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Tupida la línea, tupida la solución

Damián Félix San Martín Espanech (Marqués González No. 102, bajos, entre Concordia y Virtudes, Centro Habana, La Habana) cuenta que hace varios meses en las cuadras aledañas de Marqués González y Virtudes los vecinos están enfrentando una situación insostenible.

El problema es una tupición en la línea central, según planteó Aguas de La Habana, a donde se han dirigido en varias ocasiones.

«Los vecinos que sufrimos el problema, afirma, hemos ido a todos los lugares pertinentes, y sin respuesta ni solución. El delegado visitó mi casa y tampoco se pudo hacer nada. El resultado de la segunda visita a Aguas de La Habana volvió a quedar en manos de nadie».

Refiere que se han hecho muchísimos reportes y se han solicitado técnicos para que dictaminen el gravísimo problema, con el objetivo de lograr una solución; pero nadie ha ido: ni a destupir ni a revisar el problema.

Explica que cuando llueve o entra el agua a él se le llena la casa completa de aguas albañales, las que salen hasta por la taza del inodoro, y por la poceta del baño. Y así sucede en una parte de la cuadra.

Señala que tal situación la sufren personas enfermas e impedidos físicos. Y eso mismo les sucede a los vecinos de Virtudes, donde también habitan niños y personas de la tercera edad; sin contar el grave problema epidemiológico que reporta esa grave situación.

«Ya se ha perdido la cuenta del tiempo que llevamos padeciendo este problema. No sabemos a dónde dirigirnos, o cuánto más debemos esperar, sin contar que estamos frente al hospital Hermanos Ameijeiras, donde el paso de pacientes por estas calles es diario», concluye.

Teléfono fijo con problema… ¿Y la respuesta?

Zuzel Valerino Bravo (calle 240, edificio 24710, apto. 3, entre 247 y 250, reparto Abel Santamaría, Boyeros, La Habana) relata que desde agosto de 2022 está confrontando serias dificultades con el servicio de su teléfono fijo.

En ese mismo mes, señala, comenzó su teléfono a sonar, lo que el sonido no era el usual: lo cogió y escuchaba conversando a otra persona. Le habló y le contestó y me dijo que como podía ser eso de hablar así. Además, le comentó que a ella hacía poco tiempo le habían puesto el teléfono.

Y resultó que era una vecina. Zuzel comenzó a reportar el servicio al 114 y han ido, pero no han resuelto el problema.

«Mi teléfono, afirma, desde entonces hasta la fecha no funciona normalmente, pues tiene ruido en la línea y se cae la comunicación. Poseo el servicio de identificador de llamadas y no me funciona. Lo reporté y me explican que no puede funcionar bien, pues mi línea tiene problemas y los compañeros de Etecsa no lo solucionan.

«Como ven, expresa, ya llevo siete meses en esta agonía pagando un servicio que no puedo utilizar. Deben ustedes imaginarse el estado de desesperación que poseo, pues llevo 22 años con este servicio y nunca antes me había pasado esto.

«He ido a la oficina de Boyeros, a la oficina de quejas de la población y no se ha resuelto hasta hoy mi situación. Necesito ver si por esta vía se soluciona mi problema. Les estaría muy agradecida», termina.

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