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El capitalino Antonio Montano Peguero (Calle 5ta., No. 4819, Central Río, Reparto Martín Pérez, San Miguel del Padrón) lleva sobre sí la espada de la epilepsia. Desde los 12 años, cuando le detectaron este mal, se ha tenido que crecer tantas veces.

Según nos cuenta, estudió hasta 6to. grado porque, aunque tenía la posibilidad de seguir, el complejo de inferioridad lo hizo paralizarse. Cuando le llegó la edad, comenzó en un centro laboral; pero ante las frecuentes crisis en varias ocasiones lo enviaron al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para que evaluaran su caso.

En el 2004, luego de nuevos estudios e ingresos, los médicos determinaron una serie de limitantes como que no podía laborar con público, ni en alturas, ni hacer nocturnidad... Y la Seguridad Social le otorgó una pensión de 37 pesos, que después fue aumentada a 140. Siempre, por suerte, ha contado Antonio con la ayuda de su madre para enfrentar los problemas.

Ahora le retiraron la chequera y, lamentablemente no explica la razón, Antonio refiere que «ya mi mamá no me puede ayudar, pues tiene 70 años. Tengo una compañera, que es la que está llevando todo. Estoy muy avergonzado: ella también está enferma —con diabetes e hipertensión arterial— y tiene 54 años. (...) Me dieron la olla arrocera, la reina, la hornilla eléctrica y las cazuelas, a plazos, pero no hemos podido pagar más nada», se duele el remitente.

Y pide, por favor, lo ayuden a encontrar un trabajo que pueda desempeñar u alguna otra variante para paliar su compleja situación.

Será este año, María Caridad

Desde que en 2005 el huracán Dennis golpeara su casa, María Caridad Contreras Díaz (Calle 77, No. 6229, entre 77 y 79, Tulipán, Cienfuegos) transita los vericuetos de las gestiones. De acuerdo con su misiva, que publicamos aquí el 16 de enero último, la remitente y los suyos estuvieron albergados en varios centros docentes hasta que les dieron recursos para hacer una facilidad temporal.

De ahí, la cienfueguera y sus tres hijos regresaron al lugar donde se encontraban al momento de escribirnos: un cuarto prestado.

Refería la lectora que la Comisión de Vivienda que los visitó tras el meteoro afirmó les daría un terreno, pues en el suyo no se podía edificar. En 2006, después que María Caridad se dirigiera a Vivienda Municipal, le prometieron materiales para la futura casa. Nunca llegaron.

A propósito, responde Reina Milián Hernández, directora de la Unidad Provincial Inversionista de la Vivienda. Apunta Reina que resulta razonable la inconformidad de la promovente por la demora para resolver los daños a su hogar.

El inmueble de María Caridad —explica la directiva— fue clasificado como derrumbe total luego del paso del citado huracán. «La compañera ha sido visitada y atendida en reiteradas ocasiones en la Dirección Municipal de la Vivienda, así como en el Gobierno municipal, organismos a los que se ha dirigido para resolver su situación, como muchos afectados que aún no han tenido solución a su problema.

«En nuestra provincia se afectaron 49 828 viviendas, y se han logrado resolver, al cierre del pasado año, 42 437. (...) Se resolverán en el plan de este año 2 370 y nos quedarán 5 014 propuestas para el 2011. Dicha situación propicia insatisfacciones en la población, las que se irán resolviendo en la medida en que el país cuente con recursos».

La vivienda de María Caridad —señala la Directora de la UPIV— se encuentra incluida dentro del plan del presente año. La misma se ejecutará en el lugar de la afectación y se le hará entrega de los materiales necesarios para el inicio y desarrollo de la construcción, según el cronograma y la disponibilidad.

Agradecemos a Reina Milián su misiva, pero nos hubiese gustado que además de la explicación general, la carta profundizara en el caso que nos ocupa. ¿Qué hubo de las informaciones incorrectas que sostiene haber recibido la remitente? ¿Quiénes son los responsables? ¿Qué mecanismos para comunicarse con los afectados han implementado las autoridades del territorio?... Mientras más diáfanas y hondas sean las respuestas, fluirá mejor el intercambio ciudadano en esta columna de todos.

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