Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las entregas de Entrega

Autor:

Roberto Díaz Martorell

El gran final de la novela Entrega fue, definitivamente, un gran comienzo. Una necesidad social. Un impulso indispensable a enlazar nuestras raíces con el presente y el futuro. Fue una inyección de sensibilidad, humanismo y cubanía.

Más allá de los valores artísticos, que seguro los tiene pero eso es asunto de los expertos, me impactó la imagen final en cámara lenta de la muchacha que se coloca la calcomanía de la bandera cubana, un símbolo real de que las nuevas generaciones también están dispuestas, a pesar de las dificultades, a entregar su cuello por la Patria.

Otro símbolo notable fue la caracterización de los tantos Manuel en la piel, voz y alma del actor Ray Ruiz, evidencia de que en Cuba todavía se asume el magisterio con la misma devoción con la que se apuesta la vida por la continuidad, por la profesión y por la ética.

Se demostró, sin fanfarria, que la familia cubana es, al mismo tiempo, tan diversa como comprometida con la vida de sus miembros y que el audiovisual nacional es capaz de ilustrar los conflictos desde la positividad, aspecto este que, a mi juicio, destaca en la intencionalidad de construir paradigmas actitudinales en la sociedad.

Esta vez, en Entrega, los malos no «campearon por su respeto» y prevaleció la justicia, los buenos ejemplos, el amor, las relaciones humanas, referencia necesaria para multiplicar buenas prácticas sociales.

Se defendió, además, que la escuela continúa siendo el medio ambiente imprescindible para moldear el futuro de la nación y si se utilizan sus espacios adecuadamente, se convierte en un escenario tan prolífero como la capacidad de las personas que allí se desempeñan.

Convincente, al menos es mi apreciación, el tratamiento que el guion ofreció al tema de los adolescentes, sin llegar a los acostumbrados extremos, pero con la solidez necesaria para reflejar con tino los conflictos de ese grupo etario en el entorno familiar y social.

Asuntos tan serios como el fraude, el embarazo en la adolescencia, la convivencia, la delincuencia, la infidelidad, el asesinato y la atención a la tercera edad, entre otros, armonizaron el drama desde las posibles soluciones, sin catarsis.

Agradezco, como consumidor, entregas de la factura de Entrega, donde no me inciten a abandonar mi país porque no existen opciones y me parece oportuno destacar que no solo satisfizo las necesidades de la mayoría, sino que acaparó la atención de los medios de comunicación masiva y hasta el profesor Calviño le dedicó unos de sus programas de reflexión en torno al profesor Manuel, hoy sin lugar a dudas, un ejemplo a imitar.

Ahora se estrenará otra entrega audiovisual, nuevos conflictos, otros o algunos actores de la anterior novela representarán otras áreas de la cotidianidad nacional, tema recurrente en los últimos tiempos de producción televisiva para ese espacio, y esperamos que puedan pasar la varilla a la altura, o más alto, de la que acaba de continuar.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.