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La atracción es de dos

Algunas personas despiertan natural admiración en muchas otras y eso les proporciona reconocimiento social, mayor aceptación en los grupos y cierta seguridad y éxito personal. Pero ¿puede un individuo transformar los factores físicos y morales a su favor?

Autor:

Yesmany Gómez Cervantes
El amor, por etéreas e ideales que sean sus apariencias, tiene su raíz en el instinto sexual.
Arthur Schopenhauer

SANTA CLARA.— Sábado en la noche. Marcos arropará su cama temprano mientras sus compañeros salen a la calle. Tiene 18 años y nunca ha tenido novia. Sus hormonas saltan efervescentes, pero él las refrena: «Si yo fuera… Si tuviera…». Al no sentirse seductor, o al menos aceptado, cercena sus pasiones.

Se cree desafortunado en el amor, un «tipo raro», y no es el único que se esconde en casa por tales razones. Aunque parezcan rebeldía de adolescentes con baja autoestima, son reales las diferencias de conducta según la magnitud en que los sujetos se sientan capaces de atraer a los demás.

Artículos consultados en Internet explican el atractivo sexual como la capacidad de conquistar el interés de potenciales parejas reproductivas. En el ser humano es visto además como habilidad para generar interés erótico a partir de elementos como la vestimenta, la conversación, el estatus, la forma de moverse… En inglés se conoce como sex appeal o «llamada del sexo».

Algunas personas despiertan natural admiración en muchas otras y eso les proporciona reconocimiento social, mayor aceptación en los grupos y cierta seguridad y éxito personal. Pero ¿puede un individuo transformar los factores físicos y morales a su favor?

Para Yunier Broche, psicólogo y profesor de la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu, el factor cultural es importante, y también procesos como la percepción interpersonal, mecanismo a través del cual los individuos percibimos y establecemos valoraciones de los demás durante la interacción social.

«Por eso el supuesto atractivo nunca dependerá solo de quien lo porta, sino de quien lo percibe. O sea, cualquier elemento puede resultar llamativo para una persona y totalmente indiferente para otras», aclara. «Investigaciones científicas al respecto han aportado información interesante, aunque no concluyente: Se dice que las mujeres prefieren hombres con rostros serios porque transmiten mayor autodominio, a diferencia de los chistosos, que según ellas son más inseguros, y que los hombres las prefieren sonrientes por considerarlo más sexy, símbolo de femineidad… aunque no siempre resulta así en la vida real».

¿Pretty woman o laguna de oro?

Los cánones actuales de belleza se sustentan en la imagen que venden los medios. ¿Por qué? Son personas elegidas según la estética del mercado occidental, pero también influye su poder dramatúrgico y recursos externos como el maquillaje y las luces.

Al respecto el profesor Broche explica: «El mundo mediático funciona sobre la base de suplir carencias emocionales. Una película donde se roba un banco no hace al espectador más rico o pobre, es solo un montaje donde, por un momento, quien observa puede realizarse a través del personaje, y lo mismo ocurre si es un hermoso cantante, modelo, deportista o conductor de TV.

«El poder de la cámara radica en dos factores fundamentales: la omnipotencia y la seguridad. Se genera el sentimiento de que esas estrellas todo lo pueden, viven por encima del bien y el mal, parecen siempre tenerlo todo bajo control y se muestran despreocupadas, tranquilas, casi sin estrés en un mundo estresado.

«Mucha gente, sobre todo adolescentes, imitan hasta la saciedad esos arquetipos, ignorando que se trata de una imagen orquestada y construida por todo un equipo, y que persigue precisamente eso: vender estilos. Pero como generalmente se asocia lo atractivo a factores físicos, no es de extrañar que en un año el futbolista David Beckham cambie cuatro veces de peinado y el mundo masculino joven asuma cuatro tendencias estilísticas diferentes».

Claro que el juego de presumir es natural. Otras especies también lo practican con los mismos fines: el cortejo. Yunier comenta: «Los contextos determinan atractivos. En el universo académico la competencia profesional es bien vista, y si analizamos otras épocas o regiones veremos algo similar. Es válido crear estrategias para la aceptación en los grupos.

«Realmente pueden mejorarse muchas habilidades relacionales que favorecen la búsqueda de pareja. Se han diseñado entrenamientos que procuran mejorar tanto las habilidades comunicativas verbales (uso adecuado de palabras, frases) como la comunicación no verbal (moverse, saludar, el tono de la voz, las posturas, la expresión facial). También se trabaja desde el punto de vista terapéutico para eliminar conflictos con la seguridad y la autovaloración. La Psicología puede hacer mucho en ese campo, no hay que verla como una ciencia de funciones limitadas. Definitivamente se puede ayudar a alguien a ser más competente socialmente, y eso aumenta su potencial atractivo».

Sobre esto hablamos con jóvenes entre 14 y 23 años de edad con el fin de conocer qué rasgos privilegian en sus potenciales parejas, y los resultados delataron el poder de una buena imagen. Madelín Ávila, estudiante de Medicina, dice: «Lo que no entra por aquí…» y señala sus ojos; pero otros como Aliamnys Rodríguez, estudiante de Derecho, resaltaron los valores morales: «El hombre más lindo del mundo, si es muy promiscuo no será cotizado, al menos para mí».

Jorge Luis, estudiante de Sociología, afirma: «No podemos depreciar el contexto que media en nuestra formación. Son de vital importancia los cánones establecidos por la familia, la escuela, las amistades, el país… Aceptación y autoaceptación varían de acuerdo con lo que el individuo piense y demande de la sociedad».

Pero Annel Cabrera, contador de 23 años, cree que se puede incrementar el atractivo siendo consecuentes: «Si uno se descuida por supuesto que no llegará a ser admirado. La imagen personal habla por uno. Hacer un poco de ejercicio y cuidar la piel, además de mejorar nuestra salud proyecta una personalidad más llamativa. ¡No despreciemos los sentidos!».

Por su parte Dayana Domínguez, recién graduada de Cibernética, apunta: «Cada oveja tiene en algún lugar su pareja. No importa cuán desaliñado parezca uno, lo importante radica en cultivar valores humanos y gustarnos a nosotros mismos».

Por eso Marcos debería cerrar la puerta de su cuarto esta noche y caminar esperanzado por la acera… Puede que llegue a encontrarse en el rostro de alguien antes de lo que imagina.

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