su libro —The Room Where It Happened: A White House Memoir—, ese que el mandatario intentó detener, porque allá van los trapitos sucios a ser ventilados al aire y la luz —los dos elementos que aseguró podían curar a la Covid-19 por sí solos— y que bien si pudieran contribuir a sacar fuera de la Casa Blanca a ese virus de pretendida corona.

La empresa editora, Simon and Schuster, a sabiendas de que  se va a vender como pan caliente le pone salsita picante a la recomendación-publicidad: «Este es el libro que Donald Trump no quiere que leas», más el momento oportuno de que su curva parece que va en descenso.

El aderezo incluye que el libro detalla los tratos de Trump con China, Rusia, Ucrania, Corea del Norte, Irán, Reino Unido, Francia y Alemania, al parecer con «información clasificada» que preferían no saliera de la Casa Blanca y mucho menos que traspasara la nueva valla protectora que la rodea para evitar las protestas contra el racismo, la brutalidad policial y otros males endémicos del imperio, no achacables a Trump, pero los ha convertido en exponenciales.

Casi nada la definición que Bolton da de su ex jefe, cuando refrenda algo percibido por cualquiera con solo dos dedos de frente para la lógica: Trump es el protagonista del «incoherente y disperso proceso de toma de decisiones» en ese cuarto de la Casa Blanca que encierra las memorias de una presidencia que el resto del mundo consideramos, como mínimo, nefasta para el planeta, contribuyendo en buena medida a las desdichas que le ensombrecen.

Como serían las cosas en la mansión, que hasta el mismísimo John Bolton, ningún santo en esa cofradía y considerado por sus propios «méritos» como «el hombre más peligroso del mundo», ha hecho decir a la editora: «Lo que Bolton vio lo dejó atónito: un presidente para quien ser reelecto es lo único que importa, incluso si esto significa poner en peligro o debilitar a la nación».

Porque, estemos claro, en algunos casos Bolton quería más, y fueron 519 días de actividad del dueto, suficientes para volver todo patas arriba.

Como ejemplo, afirma que los demócratas en la Cámara de Representantes debieron hurgar más en las investigaciones del impeachment en el tema de Ucrania y el probable favor que le solicitó para embarrar a hijo de Joe Biden y por tanto a quien en definitiva será su rival electoral en noviembre.

Simon and Schuster asegura que «transgresiones de Trump al estilo de lo acontecido con Ucrania sucedieron en un amplio espectro de su política exterior, y Bolton documenta exactamente cuáles fueron, y los intentos de él y de otros miembros de la administración de alertar sobre ellas». 

Bolton ratifica otra verdad sabida sobre este 45 administrador de Estados Unidos, que quiere convertirse en el reyecito de la nación y del mundo: difícil «identificar cualquier decisión importante» de Trump durante su mandato «que no haya sido impulsada por cálculos de reelección». 

Bolton —cesanteado en septiembre pasado—, no ha presenciado desde la intimidad del cuarto casablanquino las órdenes presidenciales para la crisis de salud provocada por el SARS-CoV-2, pero nadie duda de que su motivación ha sido no tener que mudarse para su resort de las inmediaciones de Miami, o la torre de Nueva York, o en algún campo de golf en Nueva Jersey, o el de Escocia, que se dice destruyó un ecosistema…

El comunicado de la editora subraya la descripción de ese desmedido interés de reelección «incluso si eso significaba poner en peligro o debilitar a la nación». 

Ahora el texto pone en la picota a Trump y no nos queda claro si trae todo lo del original o funcionó la advertencia que en enero pasado hizo el Consejo Nacional de Seguridad (NSC) a Charles Cooper, el abogado de Bolton, de que contiene «una cantidad significativa de información clasificada» y «Parte de esta información está en el nivel de máxima confidencialidad», por lo que «el manuscrito no puede publicarse ni divulgarse sin la eliminación de esta».

Con todo, con mucho o con poco, de las ocurrencias en la Casa Blanca, estas memorias ya esparcen malos olores y sirven para aprovechar en su contra el apotegma que tanto les gusta y aplican los señores del imperio: «divide y vencerás».

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