Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las fuerzas para glorias nuevas

Autor:

Héctor Hernández Pardo

La breve, pero intensa Historia de Cuba, está repleta de epopeyas, acciones heroicas, entrega incondicional a la causa de la independencia y de la Revolución. Sería imposible enumerarlas, pero no tengo duda alguna de que si Homero resucitara, en el caso de que realmente existiera aquel cronista de la antigüedad, La Ilíada y La Odisea se quedarían pequeñas al lado de la obra que inspiraría la trayectoria de lucha de nuestro pueblo. José Martí escribió sobre muchas de esas páginas hermosas en el periódico Patria, haciendo patente su idea de que «de las glorias pasadas se sacan fuerzas para conquistar glorias nuevas».

En ese condensado camino de surgimiento, independencia y  consolidación de la nación cubana, los que hemos podido vivir intensamente los convulsos y al mismo tiempo estimulantes días del triunfo definitivo de la Revolución Cubana, la defensa de la independencia y de la soberanía nacionales, y la edificación de un sistema  basado en la justicia social que tiene sus raíces en el proyecto político martiano y en lo más avanzado del pensamiento universal, hemos sido testigos (y al mismo tiempo partícipes) de una de las hazañas más extraordinarias de todos los tiempos, solo comparada —en terminos simbólicos— con el pasaje bíblico de David y Goliat.

Algún día, en el centro del mundo, se erigirá un monumento que recordará para siempre la resistencia de este pueblo, de esta pequeña Isla,  a la brutal  guerra económica y mediática, y de agresiones de todo tipo del imperialismo norteamericano, que han incluido participación en acciones bélicas, terroristas y de subversión contra nuestro país durante más de 50 años. Algunos carentes de fe, fuera y dentro de Cuba, nunca creyeron posible, que la Revolución resistiera, o dudaron. Pero los hechos recientes han dado la razón al pueblo cubano, a José Martí y a Fidel Castro, se ha demostrado el valor de las ideas, de las convicciones y de los principios.

En ese contexto de una Historia extraordinaria, sobresale el ejemplo de los Cinco Héroes, Gerardo, Ramón, Tony, Fernando y René, valiosos jóvenes de los nuevos tiempos que no dudaron en arriesgar sus vidas para defender a nuestro pueblo del terrorismo afincado en el territorio norteamericano, que con valentía expusieron la justeza de sus ideas en el tribunal que les juzgó en medio de la jauría de la más recalcitrante mafia anticubana, y que supieron resistir —alejados físicamente de los suyos— la cruel e injusta prisión, sin perder nunca la fe en la victoria, la confianza en su pueblo y en la dirección de la Revolución, ni debilitar jamás sus principios, convicciones e ideales.

Nunca brilló con tanta luz —aún desde las mazmorras del Norte revuelto y brutal— la estrella que ilumina y mata que supo José Martí escoger como camino.

Y junto a ellos, se puso de manifiesto también la herencia de la cultura que legó al pueblo la familia Maceo-Grajales, en el ejemplo de firmeza profunda y conmovedora de los familiares de los Cinco Héroes, que no descansaron un minuto en trabajar por ampliar y afirmar la solidaridad con los seres queridos presos injustamente en Estados Unidos. Todavía recordamos a Adriana demandar, con fuerza increíble, que había que llegar al seno de la sociedad norteamericana.

Nuestro pueblo se alzó, como cuando en la Crisis de Octubre Fidel proclamó «todos somos uno», y levantó su voz para defender a sus hijos queridos y heroicos, y se multiplicaron durante semanas, meses y años, los actos y acciones de solidaridad… El mundo poco a poco, con personas muy sensibles y dedicadas al frente, fue conociendo la verdad sobre los Cinco Héroes, hasta conformar un movimiento de solidaridad que llegó hasta las puertas de la Casa Blanca (...).

Nuestros Cinco Héroes injustamente presos en territorio norteamericano nunca estuvieron solos ni abandonados. En las escuelas, en los centros de trabajo, en las cuadras, en las casas, en cualquier evento internacional, el pueblo hizo suya esta causa. Las instituciones martianas, como parte del pueblo, obviamente, estuvieron presentes en esta lucha (...).

Ustedes, queridos compañeros Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, siempre nos recordarán que la Patria de Martí y de Fidel; de Céspedes y Agramonte, de Maceo y de Gómez; de Mella, Villena y Guiteras; de Camilo y el Che; de Mariana, Vilma, Celia y Haydée; la Patria que ha sabido edificar nuestro pueblo trabajador con su defensa permanente de la independencia y la justicia social, jamás inclinará su bandera ni cederá en los principios, sean cuales fueran las circunstancias que nos depare el futuro.

Ustedes, compañeros, también confirman con su ejemplo la extraordinaria importancia que tiene en la formación de las nuevas generaciones estudiar, conocer y sensibilizarse con la Historia de Cuba y con el pensamiento político cubano, que tiene en el ideario de José Martí un momento culminante, y que indudablemente irradia fuerza espiritual y afirma los principios y las convicciones revolucionarias, tal y como ustedes mismos han expuesto en diferentes tribunas.

Ustedes son una fuente formidable de motivación para seguir trabajando con mayor eficacia y dinamismo en el campo que nos ocupa.

Por todo ello, de todo corazón, en nombre de todas las instituciones martianas hoy aquí representadas, y las de todo el país, muchas gracias.

*Fragmento de las palabras del Doctor Héctor Hernández Pardo, subdirector general de la Oficina del Programa Martiano, en nombre de las instituciones martianas de la capital y de todo el país, en el acto homenaje a los Cinco Héroes, celebrado en el Memorial José Martí, este 3 de marzo

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