Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Caminito que el tiempo ha borrado…

Ya se ha hecho intransitable el camino que accede a Yabusito, en el municipio villaclareño de Santo Domingo, denuncia en su carta Yoel Jiménez Artiles, vecino de la finca Esperanza, en esa comunidad rural. Hace más de cinco años el tema va y viene en las asambleas de rendición de cuentas. Ya los tractores no pueden avanzar, y nadie recuerda la última vez que vieron transitar por allí aquel ómnibus que entraba a la zona.

Más que milagrosa ya es la estática del edificio de Príncipe 122, entre Espada y Hospital, en Centro Habana; aunque desde 1995 lo declararan con esa riesgosa denominación estructural. Emilio F. Casanueva denuncia que con el impredecible inmueble colinda la casa de su suegra, en el 124; y al otro lado, una ciudadela con el número 118. Al frente está la escuela primaria Pepito Mendoza. De los cuatro niveles del edificio, se eliminó el cuarto, pero los tres restantes se despedazan continuamente a los ojos del vecindario, y están acabando con el techo de la casa de su suegra y con el de la ciudadela. ¿Quién responde por ello? Los vecinos llevan años alertando, y solo hay silencio, apenas quebrado por la caída de trozos de hormigón. ¿Casualidad milagrosa de que nadie haya sido alcanzado por los restos del olvido?

Matilde Hernández Cruz y Caridad Guerra Ávila me escriben desde la localidad La Salud, en el municipio habanero de Quivicán, para reconocer el amor y el ahínco con que labora el equipo multidisciplinario de Cirugía de Mínimo Acceso del policlínico Luis de la Puente Uceda; en especial el doctor Arnulfo Fernández, el anestesista Oliver y la secretaria Rosi.

¿Qué sucede con el tren que iba de la capital a Los Palos y viceversa, que no funciona hace más de dos años y medio? La pregunta la hace Michel Guerra Gutiérrez, vecino de calle 20, número 1513, entre 15 y 17, en aquella localidad habanera. En medio de tanta crisis del transporte, ese tren resolvía grandes problemas no solo a los de la localidad, sino también a pobladores de San Nicolás, Vegas, Güines y San José: «Muchas personas dicen que no hay coches, otros que las líneas están en mal estado, y otros que no hay locomotoras. Se ha planteado en todas las asambleas y no hay respuesta», señala Michel. Pues claro que tanto él como los frecuentes pasajeros de aquella ruta merecen una respuesta de porqué desapareció. ¿Qué dice Ferrocarriles de Cuba?

Elvia López Álvarez también espera una respuesta, allá en el Edificio 7, apartamento 6, en la comunidad Vado del Yeso, del municipio granmense de Río Cauto, que fuera seriamente afectado por las implacables lluvias de la reciente tormenta tropical Noel. Refiere ella que el semiinternado de primaria René Martínez Tamayo, donde estudia su hija, se encuentra cerrado aún por una tupición en la red de aguas albañales que está contaminando el agua de la cisterna. Los niños estuvieron dos semanas sin dar clases. Luego se habilitaron varios locales de la comunidad y casas de algunas familias para mantener la actividad docente. Pero los vecinos que brindaron sus hogares, se cansaron de esperar, y ahora tienen que impartir las clases bajo los árboles...

Y sigue en el candelero la pésima calidad de las gomas de bicicleta que se venden. Gustavo Blanco, vecino de calle 4 número 13207, apartamento 21, entre Embil y Parque Oeste, en el reparto capitalino de Embil, adquirió en el pasado mes de julio, en el Mercado Plaza Carlos III, un par de gomas 26 por 1.95, al precio de 6,25 CUC cada una. Asegura él que usa muy poco su bicicleta, y de entonces a acá apenas habrá recorrido unos 15 kilómetros. Sin embargo, ya los neumáticos están rajados por los laterales. Gustavo pregunta qué hacer, y solo le recomiendo que ejerza sus derechos de consumidor y se dirija a la gerencia de CIMEX. Agradeceríamos asimismo que CIMEX nos explique por qué un artículo de tan dudosa calidad puede traspasar todos los tamices y controles y venderse en su red comercial.

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